Sao Paulo, 10 mar (EFE).- Brasil, uno de los mayores productores mundiales de alimentos, redujo un 3,8 % su previsión de cosecha de granos para 2022 hasta las 261,6 millones de toneladas, cifra que aún marcaría un nuevo récord en el país, informó este jueves el Gobierno.
La disminución registrada en febrero frente a enero se debe principalmente a los «problemas climáticos» vinculados a la falta de lluvias que han enfrentado estados brasileños del sur del país, según indicó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Sin embargo, esa estimativa, de cumplirse, aún sería un 3,3 % superior a la cosecha de 2021, cuando se recogieron 253,2 millones de toneladas en un año en que el campo brasileño se vio igualmente afectado por diversas adversidades meteorológicas.
Según los cálculos oficiales, el arroz, el maíz y la soja representan el 92,7 % de la potencial producción y responden por el 87,7 % del área cultivada.
La producción de soja, principal materia prima del país, debe caer cerca de un 9 % en la comparación anual.
«Los efectos adversos causados por la sequía han afectado drásticamente el desempeño de los cultivos de verano en los estados del centro-sur del país», indicó el gerente del IBGE Carlos Barradas, citado en una nota.
La oficina de estadísticas del Gobierno brasileño también prevé una caída de casi el 8 % en la producción de arroz con relación a 2021, aunque espera un incremento del 24 % en la de maíz.
El sector agropecuario, uno de los motores de Brasil, la mayor economía de América Latina, retrocedió un 0,2 % en 2021 con respecto a 2020 por esas inclemencias climáticas que golpearon a los principales estados productores del país.
El mal dato del campo brasileño contrastó con el avance de sectores como el de servicios (4,7 %) o el industrial (4,5 %), que contribuyeron de forma determinante para que la economía brasileña creciese un 4,6 % en 2021 y se recuperase de la caída del 3,9 % del 2020, primer año de la pandemia de coronavirus.
Pero para este año el mercado financiero proyecta un fuerte frenazo en Brasil, que sólo debe avanzar un 0,4 %, afectado por la inflación desbocada, el alza de los tipos de interés y la incertidumbre derivada por las elecciones presidenciales de octubre y la guerra en Ucrania.