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8 de diciembre de 2024

Persistente informalidad laboral en Paraguay impulsada por la falta de incentivos, crisis del IPS y el alto costo de la formalidad

El último informe de ocupación informal no agropecuaria del INE revela que en Paraguay una proporción significativa de la población ocupada (62,1%) todavía es informal, afectando a alrededor de 1.473.000 personas.

Según el economista César Barreto, la informalidad crece a medida que el tamaño de las empresas se reduce, ya que los costos de formalidad son incompatibles con los bajos niveles de productividad y tecnología de las pequeñas empresas.

Además, la falta de incentivos para formalizarse hace que los trabajadores perciban sus aportes al IPS como un impuesto sin contraprestación, debido a la mala calidad de los servicios médicos y la ausencia de beneficios tangibles.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó su último informe de “Ocupación informal no agropecuaria”, en base a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) de los años 2017, 2022 y 2023. 

Según el mencionado informe, la proporción de personas ocupadas informalmente en el año 2017 fue de 64,1% y 62,1% para 2023. En términos absolutos, en el año 2022 afectó a alrededor de unas 1.447.000 personas, mientras que en 2023 se observó a unos 1.473.000 ocupados informales aproximadamente.

El total de ocupados no agropecuarios en 2023 alcanzó a 2.372.030 personas, de las cuales, solo unas 899.326 son formales y 1.472.704 son informales, representando el 61,1% de la población ocupada

El documento muestra, además, que los principales rubros con alta informalidad en el 2023 fueron el de la construcción, con un 87,5%, con unas 181.654 personas. Mientras que en términos absolutos los comercios, restaurantes y hoteles albergan a unos 543.376 ocupados informales, representando el 66,3%. 

Otro sector que presentó un elevado porcentaje de ocupación informal fue el de servicios sociales, comunales y personales que representó el 59,5%, con unas 433.488 personas. No obstante, el segmento de finanzas, seguros e inmuebles posee una baja participación con un 41,3%, y unas 78.812 personas.

Sobre el punto, Rodrigo Ibarrola, economista de Cadep, explica que el sector de la construcción tiene mayor incidencia en la informalidad debido a su naturaleza de trabajo estacional, donde -en ocasiones- “acuden aquellas personas menos calificadas, que son más propensas a soportar condiciones precarias”.

En el sector de la construcción, los trabajadores más jóvenes cambian frecuentemente de trabajo, razón por la cual no valoran lo suficiente la seguridad social, ni las prestaciones del IPS. 

Sobre el punto, Ibarrola enfatiza que otra de las razones por las que el sector de la construcción presenta uno de los niveles de ocupación informal más elevados, es porque en general, las obras más pequeñas del rubro suelen estar operadas por pymes de la construcción. 

“Estas obras, que funcionan con un mínimo de equipo, cuentan con poco capital y un limitado acceso a créditos, y muchas veces no puede permitirse pagar el mínimo oficial. Es así que muchos de estos proyectos son de autoviviendas que se van construyendo conforme al presupuesto del dueño, que muchas veces es inestable”, comenta el economista. 

ALTO COSTO Y FALTA DE INCENTIVOS PARA LA FORMALIDAD

El 73% de los ocupados con salarios inferiores al mínimo legal, son informales. Es decir, unas 375.323 personas. Sin embargo, a medida que el tramo salarial aumenta, el porcentaje de ocupados informales disminuye. 

En ese sentido, en 2023 aproximadamente el 25% de la población con ingresos superiores a los tres salarios mínimos, fueron informales. El INE destaca que las empresas con dos a cinco personas representan el 77,1% de la población ocupada informal.

En ese aspecto, según el economista César Barreto, la informalidad crece a medida que el tamaño de las empresas se reduce, ya que los costos de formalidad son incompatibles con los bajos niveles de productividad y tecnología de las pequeñas empresas. 

“Los niveles de informalidad crecen en la medida en que se reduce el tamaño de las empresas. Esto probablemente se deba a que la formalidad representa un costo incompatible con los niveles de productividad laboral de empresas pequeñas, las cuales operan típicamente con bajos niveles de capital y tecnología”, señala Barreto.

