Asunción, 3 oct (EFE).-Las salas de cine volverán a ser habilitadas a partir del lunes en Paraguay, si bien con un aforo máximo de 50 personas, según el decreto presidencial emitido este sábado dentro del plan de levantamiento gradual de restricciones a causa de coronavirus.
El decreto, que implica además el retorno del sector de eventos, también con limitaciones de espectadores, se dio a conocer un día después de que el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, dijera a los medios que iba a recomendar la adopción de esas medidas al presidente del país, Mario Abdo Benítez.
Con el decreto presidencial ahora se oficializan esos puntos, lo que implica abandonar las fases graduales de cuarentena que se venían aplicando desde que en marzo apareció el primer caso de COVID en el país sudamericano.
Las medidas, vigentes hasta el 25 de octubre, permiten la apertura de los cines, con un máximo de medio centenar de espectadores y una separación de dos metros entre ellos, además del uso de mascarilla.
El mismo aforo y separación se aplicará en los cultos religiosos, así como en los eventos culturales y de ocio como teatro, danza, conciertos y festivales o exposiciones.
Asimismo se autorizan las reuniones particulares y privadas, pero con un máximo de 12 personas, al tiempo que se levanta la restricción horaria de la venta de bebidas alcohólicas que estaba vigente en Asunción y en el departamento Central.
No obstante, el decreto reitera que las clases siguen suspendidas, al igual que el servicio de bares, no así los restaurantes, que prosiguen bajo reserva y con el correspondiente protocolo sanitario.
EPICENTROS
Paraguay registró hasta este viernes un total de 890 muertes por coronavirus y 42.684 positivos, con una media de veinte muertos diarios instalada desde mediados de septiembre.
En ese sentido, el decreto recordó que Asunción, el departamento Central, que es el más poblado del país, y el de Alto Paraná, frontera con Brasil, concentran el 78% de los casos y de las muertes a nivel nacional.
SIN VUELOS DE PASAJEROS
El levantamiento gradual de las restricciones se da la semana en la que Abdo Benítez y el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, conversaron por teléfono y acordaron una apertura ordenada de los puestos fronterizos entre ambos países antes del 15 de octubre
Ello tras casi medio año de un cierre que golpea la actividad comercial de Ciudad del Este, capital de Alto Paraná y el motor de la economía fronteriza.
Los comerciantes de esa urbe, la segunda de Paraguay, habían dado un plazo de espera al Gobierno hasta el 12 de octubre para completar esa apertura o en caso contrario regresar a las manifestaciones y movilizaciones.
Uno de los sectores anclados en la incertidumbre es el del transporte aéreo de pasajeros, que sigue cerrado salvo los «vuelos burbuja» a Uruguay, solo para residentes de los dos países y con fines corporativos.
Compañías como Air Europa, la única conexión directa con el viejo continente, vienen alertando de que las rutas pueden dejar de ser operativas si el Gobierno no presenta un cronograma aproximado del reinicio de los vuelos.