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28 de marzo de 2024

Itaipú y las oportunidades reales que traería la reducción de la tarifa en el 2022

La tarifa energética podría reducirse considerablemente el año que viene. Se ha disminuido la deuda contraída para la construcción de la usina que representaba una parte importante del costo de la energía.

Especialistas aseguran que esto abre la oportunidad histórica de colocar los temas centrales a cambiar en Itaipú, desde el interés nacional como el manejo de la energía, los fondos, el territorio y el poder.

ANÁLISIS

En estos últimos meses y los próximos años, nuestro país deberá tomar decisiones muy importantes con respecto a la Itaipú Binacional. En este diciembre se debe definir la nueva tarifa energética que regirá el siguiente año y en el 2023 se debe renegociar el Anexo C del tratado de Itaipú. 

La nueva tarifa para el 2022 implicará un gran cambio, ya que este debería tener una reducción atendiendo a que se ha disminuido de manera considerable la deuda contraída para la construcción de la usina.

Esta deuda contraída representaba una parte muy importante del costo de la energía. Es importante señalar que esto tiene una relación directa con el Anexo C, ya que en el numeral III de este documento está establecida la tarifa de Itaipú, además de otros componentes como la deuda.

Lea también: Polémica en Paraguay por una posible rebaja de la tarifa energética a Brasil

Según explicó Cecilia Vuyk, politóloga y especialista en temas energéticos, esa deuda que fue contraída constituye actualmente el 60% de la tarifa. “En el cronograma oficial de pago, esa deuda baja de USD 2.062 (año 2021) a USD 1.445 millones en el 2022”, precisó. 

Enfatizó en que la amortización de la deuda de Itaipú genera una oportunidad única, donde el costo de producción baja en un 60% (que antes iba al pago de la deuda). Agregó que esta situación genera la posibilidad histórica de colocar los temas centrales a cambiar en Itaipú, desde el interés nacional como el manejo de la energía, los fondos, el territorio y el poder.

La experta resaltó que la amortización de la deuda brinda un elemento económico y financiero, que se suma al elemento jurídico y diplomático de los 50 años del  tratado y de la revisión del Anexo C, y al elemento político y social que instala el tema de Itaipú en la agenda de ambos países, así como ante los ojos de la comunidad internacional.

“Si no tomamos la oportunidad en esta conjunción de elementos y esperamos al 2023, pero estos hechos ya van avanzando previamente, en el 2023 solamente con el elemento jurídico de la revisión del Anexo C puede no pasar nada; es una obligación revisar, es decir, abrir una negociación, pero no hay ningúna obligación de cerrar ningún acuerdo”, señaló.

Añadió que, según las últimas declaraciones del director brasileño de Itaipú, no hay una obligación de modificar parte alguna en el anexo C ni en el tratado, solamente hay una obligación de revisar.

Vuyk dijo que el interés central de Brasil y de las grandes empresas es el costo de energía, y el aprovechamiento y uso de la energía paraguaya de Itaipú.

“Si nosotros ya cedemos en esos puntos, no tenemos una carta de negociación fuerte para después poner los puntos centrales sobre la mesa. Si la tarifa se mantiene tal cual, esta beneficia el statu quo, a las grandes empresas extranjeras, a los grandes bancos y a Brasil, en contra de los intereses paraguayos”.

Cecilia Vuyk, politóloga y especialista en temas energéticos.

Subrayó que si Paraguay no propone oficialmente nada y deja que la tarifa baje por la «aplicación del Tratado», entrega esa posición estratégica para negociar y pierde su principal carta de negociación. A su criterio, esta situación se está dando porque las negociaciones reales se están dando por debajo de la mesa.

Dos hechos relevantes

Por su parte, el economista y ex ministro de Hacienda, César Barreto, dijo que hay  dos hechos relevantes actualmente: vence el plazo mínimo de 50 años para la revisión del Anexo C y la binacional ya pagó gran parte de la deuda contraída para construirse. 

