De acuerdo con un informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la esperanza de vida en el Paraguay se redujo 4 años y 7 meses debido a la alta tasa de mortalidad que se produjo en el país a causa de la pandemia del COVID-19.
Cabe recordar que la esperanza de vida era de 75 años en promedio, mientras que en la actualidad se ubica en 70 años para ambos sexos, ubicándose por debajo de la media regional para Latinoamérica.
Según los datos del Ministerio de Salud Pública, en Paraguay hubo alrededor de 660.841 contagios y 18.994 muertes relacionadas con el coronavirus desde que comenzó la pandemia.
Igualmente, del total de casos de COVID-19, la mediana de edad fue de 37 años y predomina levemente el sexo femenino, con una presencia de 52%. Sin embargo, el 57% de los decesos causados por esta enfermedad se registró en los adultos de tercera edad (64 años en adelante).
Esta cantidad de muertos derivados de la pandemia en el país fue uno de los principales factores que incidió en la baja de la esperanza de vida a nivel local.
Por otra parte, el documento de Cepal señala que la pandemia desencadenó una crisis de mortalidad mundial que planteó desafíos adicionales a los sistemas de salud de los países. “Las medidas de política sanitaria adoptadas para mitigar el impacto de COVID-19 han variado de manera sustancial entre los distintos países y sus jurisdicciones”, reza parte del documento.
En este sentido, es importante resaltar que el país sufrió una serie de cambios y contratiempos, debido a que el sistema de salud del país se vio colapsado por el aumento de casos y la falta de infraestructura para este tipo de situaciones.
La producción y la baja esperanza de vida
Esta baja en la esperanza de vida podría tener efectos secundarios sobre la producción de un país, pero en el caso de Paraguay se espera un impacto más bien limitado. Es lo que considera la economista Martha Coronel, pues observa que más de la mitad de la población que fue afectada por la reducción de la expectativa de vida pertenece al grupo de 65 años de edad en adelante, lo que no necesariamente ocasionaría una baja de la productividad a nivel local.
“Esta reducción de la esperanza de vida no tendría que afectar drásticamente la producción del país, salvo que la otra proporción, que es el 46%, quedó con secuelas y eso la misma Cepal en su informe menciona que es todavía difícil prever”, explicó Coronel.
Asimismo, expresó que estos datos de la Cepal pueden dejar en evidencia la debilidad del sistema de salud de los países, que se vio sobrepasado con la llegada de la pandemia.
No obstante, la analista resaltó que Paraguay cuenta con una población mayoritariamente joven, por lo que la productividad no se verá precisamente afectada por los efectos de la pandemia en la expectativa de vida de la población, ya que la escasa preparación o un mercado poco desarrollado son más bien los factores que inciden directamente sobre la capacidad de producción del país.
“Todavía nuestra población de jóvenes es muy grande. Este caso coyuntural lo que hizo fue afectar a la población de 65 años para adelante, que ya aportó lo que tenía que haber aportado a la economía”.
Martha Coronel, economista
