Con encuestas realizadas a 10.000 personas con discapacidades o neurodivergentes en centros de trabajo de 20 países, Deloitte presentó los resultados de su primer informe que contiene datos importantes sobre la experiencia en lugares de trabajo y pasos que pueden dar las empresas para lograr un progreso sostenido.
Uno de los hallazgos clave indica que, aunque muchos trabajadores experimentan dificultades severas en actividades físicas o cognitivas, un alto porcentaje no se autoidentifica dentro de estas categorías.
A pesar de las barreras en la autoidentificación, el informe destaca que casi el 88% de los encuestados han revelado su discapacidad o condición de salud a alguien en el trabajo, mayoritariamente a Recursos Humanos (RRHH) o a sus supervisores directos.
No obstante, entre aquellos que no lo han hecho, uno de cada cinco teme enfrentar discriminación. Y esta preocupación no es infundada, ya que un porcentaje similar reportó haber experimentado discriminación en trabajos anteriores tras revelar su condición.
Otro aspecto crucial es el acceso a adaptaciones laborales, aunque una cuarta parte de los encuestados solicitaron ajustes como horarios flexibles, espacios privados o trabajo remoto, un 74% tuvo al menos una de sus solicitudes rechazadas. En la mayoría de los casos, los empleadores argumentaron altos costos o consideraron las solicitudes como poco razonables.
Algunas adaptaciones más específicas, como coaching especializado o tecnologías de apoyo, registraron las tasas más altas de rechazo, a pesar de que son esenciales para ciertos empleados. Por otro lado, entre quienes no han solicitado adaptaciones, el 43% señala que no las necesitan, mientras que otros mencionan temores sobre reacciones negativas o escepticismo sobre la disposición de la empresa para concederlas.
EL TELETRABAJO
El trabajo desde casa emerge como una de las adaptaciones más demandadas y aceptadas, con un 68% de solicitudes aprobadas. Los encuestados destacan beneficios como mayor productividad, menor preocupación por riesgos de salud y un ambiente libre de discriminación.
Sin embargo, para el 21% de los trabajadores, esta opción no está disponible por políticas empresariales, y otro 19% enfrenta restricciones por la naturaleza de sus funciones.
Curiosamente, entre quienes pueden trabajar desde casa pero optan por no hacerlo, las preocupaciones sobre estancamiento profesional y percepciones negativas de colegas y supervisores juegan un papel importante.
Los hallazgos del informe ponen en contexto la necesidad de fortalecer las políticas de inclusión y accesibilidad en el lugar de trabajo, especialmente frente a la alta tasa de solicitudes de adaptaciones rechazadas y las preocupaciones sobre discriminación.
“Aunque algunas de estas personas afirman que no necesitan una adaptación (a pesar de que muchas de ellos afirman haber experimentado problemas de accesibilidad en el lugar de trabajo), otros afirman que no han solicitado adaptaciones por temor a ser percibidos negativamente”, refiere Deloitte.
