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24 de abril de 2024

El modelo de Oslo: La capital de los vehículos eléctricos

En este artículo exploramos cómo logró Noruega preparar a sus ciudades para esta revolución automotora, desde la agenda gubernamental que apunta a un enfoque holístico de cero emisiones para enfrentar al cambio climático.

ANÁLISIS

Por Gonzalo Ma. Masera Rojas – Estudiante de Economía

Los vehículos eléctricos aceleraron su ingreso al mercado paraguayo a partir del 2019 y existe una aceptación que se va acrecentando, teniendo estos a servicio de entes u organizaciones públicas o privadas como Itaipú Binacional, Uber, hoteles, además de usuarios privados, entre otros.

Esto se debe a que, según estimaciones, los costos por mes en combustible, emisiones y mantenimiento (service) se reducen de manera importante.

Para hablar con propiedad de los automóviles eléctricos, nos ubicamos en la ciudad de Oslo, Noruega, considerada la capital de autos eléctricos

Enfoque Holístico

Esta revolución y rápido crecimiento es bastante prometedor en ciudades como California, países como China, Corea y los de Europa; y particularmente, en Oslo.

Esta última es considerada la capital de vehículos eléctricos en el mundo, registrando al 2017 un 50% de todos los autos nuevos vendidos en la ciudad como completamente eléctricos y un 39% a nivel país.

Esto permitió a Noruega convertirse en el país con mayor participación en el mercado de vehículos eléctricos. Este artículo busca plasmar cómo logró Noruega preparar sus ciudades para esta revolución automotora.

En el siguiente gráfico apodemos notar el desglose de ese 50% de coches nuevos vendidos en: totalmente eléctricos (37,5%) o híbridos enchufables (14,1%), según datos del Consejo de Información sobre el Tráfico Vial de Noruega.

Fuente: The Norwegian EV Association

El crecimiento exponencial visto en Oslo se debe también en parte a una agenda gubernamental que apunta a un enfoque holístico de cero emisiones, debido a los problemas de cambio climático.

Muchos países en el mundo buscan aportar a la lucha contra el cambio climático para lograr un ambiente donde exista un desarrollo sostenible especialmente en áreas como energías renovables, eficiencia energética, transportes eficientes, construcción sostenible y reducción de emisiones.

En Oslo, para lograr un cambio ecológico a través del transporte, también se debe destacar que los vehículos eléctricos son solo una parte de la ecuación, ya que también deben promover el transporte público ecológico, además de aumentar el enfoque dado a los peatones y ciclistas.

También se tiene en cuenta la implementación de taxis y vehículos pesados para transporte de mercadería con cero emisiones. Esta agenda gubernamental apunta a que para el 2024 Oslo sea una ciudad libre de emisiones combustibles-fósiles.

Existe una paradoja en el porqué de Noruega en su carrera por convertirse en un pionero del transporte ecológico.

Es un importante productor y proveedor de combustibles-fósiles para el mercado mundial, y la riqueza del país se ha visto impulsada por sus grandes reservas de energía: Noruega es uno de los mayores exportadores de gas natural del mundo y en 2017, produjo alrededor de 1,98 millones de barriles por día (b/d) de petróleo y otros líquidos.

En 2017, además, Noruega era el tercer mayor exportador de gas natural del mundo después de Rusia y Qatar y el séptimo mayor productor de gas natural seco.

Sin embargo, a través del Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega – que en su mayoría está compuesto por utilidades generadas por esta producción de combustibles fósiles – decide invertir miles de millones de dólares en proyectos de energía eólica y solar, entre otros proyectos renovables.

Es así como la Noruega moderna se construyó e industrializó cuando comenzó a utilizar ríos y cascadas para producir electricidad como una alternativa al petróleo y gas.

La energía hidroeléctrica sigue siendo la columna vertebral del sistema eléctrico noruego y seguirá siéndolo en el futuro previsible, pudiendo cumplir con el 99% de la demanda eléctrica, según datos proporcionados por el gobierno (Regjeringen.no).

Más de 100 años después de que se construyera la primera central hidroeléctrica en Noruega, casi toda la producción de electricidad se basa en la energía hidroeléctrica.

El Modelo

En promedio, los noruegos se encuentran entre las personas más ricas del mundo, lo que significa que muchos de los ciudadanos del país pueden pagar un nuevo automóvil eléctrico.

En el período de 25 años comprendido entre 1992 y 2017, el ingreso nacional bruto per cápita de Noruega se triplicó con creces a casi USD 64.000, según el Banco Mundial.

Pero lo más importante de este modelo son los incentivos.

Durante años, los noruegos que optaron por un automóvil de cero emisiones disfrutaron de una gran cantidad de beneficios, incluida una exención de impuestos sobre las ventas, la importación y la circulación. Estos incentivos forman parte del Norwegian EV policy.

Los incentivos son importantes, pero para que funcionen, también se necesitan más regulaciones sobre el uso del automóvil. En Oslo, están previstas varias de estas nuevas medidas:

• Un centro de la ciudad sin coches (centro de la ciudad)

• Nuevas zonas de bajas emisiones (gran Oslo)

• Zonas de estacionamiento residencial con estacionamiento gratuito para vehículos eléctricos (gran Oslo)

Tasa de congestión (no para vehículos eléctricos) (toda la ciudad)

Mayor número de puertas de peaje/carreteras en toda la ciudad, con paso gratuito para vehículos eléctricos

• Una ciudad libre de fósiles en 2024 (gran Oslo)

• Solo taxis de cero emisiones a partir de 2022 (toda la ciudad)

• Prohibición de las ventas de vehículos diésel y de gasolina (toda Noruega a partir de 2022)

• Prohibiciones temporales de vehículos diésel en los días más contaminantes (toda la ciudad a partir de 2017)

Es de esta manera que Noruega pudo utilizar al máximo su sistema de energía renovable con fuertes políticas públicas y de Estado para poder afrontar esta ola que forma parte de ramas como las finanzas sostenibles y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Es este modelo replicable en países con características similares? ¿Puede Paraguay con su creciente mercado de vehículos eléctricos e hidroeléctricas como las binacionales transformar la huella ecológica del transporte?

Esto sería otro análisis, pero para lograr el cambio se debe de incentivar el debate que incluiría a la voluntad política de utilizar impuestos, regulaciones y otros incentivos verdes para hacer el cambio: desarrollos tecnológicos para vehículos, baterías, cargadores, vehículos autónomos; evolución de los precios mundiales de combustibles alternativos como la gasolina y el diésel; cooperación nacional y transnacional, municipios, gobernaciones, el gobierno nacional y empresas privadas.

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