ANÁLISIS
La economía paraguaya enfrenta este segundo año de pandemia en medio del agotamiento no solo de una población que debió soportar la cuarentena del 2020 y no encuentra aún una salida certera a la problemática del COVID-19. Se suma también un gobierno que se ve obligado a empezar a recomponer las cuentas fiscales, pero todavía debe asistir en la contención de los efectos económicos de esta recrudecida emergencia sanitaria.
En este contexto, la segunda ola de contagios, la consecuente saturación del sistema de salud y el exponencial aumento de fallecimientos por esta enfermedad llevaron a la imposición de nuevas restricciones a la actividad social desde este mes y el desaliento de las perspectivas de recuperación económica con que se miraba al 2021
El Poder Ejecutivo respondió a esta situación con un nuevo paquete de ayuda económica, que incluye medidas como la reducción temporal de tasas impositivas y subsidios al consumo de energía, y se suma a anteriores disposiciones de flexibilización crediticia, pago diferido de servicios básicos y disminución de aporte al Instituto de Previsión Social (IPS).
Estas acciones cumplen con la función de ser paliativas, pero son insuficientes para generar confianza entre los agentes económicos y despejar la incertidumbre.
En esta apreciación coinciden los economistas César Barreto, Carlos Fernández Valdovinos y Carlos Carvallo Spalding, y no descartan que las proyecciones del producto interno bruto (PIB) sufran todavía más recortes, principalmente si no se acelera el proceso de vacunación contra el coronavirus.
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Hace falta más
“A mí me parece que es insuficiente, porque hay sectores que van a estar muy muy afectados”, recalca el exministro de Hacienda César Barreto, miembro de la Fundación Desarrollo en Democracia (Dende), respecto a la respuesta económica que está dando el gobierno de Mario Abdo Benítez al empeoramiento de la situación sanitaria y el nuevo golpe que esto implica para la actividad del mercado.
Reconoce que los rubros más perjudicados son aquellos que dependen de la circulación en horas de la noche, ahora limitada hasta las 20:00. Entre ellos se encuentra el grupo de bares y restaurantes, que actualmente está dividido entre los que optaron por cerrar sus locales durante quince días y los que se oponen a la restricción, con la decisión de ofrecer sus servicios al menos desde la modalidad de delivery.
“En general son pequeños empresarios, hay también algunas empresas medianas y de tamaño un poco grande, pero en general es un sector de pequeños empresarios que viven de la facturación que genera su actividad: no tienen seguros, tal vez algunos de ellos tengan algún ahorro, pero no tienen mucho de dónde agarrarse si es que no pueden trabajar”, relata el economista, sobre la situación del referido rubro.
“Ya vienen sufriendo, se habían recuperado un poco en el segundo semestre del año pasado, cuando se liberaron nuevamente las actividades; pero esto es otro golpe que a muchos seguramente no va a llevar a los niveles de subsistencia. El Gobierno debería de articular algún apoyo que sea más efectivo para ellos, precisar exactamente las necesidades que tienen y tratar de estructurar un programa de ayuda más concreto”, agrega.
Considera que se debe diferenciar la necesidad por la que atraviesan las empresas y los emprendimientos según su tamaño y volumen de actividad, ya que la condición no es la misma para puestos callejeros de comidas que para restaurantes con cierta cantidad de locales.
En consecuencia, reconoce que las transferencias monetarias de subsistencia probablemente sean importantes para los pequeños emprendedores, pero no para empresas más estructuradas que deban sostener locales, pagar alquileres y cubrir otros gastos de sostenimiento del negocio.
“Hay experiencias en otros países, hay que ver qué ha funcionado”, sugiere el analista.
“Hay que analizar con detalle la situación y tratar de estructurar medidas que apunten a dar sostenimiento a los distintos tipos de empresas; o sino vamos a destruir el sector de servicios, principalmente de restaurantes y eventos, y reconstruir ese sector que emplea a mucha gente va a llevar años”.
César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda.
Panorama complicado
Carlos Fernández Valdovinos, ex presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), coincide con Barreto en que las últimas medidas de ayuda económica dispuestas por el Gobierno no son suficientes para contener a los sectores que siguen siendo duramente afectados por la pandemia.