En un conversatorio organizado por la Conferencia Episcopal Paraguaya, denominado “Itaipú, oportunidad de diálogo social para el bien común», el profesional dijo que una vez que la Itaipú pague toda la deuda que se adquirió para la construcción, el costo de producción se reducirá y esto coincide con la revisión del Anexo C. 

Barreto sostuvo que la revisión del citado anexo no tendría mucha significancia si no hubiera sido porque se reduce el costo en alrededor de USD 2.000 millones. “Esto es lo que hace la diferencia para que nos sentemos a negociar qué hacemos con estos USD 2.000 millones”, dijo. 

Ante esto, a su criterio existen varias opciones, como reducir la tarifa de Itaipú que le cobra a la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y a Eletrobras, o mantener la tarifa actual y generar una renta energética, o una combinación de las dos anteriores, es decir, reducir la tarifa por un lado y fijarla en un nivel tal que permita generar una parte de renta también.

¿Qué es lo óptimo para Paraguay, dada esta situación?

El economista dijo, en otro momento, que la energía a bajo costo solamente no es suficiente para incrementar las inversiones y promover el desarrollo industrial, ya que Paraguay ya tiene la tarifa más baja por la energía en toda la región.

“Sin embargo, no es que nos llenamos de inversiones o de intenciones de invertir para aprovechar esa tarifa baja; para algunas industrias, la energía es muy relevante, para otras industrias es menos relevante”, indicó.

Barreto agregó que a esto se suman los problemas de infraestructura, de conectividad, de calidad de formación de la gente y problemas de competitividad que padece el país, entre otras cosas. 

“Hay que ser consciente de esta realidad, no porque bajemos el costo de la energía vamos a llenarnos de inversiones y el desarrollo del país va a explotar el próximo  año, no es así, puede impactar, el efecto va a ser gradual de la misma forma que ya viene siendo en los últimos años”, advirtió.

En esta línea, añadió que considerando estas cosas, lo óptimo es maximizar la captura de esta renta energética e invertirlos en estos déficits, en infraestructura y capital humano, etc. 

Comentó que claramente el Brasil ha manifestado que prefiere una reducción de la tarifa de Itaipú ya que si se baja la tarifa al mínimo posible, el vecino país se va a apropiar del 85% de la renta energética porque ellos consumen hasta hoy la mayor parte de la energía. 

“Desde mi punto de vista, esto no es equitativo porque somos dueños de la energía en un 50/50; sin embargo, cuando se genera renta, uno se va a llevar el 85% y el otro se va a llevar el 15%, tenemos que buscar acercarnos por lo menos a una distribución más equitativa en función a la proporción de propiedad que tenemos, que es de 50/50”, explicó. 

No obstante, el economista reconoció que otro elemento a considerar es que el costo de energía de Itaipú para la ANDE no es lo mismo que para el Brasil, dado que usamos energía excedente. Por lo tanto, tampoco podemos mantener la tarifa en los niveles actuales, porque eso le generaría problemas financieros a la ANDE ya que su tarifa es más baja actualmente, según la mirada del analista.

“Lo posible o razonable sería combinar una reducción parcial de la tarifa de Itaipú e incorporar una renta energética dentro de la estructura de costo de Itaipú a ser distribuido en partes iguales por ambos países”.

César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda.

Un acuerdo puente

El exministro también sostuvo que es urgente que se lleve adelante un acuerdo puente, ya que el contexto político en ambos países seguro va a demorar las negociaciones y no se va a poder terminar para el 2023.

“El actual anexo C dice que la tarifa se fija a costo. Como el costo de la deuda ya se reduce de manera importante el próximo año y termina en el 2023, directamente la tarifa va a bajar automáticamente en el 2022 y 2023, ¿qué más vas a negociar una vez que la tarifa ya bajó, qué lo que vas a negociar más si lo fundamental ya se distribuyó: 85% para Brasil y 15% para Paraguay? Hay que plantear con más fuerza este tema porque, si la tarifa baja, ya no hay nada que negociar después”, concluyó.

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