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29 de marzo de 2024

Te mostramos cómo medir la salud financiera de tu negocio para que puedas sacar provecho a la recuperación económica

El balance contable, el estado de resultados, el flujo de caja y los ratios financieros son herramientas que te ayudarán a analizar la situación en que se encuentra tu empresa. Te explicamos en qué consisten y por qué son importantes para obtener los mejores resultados.

En tiempos de lucha por el comercio y los negocios cotidianos, una oleada de emprendedores y MIPYMES (micro, pequeñas y medianas empresas) buscan formas de innovar y abrirse camino en el mercado competitivo, atrayendo consumidores, con el fin de generar ingresos.

Para que tu emprendimiento o negocio prospere, se necesita un poco más que solamente un bien o servicio atractivo: también se requiere de una buena administración y un seguimiento constante de la salud financiera de la empresa.

Es por ello que resulta extremadamente importante saber qué números mirar para entender dónde se encuentra tu empresa en la actualidad y hasta dónde puede llegar en el futuro.

Este ejercicio se torna aun más importante en los tiempos actuales – en que el mercado busca superar las dificultades económicas generadas por la pandemia de COVID-19 – y puede ser el puntapié inicial para aprovechar la recuperación que se prevé alcanzar en los próximos meses y años.

Tener una imagen concisa de la salud financiera de la empresa es vital para cualquier emprendedor o persona de negocios, ya que su entendimiento permite un mejor manejo de recursos y una superioridad a la hora de tomar decisiones pertinentes en las operaciones

Por otro lado, este tema puede resultar sencillo, pero ser ignorado por la parte gerencial es lo que muchas veces lleva a los negocios a la quiebra.

No pienses que la buena administración y la medición de la salud financiera son una caja de herramientas que beneficia únicamente al jefe, ya que entender estos conceptos también puede tener sus beneficios para el trabajador. Si se entiende que el empleador está en una buena situación económica y financiera, capaz sea un buen momento para pedir un aumento o una mejor posición en la empresa. Y, así también, si la situación no se ve buena, capaz sea momento de destacarse y encontrar soluciones, o simplemente abandonar el barco.

El análisis de los estados financieros es la manera más segura de llevar a cabo una evaluación de la salud financiera empresarial y no es necesario ser un experto para entender lo básico. A continuación, te presentamos las principales herramientas:

  1. El balance contable

La mejor manera de entender el balance contable es mirarlo como a una fotografía, ya que muestra la situación financiera de la empresa o negocio en un tiempo particular y específico. Nos provee información sobre el activo, pasivo y el patrimonio neto.

Para ser más simples, activos son todos los bienes y recursos que posee la compañía y le permite generar ingresos. El pasivo está constituido por obligaciones y deudas que la empresa utiliza para financiarse y debe pagar en un plazo de tiempo.

Por último, el patrimonio neto es la diferencia entre el activo y el pasivo, y representa la propiedad de la compañía que le corresponde a los dueños en caso de liquidarla. De esta relación podemos derivar la ecuación contable que establece:

Activo = Pasivo + Patrimonio neto.

Para leer un balance efectivamente, es importante saber que el activo y el pasivo están presentados por “orden de liquidez”. Entiéndase: primero vienen los corrientes, que esperan convertirse en dinero en un año (o deudas a ser pagadas en un año), y luego vienen los no corrientes, que tomarían un poco más para ser efectivizados (o deudas con vencimientos mayores a un año).

Entendiendo esos conceptos, se puede ver que la información contenida en el balance es extremadamente útil, ya que permite:

  • Ver qué tan líquido es el negocio en un corto plazo.
  • Saber si el negocio es capaz de financiar las operaciones por sí solo.
  • Tener el cálculo de capital de trabajo.
  • Observar los inventarios y el plazo de venta de este.
  • Saber el tiempo que toma a los clientes pagar las deudas al negocio y el tiempo que le toma a la empresa pagar a los proveedores.
  • Analizar los activos fijos que tiene la empresa, en qué puede o no debe invertir.
  • Observar los niveles de deuda y apalancamiento que posee la empresa.
  1. Estado de Resultados

A diferencia del balance, el estado de resultados presenta el desempeño de la empresa a lo largo de un periodo de tiempo (usualmente seis o doce meses). El estado de resultados se enfoca en las ventas o ingresos, los costos y los gastos, y los beneficios o utilidades que la compañía genera en dicho periodo.