“Son medidas paliativas. Lo podés tratar de poner como algo positivo de que el Gobierno está haciendo algo, de que está respondiendo; pero evidentemente son extremadamente paliativas únicamente”, exclama.
A modo de ejemplo menciona al pago de alquileres, para el cual se redujo el Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 5%, pero queda la totalidad de la tarifa de renta que deben afrontar personas que prácticamente no están generando ingresos.
“Por más que se exonere el IVA totalmente, la persona va a terminar pagando el 95% de su costo; mientras no pueda trabajar, ese es un costo enorme que es muy difícil de asumir. Puede ayudar a algunos pero para mucha gente, por más que existan estas subvenciones o subsidios de una u otra manera, finalmente no va a ser suficiente para evitar que salgan finalmente del mercado”, explica.
Barreto advierte que el apoyo del Gobierno debe contemplar un periodo de más allá de los quince días de vigencia que tendrán las actuales restricciones, ya que la inmunización mínima de 70% de la población que se requiere para pensar en una vida “normal” no se va a alcanzar este año, a lo que se suma la insuficiente capacidad de atención que tiene ya el sistema público y privado de salud para la atención del ritmo de contagios al que se llegó recientemente.
Considera que se debe prever también la respuesta económica a la necesidad de que se vuelvan a imponer restricciones temporales más adelante, cuando nuevamente se disparen los índices de contagios y fallecimientos.
Gestión sanitaria, en urgente necesidad de mejora
El ex titular del BCP recalca que en este momento ya no son suficientes la política fiscal ni la política monetaria para hacer frente a los efectos económicos de la pandemia, ya que lo único que puede mejorar el panorama es la aceleración del proceso de vacunación.
Calcula inclusive que la inmunización es una salida más barata a la crisis que las medidas de apoyo económico dispuestas por el Gobierno: si se compran los biológicos a USD 10 la unidad, con los USD 100 millones que se destinarán al nuevo paquete de alivio económico del Poder Ejecutivo ya se hubieran comprado 10 millones de dosis de la vacuna anti-COVID
En este sentido, lamenta que las autoridades nacionales se hayan movido muy tarde para conseguir las vacunas, atendiendo a la inmensa demanda mundial que supera ampliamente a la oferta de estos productos.
Por otro lado, manifiesta también su preocupación respecto a la capacidad que vaya a tener la red sanitaria para desplegar la campaña de inmunización con la velocidad y la eficiencia que se necesita.
La duda se genera ante el desorden que se desató con el inicio de la vacunación a personas mayores de 75 años y los problemas que puede acarrear el ingreso de los siguientes grupos de prioridad para la inmunización.
“Es cuestión de gestión del momento en que se compren las vacunas y no haya ningún tipo de escándalo, y después gestión para la vacunación per se; si no se tiene una estrategia interesante, esto no va a resultar”.
Carlos Fernández Valdovinos, economista y ex presidente del BCP.
Recomienda empezar a considerar sitios de aplicación de vacunas más amplios, para recibir a mayor cantidad de personas, tales como estadios y parques, ya que los hospitales tienen una capacidad limitada y no pueden evitar la aglomeración de personas.
“Hay que trabajar de forma coordinada, la solución no va a estar en manos de un solo ministerio: puede haber enseñanzas de la SEN (Secretaría de Emergencia Nacional), que está acostumbrada a la distribución de ayuda alimentaria en forma masiva; en términos del uso de las fuerzas armadas para algunas cuestiones, están los cuarteles donde se pueden ir a vacunar, ver la estrategia de otros países para la vacunación masiva en corto plazo”, añade.
Perspectivas económicas en baja
A criterio de César Barreto, el pronóstico de 3,5% de recuperación económica que contempla ahora el BCP probablemente no llegue a concretarse, ya que la actividad evidentemente no volverá a la normalidad este año.
Advierte que sectores como el comercio y la industria difícilmente puedan alcanzar los niveles de expansión que figuran en las estadísticas oficiales, y que la construcción también estará más limitada que en el 2020
A esto se suma que la confianza para consumir productos y servicios sigue sin recuperarse, principalmente por el temor al contagio. Con las nuevas restricciones, se desalienta inclusive a aquellas personas que eventualmente todavía optaban por salir.
