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22 de abril de 2024

La Trinidad Imposible

En este artículo explicamos en qué consiste el trilema de conjugar la libre movilidad de capital, el tipo de cambio fijo y una política monetaria autónoma

Por: Marcos Cáceres

La Trinidad Imposible (también conocida como el Trilema Monetario o la Trinidad Irreconciliable) de la economía se refiere a una situación en la cual es imposible conjugar, al mismo tiempo, los tres siguientes objetivos: libre movilidad de capital, tipo de cambio fijo y una política monetaria autónoma. De ahí que también se lo denomine un trilema, pues un trilema se refiere a la forma de presentar una situación con tres opciones en la cual solo dos son posibles de conseguir al mismo tiempo.

Este trilema es el resultado del análisis que realizaron, en la década de los 60, los economistas Robert Mundell y Marcus Fleming, cuando extendieron el análisis del modelo keynesiano IS-LM a una economía abierta. Los mismos señalaron que una economía no puede simultáneamente tener control sobre el tipo de cambio, los flujos libres de capital y una política monetaria independiente. De hecho, Mundell obtuvo el Premio Nobel de Economía en 1999 “por sus análisis sobre las políticas fiscales y monetarias bajo diferentes sistemas monetarios y sus análisis de las áreas óptimas de divisas”.

El “Trilema” de la Política Monetaria

Fuente: Extraído de Wall Street Easy (2017)

Conceptos centrales

Primero, empecemos por definir los principales conceptos involucrados en este análisis y las razones por las cuales son deseables.

El tipo de cambio fijo es el régimen cambiario de una unidad monetaria cuyo valor se ajusta según el valor de otra divisa de referencia o de una canasta de monedas. La autoridad monetaria posee una meta para el tipo de cambio nominal y tiene que estar dispuesto a comprar y vender todas las divisas necesarias para mantener el valor que ha fijado. Es deseable, porque un tipo de cambio volátil dificulta las decisiones de ahorro e inversión y puede entorpecer el desarrollo de un sector exportador diversificado.

La libre movilidad de capitales, como su nombre lo indica, implica la entrada y salida sin barreras de capitales entre países. Teóricamente, es una situación económica que se caracteriza por la ausencia de barreras de ningún tipo para que los agentes económicos puedan movilizar fondos entre países -las barreras podrían ser impositivas, legales, físicas, temporales, entre otras-. Es deseable, porque amplía las opciones de financiamiento de las empresas y del gobierno, y el menú de opciones de inversión para quienes tienen un excedente de recursos. Con libre movilidad de capitales, es más fácil atraer inversión extranjera, tecnología y talento de otras partes del mundo.

La política monetaria autónoma se refiere a una política monetaria, generalmente conducida por los bancos centrales, en la cual la autoridad monetaria fija la tasa de interés o determina la cantidad de dinero de la economía teniendo en cuenta metas predeterminadas; asimismo, da la posibilidad de usar la política monetaria para estabilizar la economía. Si la actividad económica está deprimida, conviene aumentar la cantidad de dinero y reducir la tasa de interés (dependiendo del esquema de política monetaria), pues ello estimula el gasto y viceversa.

Tres escenarios posibles

Teniendo bien definidos los conceptos, demostremos lo que sucede cuando se intenta alcanzar los tres objetivos simultáneamente.

En una situación en la cual se posee un tipo de cambio fijo y libre movilidad de capitales, ante una reducción de la tasa de interés nominal, se produce una salida de capitales, lo que termina afectando el tipo de cambio nacional. Consiguientemente, la autoridad monetaria deberá modificar la cantidad de dinero para que el tipo de cambio se mantenga fijo, renunciando a su autonomía, por lo que no se puede tener una política monetaria autónoma.

Supongamos otra situación de tipo de cambio fijo, pero esta vez con una política monetaria activa, ante una variación de la tasa de interés. Deberá restringir o limitar la entrada/salida de capitales para que no se vea afectada la cantidad de dinero en la economía, por lo que esta situación implica restringir activamente la movilidad de capitales. No se cumple la libre movilidad de capitales.

Una tercera posibilidad es una economía que opta por una política monetaria autónoma y libre movilidad de capitales. Un aumento de la tasa de interés por parte de la autoridad monetaria produce una salida de capitales que termina afectando el tipo de cambio nominal. Si se desea tener esos dos objetivos, se debe dejar fluctuar el tipo de cambio, por lo que se adopta un tipo de cambio flexible, en el cual el mercado es el que determina el tipo de cambio nominal.

Hasta el momento hemos revisado los tres escenarios posibles, pero el lector se podrá preguntar: ¿Qué dos objetivos son los elegidos por las economías actualmente?

Por lo general, los objetivos elegidos (y los más deseables) son poseer una política monetaria autónoma y una economía con libre movilidad de capitales, junto con el consiguiente tipo de cambio flexible (recuerde el tercer escenario). Esta elección es el caso de la gran mayoría de las economías del mundo en la actualidad, incluida la economía paraguaya.

El caso de Argentina

Para concluir, repasemos el caso práctico de Argentina, su política monetaria y la trinidad imposible (Periodo 1990-2012).

En la década de los 90, con la política de convertibilidad, Argentina optó por la combinación de tipo de cambio fijo y libre movilidad de capitales, renunciando automáticamente al control de su política monetaria.

De 2003 a 2008, el país vecino fijó el valor de su moneda en relación con el dólar en un rango específico. En el 2008, debido a shocks externos negativos, abandonaron el esquema de tipo de cambio fijo, retomando así el control de su política monetaria en el periodo que abarca 2008-2011, pero subordinando la política monetaria a las necesidades fiscales del gobierno.

¿El resultado? La inflación aumentó y su moneda se depreció, conservando la libre movilidad de capitales.

En el 2011, el gobierno argentino volvió al control del tipo de cambio, pero sin reasignar el control de su política monetaria. El resultado, impuesto por el Trilema, la economía argentina se vio obligada a imponer medidas para frenar la fuga de capitales, es decir, abandonó la libre movilidad de capitales.

Finalmente, se recomienda profundizar más sobre estos temas concernientes a política económica, ya sea política monetaria o fiscal, para así poder entender todas las consecuencias que pueden conllevar propuestas como adoptar un tipo de cambio fijo o restringir la entrada/salida de flujos de capital, entre otras.

Referencias bibliográficas

Alejandro Rodríguez (2012). Trinidad utópica de la economía: el caso argentino.

BCP (2021). Programa de Política Monetaria – Módulo 1. Introducción.

Gustavo Díaz (2012). El trilema de la política monetaria en Colombia no se cumple.

Manuel Suárez-Mier (2021). La trinidad imposible de Mundell.

Martín Ramales (2012). Economía internacional. Apuntes introductorios.

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