Por otro lado, asegura que incluso para las empresas con niveles de productividad ya compatibles con los costos de la formalidad, “no existen incentivos suficientes para ingresar a ella”. 

Esto se debe principalmente a que los trabajadores no perciben beneficios de los aportes que realizan especialmente al Instituto de Previsión Social IPS, porque los servicios médicos son inaccesibles en tiempo y forma; y la jubilación es promesa de muy largo plazo. 

“Por ello, los trabajadores no asignan ningún valor a ser cotizantes, y los aportes al IPS se perciben como un impuesto sin contraprestación y prefieren permanecer en la informalidad y recibir todo su salario cuyo beneficio lo ven directamente”, resalta Barreto.

Sobre el punto, considera que el modelo actual de IPS requiere una reformulación completa para convertirse en un servicio que sea valorado tanto por los trabajadores y empleadores.

Sobre este último punto mencionado, Rodrigo Ibarrola enfatizó que muchos trabajadores consideran el descuento para la seguridad social como una reducción salarial en lugar de un beneficio futuro. Más aún si se le agrega la creencia de que, al no usar los servicios médicos, el aporte no tiene sentido.

“La edad es un factor importante, los empleados más jóvenes asocian estabilidad con el IPS y persiste la creencia de que los jornaleros no tienen derecho a este seguro, aunque sí les corresponda”, manifiesta Ibarrola.

Por su parte, Jorge Garicoche, economista, resalta que muchas veces el trabajador valora su flujo de ingreso total por encima del descuento de la seguridad social. 

“Sin embargo, en el tiempo la seguridad social representa enormes ganancias tanto en su cobertura de salud como de jubilaciones”, comenta. 

Al mismo tiempo considera que es momento de trabajar en una reforma que permita separar al sistema de salud y al sistema de jubilaciones del Instituto de Previsión Social.

En otro apartado, el INE destaca que la informalidad se reduce conforme a la antigüedad de los trabajadores. En cambio, cuando menor antigüedad, los niveles de informalidad aumentan. El año pasado 9 de cada 10 ocupados con menos de dos meses en sus respectivas empresas, eran informales, aproximadamente unas 274.478 personas. 

Por otra parte, se evidencia que el 96% de los trabajadores domésticos, son afectados por la informalidad. Así mismo, esta condición afecta al 77,7% de los trabajadores independientes; y al 59,2% de los empleados del sector privado. 

En contrapartida, el segmento con el menor porcentaje de trabajadores informales es el sector público, donde 2 de cada 10 de ellos está formalizado, según el INE. Estas cifras evidencian que pese al crecimiento económico registrado en los últimos años, la informalidad retrocedió lentamente representando una disminución ínfima.

Cabe recordar que, una persona “dependiente” informal, es aquella que no aporta al Instituto de Previsión Social (IPS). Mientras que las personas “independientes” informales, son aquellas que no figuran en el Registro Único del Contribuyente (RUC). 

Conforme a los datos del INE, al cierre del año pasado, el 46% de la población ocupada aportó al IPS y alcanzó al 33% de la zona rural y al 50% de la zona urbana.

DESAFÍOS PARA SUPERAR LA INFORMALIDAD

Es bien sabido que la informalidad laboral, limita el acceso a diferentes beneficios sociales, así como a la protección social, por lo cuál es vital implementar políticas que promuevan la creación de trabajo digno y que garanticen los derechos básicos de los trabajadores. 

Para potenciar el crecimiento de los trabajadores y combatir a la informalidad, es fundamental invertir en infraestructuras, promover capacitaciones técnicas para los trabajadores. 

Por otro lado, es indispensable entender que la informalidad laboral es un tema que requiere una serie de medidas que incluyen mecanismos de simplificación, incentivos fiscales para las empresas, desburocratización de procesos y esquemas más amigables que permitan la incorporación de los trabajadores al seguro social.

En ese aspecto, actualmente el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, se enfoca en mejorar la cobertura, ingresando a más personas al seguro social, permitiéndoles así, acceder al derecho de una jubilación digna, además de una cobertura contra enfermedades o accidentes. 