Por lo general, la primera línea del estado de resultados se refiere a todos los ingresos generados por la empresa en el periodo de tiempo seleccionado; a esto se le sustraen los costos y gastos incurridos – primeramente los costos de los bienes o servicios prestados para llegar al beneficio bruto –.

A este, se le restan todos los gastos operativos, como la renta, servicios básicos, salarios y otros gastos administrativos, para eventualmente alcanzar la utilidad o beneficio neto.

A la hora de estimar los gastos futuros, este es el documento más importante y es el que brinda una abundancia de información relevante para entender la salud financiera de la empresa, tal y como:

  • Los ingresos y su evolución durante un periodo de tiempo.
  • Varios márgenes útiles (como el margen bruto, margen operativo), y cuál es el porcentaje de los ingresos que se utilizan para sustentar los gastos y costos.
  • La capacidad del negocio de pagar los intereses sobre las deudas y financiamiento utilizado.
  • Al final, qué tan rentable resulta la empresa y si genera ganancias o pérdidas, para continuar con las operaciones.

El entendimiento y una lectura correcta del estado de resultados puede impulsar el crecimiento de la empresa, al igual que la falta de comprensión del mismo puede ocasionar pérdidas.

  1. El flujo de caja

La diferencia contable entre el flujo de caja y los dos estados contables discutidos anteriormente es básicamente que el flujo te dice exactamente dónde está el dinero líquido de la empresa. Este provee un detalle profundo de dónde vino y dónde se utilizó el dinero en ese periodo contable, demuestra las fuentes de financiamiento y la utilización del mismo.

Para esto, el flujo de caja generalmente está dividido en el dinero obtenido y utilizado en: las operaciones, el financiamiento y las inversiones del negocio.

El propósito principal del flujo de caja es eliminar y consolidar todas las transacciones contabilizadas que envuelven a todos los gastos que no comprometen “dinero real”, tal y como la depreciación y la amortización de activos fijos.

Mediante el flujo de caja podemos saber:

  • La liquidez real del negocio.
  • La fuente de dinero de la empresa, por ejemplo deuda vs. financiamiento propio.
  • El incremento o decrecimiento del dinero durante un periodo de tiempo.
  • El flujo de caja libre que genera la empresa y que brinda el valor a la misma.

El flujo de caja se construye en base al estado de resultados y el balance general.

4. Ratios Financieros

Por último, existen varios ratios financieros que pueden ser calculados con base en los documentos mencionados anteriormente. Estos brindan una ayuda para poder tener una mejor idea del estado de la salud financiera y complementan a los tres documentos presentados anteriormente, al brindar herramientas que ayudan a comprender mejor los números.

Los ratios son mejor analizados si los comparamos con periodos anteriores o, incluso, con competidores del negocio. El objetivo es tener una idea más concisa de la eficiencia, operaciones y la rentabilidad del negocio.

Algunos de ellos son:

  • Margen de beneficio bruto: representa el porcentaje de beneficio que generan los ingresos de la empresa una vez que se sustraen los costos directos de bienes y servicios prestados.
  • Margen de beneficio neto: así como el ratio anterior, este demuestra el porcentaje de beneficio una vez que se sustraen todos los gastos operativos, administrativos y los impuestos de los ingresos, y presenta la rentabilidad de la última línea del estado de resultados.
  • Ratio corriente: la división del total de activo corriente entre el pasivo corriente, este demuestra la habilidad de la empresa de cubrir las obligaciones a corto plazo o en menos de un año.
  • Rentabilidad sobre recursos propios (o patrimonio) – ROE: la habilidad de la empresa de generar retorno sobre las inversiones propias o de capital propio de los inversionistas.
  • Retorno sobre activos  – ROA: similar al anterior, este ratio refleja la habilidad de generar ganancias en base a los activos que posee la empresa.

Todas estas son herramientas que deberían ser utilizadas en conjunto, para tener una idea clara de la salud financiera del emprendimiento o negocio.

Tener una idea clara de cómo evaluar y analizar comprensivamente la salud financiera es vital tanto para los emprendedores como para los gerentes, empleados e inversores, a la hora de analizar oportunidades e inversiones futuras.

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