El BCP elevó su proyección de crecimiento económico para 2025, de 4,0% a 4,4%, impulsado por un mejor desempeño de la actividad económica en el primer semestre. Las estimaciones de crecimiento de todos los sectores fueron revisadas al alza. Además, el aumento de la inversión en maquinaria y equipos y el mayor consumo privado fortalecen la demanda interna, aunque se espera una menor contribución del comercio exterior.
En el mismo sentido, la banca matriz ajustó su proyección de inflación de 3,8% a 4,0%, debido principalmente al aumento sostenido de precios en productos alimenticios como la carne. Si bien no se identifican presiones relevantes desde el entorno externo, el BCP espera que la inflación converja gradualmente a la meta del 3,5%, siempre que se disipen los efectos de los shocks recientes vinculados a alimentos y al tipo de cambio.
La economía paraguaya crecería un 4,4% en 2025, según la nueva estimación del Banco Central del Paraguay (BCP), presentada en su Informe de Política Monetaria (IPoM) correspondiente al mes de junio. Con este ajuste, la expansión prevista supera a la registrada en 2024, que fue del 4,2%.
El informe destaca que todas las proyecciones por sectores económicos (primario, secundario y terciario) fueron revisadas al alza en comparación con la actualización de marzo pasado. La estimación anterior del Producto Interno Bruto (PIB) apuntaba a una expansión del 4%.
Por grandes sectores, la revisión quedó de la siguiente manera: el sector primario pasó de 1,2% a 1,8%, el secundario se mantuvo en 5,1%, y el terciario subió de 4,0% a 4,2%. Además, la proyección de crecimiento del impuesto a los productos fue ajustada de 3,7% a 4,8%. (Ver gráfico)
Según el BCP, este ajuste responde a que el desempeño de la economía en los primeros meses del año fue mejor de lo previsto, impulsado principalmente por una mayor dinámica en los sectores de servicios, ganadería y manufactura.
En detalle, la mejora del sector servicios se explica por una expectativa más favorable para el comercio, cuya proyección de crecimiento se elevó de 4,2% a 5,3%. Por su parte, el repunte del sector primario está motivado por una expansión más pronunciada de la ganadería, que pasó de 2,3% a 5,0%, en un contexto de elevados volúmenes y valores de exportación.
En cuanto al sector secundario, la revisión al alza se debe a una mejora en la producción manufacturera, que subió de 3,9% a 4,1%. Los sectores de electricidad y agua, y construcción, mantuvieron sin cambios sus estimaciones de crecimiento en 8,7% y 4,9%, respectivamente.
Con estos resultados, el PIB que excluye la agricultura y las binacionales alcanzaría una expansión del 4,5%, frente al 4,0% estimado en el informe anterior.
Desde el enfoque del gasto, la revisión al alza del crecimiento del PIB se fundamenta en un mayor dinamismo de la demanda interna. En particular, se destaca la formación bruta de capital fijo, cuya proyección fue corregida de 4,5% a 8,5%, impulsada principalmente por el aumento de la inversión en maquinaria y equipos.
Asimismo, el consumo privado mostró una mejora en su previsión, pasando de 4,3% a 4,9%, en coherencia con el buen desempeño del PIB sin agricultura ni binacionales.
En contraste, la proyección de crecimiento de las exportaciones fue corregida a la baja, de 3,0% a 1,3%, debido a menores envíos de energía eléctrica, soja en grano y reexportaciones.
Por otro lado, las importaciones fueron ajustadas al alza, de 2,8% a 4,0%, como resultado del incremento generalizado en la demanda, especialmente de bienes de capital y de consumo. (VER GRÁFICO)
INFLACIÓN
Por otro lado, la banca matriz también revisó al alza su pronóstico de inflación, de 3,8% de marzo pasado a 4,0%, previéndose la convergencia a la meta del 3,5% en el horizonte de política monetaria. De esta manera, con este nuevo cálculo, la inflación se ubicaría por encima del nivel registrado en 2024 (3,8%) y también del 3,7% observado en 2023.
De acuerdo con el informe, aunque durante el segundo trimestre se evidenció una reversión en los aumentos de precios de los componentes más volátiles de la canasta del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el ajuste al alza responde principalmente al encarecimiento sostenido de ciertos alimentos, especialmente productos cárnicos, que continuaron aumentando desde el informe anterior.
A pesar de este repunte en rubros específicos, el BCP aclara que no se observan presiones inflacionarias relevantes provenientes del contexto externo ni de los precios internacionales de los commodities.
En este escenario, y ante la ausencia de nuevos choques, la banca matriz prevé que la inflación cierre el año 2025 en 4,0%, aunque mantiene la expectativa de que converja gradualmente hacia la meta de 3,5% en el horizonte de política monetaria.
Respecto a las condiciones que permitirían la convergencia de la inflación hacia la meta del 3,5%, Sebastián Diz, gerente de Estudios Económicos del BCP sostuvo que esto dependerá de la disipación de los factores que actualmente mantienen la inflación por encima de ese nivel.
“Lo que nos llevaría a converger a la meta del 3,5% sería justamente la disipación de estos shocks. Hoy estamos por encima de la meta debido a la suba en los precios de los alimentos y de ciertos productos cuyos precios se ven afectados por el tipo de cambio. Esperamos que estos shocks se disipen en el corto o mediano plazo”, aseguró Diz.