Sobre el punto, Jorge Garicoche asegura que además de incentivos, se necesitan mecanismos para aumentar la formalización laboral y económica. 

“Un cambio de paradigma es necesario no solo apoyar a las mipymes, sino también a grandes empresas, ya que estas tienen experiencia en emplear personas, conocen bien su sector y pueden generar empleos de calidad rápidamente. Apoyar a medianas y grandes empresas tiene un gran beneficio social”, detalla.

Siguiendo esa misma línea, Norma Medina, directora general de Producción Técnica Estadística del INE, recordó que según el informe, el comercio es la rama de actividad que congrega a la mayor cantidad de ocupados en condición de informalidad, por lo que en términos numéricos si se logra formalizar a los trabajadores dependientes en dicho sector, se vería un efecto muy significativo en la tasa de informalidad.

Para el efecto, Medina consideró que “Con el impulso y la expansión de la cobertura de cotización para la seguridad social, la inscripción en el Registro Único del Contribuyente (RUC) de los trabajadores independientes e iniciando por el sector comercial generaría una baja sustantiva de la ocupación informal en Paraguay”, manifestó.

Ser formal no solamente tiene que ver con estar inscrito en algún sistema ya sea tributario o de seguridad social, sino que también con el aumento de productividad tanto por el lado de las empresas como por el lado del trabajador. 

Para que sea sostenible ese proceso de formalización debemos empezar por aumentar capacidades y productividad”, explica el economista Jorge Garicoche.

Conforme a la opinión del economista Rodrigo Ibarrola, para reducir la informalidad laboral, es esencial aumentar la productividad de trabajadores y empresas, disminuyendo la vulnerabilidad de los trabajadores y respetando el marco normativo. 

“Es preferible hacer la formalidad más atractiva que penalizar la informalidad, y las estrategias deben implementarse de manera conjunta”, detalla.

Por otro lado, considera que se necesita flexibilidad en el mercado laboral para una mejor asignación de la mano de obra, junto con una protección social universal para los trabajadores afectados. 

En ese aspecto, el aumento de la productividad a nivel individual y empresarial requiere inversiones en educación, capacitación y habilidades administrativas.

Por otro lado, un marco regulatorio eficiente y un sistema de justicia que proteja a trabajadores y empresas es crucial, así como una reforma tributaria que asegure recursos para servicios públicos sin distorsionar la eficiencia económica. 

Así mismo, los incentivos fiscales podrían promover la inversión y el empleo de calidad, con exoneraciones tributarias para sectores vulnerables y ajustes en los aportes patronales según el tamaño y sector de las empresas. 

BENEFICIOS DE LA FORMALIZACIÓN

Para las empresas, la formalización permite mejorar las oportunidades de negocios, incrementar los ingresos, reducir la competencia desleal, además de recibir capacitación y asistencia técnica por parte de entidades estatales y acceder a oportunidades de financiamiento, servicios y tecnologías de desarrollo. 

Así mismo, las compañías que se formalizan tienen la posibilidad de participar en licitaciones públicas o actuar en calidad de proveedoras de empresas más grandes. 

Otros beneficios de formalizar a las empresas, guardan relación con el acceso a los mercados internacionales, el aumento de la cobertura de la seguridad social y la equidad de los impuestos u otras obligaciones financieras,

Por otro lado, estas organizaciones pueden acceder a tasas diferenciadas y reducidas, así como a la simplificación de trámites en instituciones públicas. Además, de la sustitución del 100% de multas por capacitación en el Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social, por omisión en la presentación de planillas laborales y otros.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que promover el trabajo formal, permite al gobierno aumentar la recaudación tributaria para invertir en mejores servicios, elaborar políticas públicas efectivas para enfrentar diferentes demandas sociales e impulsar el desarrollo económico y social del país beneficiando así a empresas y trabajadoras y trabajadores.

En el caso de los trabajadores, la formalización permite estar protegido mediante el acceso a la seguridad social, sea a través de un seguro médico, permiso y subsidio por maternidad o un sistema de jubilación.

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