Por Leonardo Fernández, Estudiante investigador
En el mes de junio se han dado dos resultados macroeconómicos bastante interesantes:
- En primer lugar, la inflación de mayo de 2023 fue de 5,1% en términos interanuales -manteniendo la marcha hacia la convergencia a la meta del 4% del Banco Central del Paraguay (BCP)- mientras que la variación mensual fue del 0%, explicado principalmente por las reducciones en los precios de combustibles y frutas y verduras.
En principio, la controversia desatada por el resultado inflacionario tenía como explicación la persistencia de los altos precios, sin embargo, esta situación derivada del efecto base por los importantes incrementos sostenidos de precios desde el 2022 son más bien una muestra de la desaceleración, mas no aún del retroceso completo de los precios.
- En segundo lugar, consecuente al resultado de la inflación, la Comisión de Salario Mínimo (Conasam) ha resuelto incrementar la remuneración mínima obligatoria en 5,1%, mismo resultado que la inflación interanual de mayo de este año.
Con esto, el Salario Mínimo Legal pasa de los G. 2.550.307 a G. 2.680.373 por mes, es decir, un incremento de aproximadamente G. 130.000. Esta situación, tampoco exenta de polémica -y ahora exacerbada tanto por los pedidos sindicales como por el reclamo ciudadano- desata dudas constantes, pero a la vez divididas: dado el importante aumento generalizado de los precios en los últimos años, ¿qué tanto poder adquisitivo ha perdido un ciudadano promedio? Así también, ¿qué rubro fue el que más redujo la capacidad de compra?
Un ejercicio para el caso paraguayo
Para iniciar el análisis, tomamos como punto de partida el ajuste del salario mínimo de julio del 2017, que lo situó en Gs. 2.041.123.
Supondremos que el individuo consume dicho salario por completo y dividiremos el gasto total del individuo remunerado en 12 agrupaciones de acuerdo con la canasta media de bienes y servicios medida por el BCP para el Índice de Precios al Consumidor (IPC):
- Alimentación y Bebidas no Alcohólicas.
- Bebidas Alcohólicas y Tabacos.
- Prendas de vestir.
- Alojamiento, Agua, Electricidad y otros.
- Muebles y Artículos para el Hogar.
- Gasto en Salud.
- Transporte.
- Comunicación.
- Recreación.
- Educación.
- Restaurantes y Hoteles.
- Bienes y Servicios diversos.
En la Figura 1 podemos observar que el mayor gasto del individuo se produce en la categoría de Alimentación y Bebidas No Alcohólicas, representando un poco más de la cuarta parte de sus ingresos. Esto da la pauta de que el aumento de precios en bienes alimenticios, dado un choque proporcional en el precio de todas las agrupaciones, será el que tendrá mayor impacto en los ingresos reales del individuo.
Seguidamente, ajustamos cada agrupación de acuerdo con la evolución de su nivel de precios en el tiempo. Si utilizamos como base a los precios para el mes del primer salario mínimo considerado para el análisis (julio de 2017), el rubro de mayor crecimiento acumulado a junio del 2023 fue el de Transporte (el cual incluye a Combustibles), con un aumento de casi el 50%; seguido muy de cerca por Alimentación y Bebidas no Alcohólicas, con 43,1%. El rubro de Alojamiento, Electricidad, Gas mostró un crecimiento relativamente uniforme y modesto, mientras que el resto de las agrupaciones (Otros) acompañaron en tendencia, mas no en magnitud, a los grupos más dinámicos.
Una vez obtenidos los montos ajustados por agrupación, consideramos los incrementos en el salario mínimo. Desde el año 2017 se ha utilizado el resultado de la variación interanual en el mes de mayo de cada año para definir el ajuste del salario mínimo (a excepción del reajuste doble en el 2021 que incluyó el ajuste no realizado en el 2020 por la pandemia del COVID-19). Esto dio como resultado incrementos consecutivos del 3,5%, 3,8%, 4,4% y el último incremento de 11,4%, respectivamente.
En el 2022, a causa del episodio inflacionario impulsado por el incremento repentino de los combustibles, se dio uno de los mayores ajustes del Salario Mínimo Legal en el Paraguay. En junio de 2022, la Conasam resolvió aumentar el Salario Mínimo Legal en 11,4%, dada la inflación interanual del mes de mayo, suponiendo un incremento en valores absolutos de casi Gs. 261.000.
Considerando las variables mencionadas, se procedió a evaluar el poder adquisitivo de compra sumando los valores base actualizados por inflación de la canasta media, y comparando dicho monto con el salario mínimo vigente en cada mes.
La Figura 4 muestra la evolución de la brecha entre el valor de dicha canasta y el salario mínimo legal vigente; por ejemplo, en el periodo julio 2022 a junio 2023, en promedio, el individuo experimentó una brecha negativa mensual de -2,9%, es decir, el salario mínimo legal del periodo 2022/23 de un individuo solo cubrió el 97,1% del valor de la canasta del 2017 actualizada por inflación.
Ahora bien, observando valores mensuales específicos, la brecha del salario mínimo respecto a la canasta media fue del -4,4% en el mes de junio del 2023, representando una reducción del poder de compra de aproximadamente G. 116.000. Esta brecha negativa se compuso principalmente por Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (Gs. 100.000) y Transporte (Gs. 72.000), pero atenuada por los resultados positivos de Alojamiento, Electricidad, Gas; Comunicaciones, y otros.
Una cuestión importante a puntualizar es que, si observamos la brecha de junio de 2023 (-4,4%), en caso de mantenerse una inflación mensual de 0% en el mes de julio y al entrar en vigencia el incremento del 5,1% del salario mínimo resuelto por la Conasam, la brecha podría volverse positiva, si todo lo demás permanece constante.
Esto significa que, luego de tres ajustes consecutivos del salario mínimo sin lograr cubrir el valor actualizado de la canasta media del IPC -desde una perspectiva del mercado laboral-, la economía paraguaya podría ingresar en su fase conclusiva de ajuste nominal e iniciar su convergencia hacia un comportamiento inflacionario equilibrado y un crecimiento sostenible del producto.
Por último, considerando las limitaciones del ejercicio en lo que refiere a la reorganización del gasto y las características de sustitución o complementariedad entre bienes, el presente trabajo permite realizar unas estimaciones experimentales del poder de compra del salario mínimo en Paraguay, logrando la comparabilidad en el tiempo y contribuyendo al debate acerca de la fijación y cuantía de la remuneración mínima; cuestión que no solamente entraña aspectos inflacionarios, sino más bien un debate sobre el equilibrio general de la economía, por ende, los efectos de su modificación -ya sean negativos o positivos- podrían ocasionar cambios estructurales en la economía nacional.