“Creo que el 3,5% (de proyección de crecimiento económico del BCP) es optimista. En el mejor de los casos, hemos de poder mantener la actividad del año pasado, por ahí algo levemente positivo”, avizora el economista, al tiempo de anunciar que en las próximas semanas publicarán la actualización de las proyecciones de Dende, con una estimación de la expansión del PIB definitivamente menor a la pronunciada por la banca matriz.
Fernández Valdovinos también observa que el consumo se encuentra muy deprimido y que inclusive sin restricciones, locales como los restaurantes no están recibiendo el flujo de clientes que necesitan para continuar con el negocio.
Respecto al recorte de la estimación de crecimiento económico efectuado por el BCP, considera que fue atinado pero que no sorprendió, aunque advierte que la construcción de las perspectivas depende exclusivamente de lograr una campaña de vacunación exitosa.
Desde Basanomics, adelanta que estarán también ajustando sus estimaciones de variación del PIB para este año, probablemente en la misma línea en que lo hizo el Banco Central, y que el resultado de la actividad económica de abril indefectiblemente estará por debajo de lo que se estaba esperando.
Medidas y vacunas
Al ser consultado sobre este asunto, el economista Carlos Carvallo Spalding considera que es importante hacer un análisis profundo sobre qué es lo que está pasando con el crecimiento, y que se debe partir del hecho de que la reciente revisión a la baja sobre la proyección del PIB del país está en el mismo contexto que todos los de la región, ya que se esperaba superar la pandemia en el 2021 y no es la realidad.
En este sentido, puntualiza que el Paraguay tiene la suerte de estar entre los países que son beneficiados por un nuevo ciclo de los precios de las materias primas, y si bien esto no afectará directamente a las familias, mantendrá a la economía con cierta estabilidad.
El también ex miembro del Directorio del BCP opina que la diferencia estará en qué tan rápido puedan los diferentes países tomar las medidas necesarias para generar un proceso de recuperación sustentable, ya que ninguna política económica en este momento puede ser demasiado efectiva al no existir previsibilidad y cada vez que se generan nuevas olas de contagios, se cierran los negocios y no hay demasiado qué hacer.
Apunta que la única manera de ayudar realmente a las familias a pasar este mal rato es el inicio de una campaña de vacunación masiva sería, ya que es muy complicado pedirle al sector privado que deje de trabajar cuando no se le dan garantías de que se está haciendo un esfuerzo real por cambiar la situación; mientras que todo el esfuerzo lo llevaron las empresas.
“Lo que va a hacer que de una vez por todas salgamos de esta situación es que se comience a inmunizar a la población y que haya una gestión de expectativas. Hoy en día la incertidumbre es tan grande porque no sabemos cuándo van a llegar las vacunas, que los agentes económicos están esperando ver qué pasa y eso afecta a su vez el crecimiento económico en el futuro”, sostiene.
“Dentro de ese contexto de un estado de bienestar muy débil, se hizo lo que se pudo, se improvisó y se trató de sostener a las familias”.
Carlos Carvallo Spalding, economista y ex miembro del Directorio del BCP.
Sobre la reciente revisión a la baja que realizó el BCP sobre la proyección del crecimiento para el PIB de este año, Carvallo Spalding destaca que está en un sentido correcto y en la medida que la gente siga teniendo miedo de desplazarse, la situación va a seguir empeorando y no hay una luz en ese escenario.
Recuerda que, de hecho, el Gobierno ya perdió mucho espacio fiscal, por lo que seguir sosteniendo la economía sin agrandar demasiado el déficit fiscal va a ser un problema a resolver.
Agrega que se deben revisar cuestiones referentes a la política exterior, ya que el país se está privando del acceso a mercados dinámicos como los asiáticos por medio del relacionamiento con China.
Recalca que inclusive esto nos ha privado de la posibilidad de acceder a más vacunas y pone como ejemplo que Uruguay ya accedió a dos millones de vacunas chinas; el analista sostiene así que la política diplomática de nuestro país debe ser revisada.
“El Ministerio de Hacienda hizo lo que pudo con los instrumentos que tuvo, tenemos una enorme cantidad de trabajadores informales que no están registrados. Nuestra debilidad institucional es nuestro peor enemigo en este momento”, dice Carvallo Spalding, al momento de apuntar que “se pudo haber hecho algo más”.
