La política monetaria del Banco Central tiene como principal objetivo mantener el valor de la moneda, evitando periodos de inflación extensos o elevados. En este contexto, durante los últimos tiempos la banca matriz ha adoptado una tasa de interés de referencia que se ubica por encima de la inflación, con el fin de retirar dinero del mercado e intentar contener los precios.
Lo que se conoce como tasa de interés real es el resultado de restar la inflación a la tasa de interés de referencia. Según cálculos realizados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), una diferencia desde 0,8 y hasta 2 puntos porcentuales entre la tasa de referencia y la inflación puede ser considerada en campo “neutral” para una economía como la paraguaya.
Según explicó ayer el economista jefe de la banca matriz, Miguel Mora, la tasa de interés real debe ser calculada con las expectativas de inflación hacia adelante, y no con la inflación de los meses anteriores. Así, afirmó que actualmente, la tasa de interés real (tomando en cuenta las expectativas de inflación) se ubica en 4,3% a doce meses.
“La comparación relevante es la tasa de política monetaria no respecto a la inflación, porque eso es doce meses hacia atrás, sino con las expectativas de doce meses hacia adelante. Las expectativas conforme a los últimos resultados de la encuesta EVE (Expectativas de Variables Económicas) se encuentra en torno al 4%, y efectivamente ahí hay un tasa real en torno a 4,3% o 4,5%, dependiendo si tomamos las expectativas de 12 o 24 meses”, dijo.
“La comparación relevante es la tasa de política monetaria no respecto a la inflación, porque eso es doce meses hacia atrás, sino con las expectativas de doce meses hacia adelante. Las expectativas conforme a los últimos resultados de la encuesta EVE (Expectativas de Variables Económicas) se encuentra en torno al 4%, y efectivamente ahí hay un tasa real en torno a 4,3% o 4,5%, dependiendo si tomamos las expectativas de 12 o 24 meses”.
Miguel Mora, economista jefe del BCP.
A esto añadió que el comportamiento en otros países de la región es similar, ya que las tasas de interés real siguen altas, como en el caso de Colombia (con un 6,8%) o Brasil (con 9,8%). Esto, como consecuencia de que la mayoría de los países han tomado políticas monetarias contractivas e incluso ha pasado en economías más desarrolladas que hasta siguen subiendo tasas, como Estados Unidos y Europa.
Volviendo a la tasa de interés real de Paraguay (4,3%), vemos que se ubica más de dos puntos porcentuales por encima del límite a ser considerado como una diferencia neutral entre la tasa de interés y la inflación (2%).
Cabe recordar que el Banco Central del Paraguay (BCP) inició sus aumentos de tasas de interés en agosto del 2021, desde una referencia que en ese momento se encontraba en 0,75% e inicialmente pasó a 1%. El proceso continuó con esta tendencia hasta llegar al 8,5%, nivel en que se encuentra desde septiembre del año pasado.
Política «demasiado» restrictiva
En conversación con MarketData, el economista y exministro de Hacienda, Manuel Ferreira, calificó esta política como más restrictiva de lo que debió haber sido. Apuntó que la tasa de política monetaria (TPM) no debió haber pasado nunca del 7% y se hubiese tenido el mismo resultado en la inflación.
“Yo creo que la tasa ya tiene que bajar. Creo que la tasa está generando un retraso en el crecimiento económico. Si te fijás en el crecimiento económico, es agricultura y binacionales, el resto no creció, la gente está endeudada al salir de la pandemia, y encima a tasas altísimas. A mí me parece que 8,5% es una tasa muy alta, yo no hubiese pasado del 7% y la inflación iba a estar en el mismo lugar”, opinó.
“Yo creo que con una tasa de interés del 7% hubiésemos estado con el mismo nivel de inflación hoy”.
Manuel Ferreira, economista y exministro de Hacienda.
Recordó que los rubros que están influenciando en el nivel total de inflación son el combustible y los alimentos, que están relacionados con factores exógenos y no tuvieron que ver con la dinámica monetaria a nivel interno.
Si bien reconoció que hubo elementos monetarios que generaron la baja en la inflación, dijo que no todas las explicaciones de este comportamiento estuvieron relacionadas con ellos.
“Yo creo que con una tasa de interés del 7% hubiésemos estado con el mismo nivel de inflación hoy”, reiteró, y sin generar retrasos en el crecimiento de la economía.
En este sentido, cabe destacar que de hecho este es el mismo nivel en que el mercado espera que la tasa de interés del Banco Central culmine el presente año, según la última encuesta EVE, realizada por la propia banca matriz.
Inflación sin precios volátiles
En este contexto, es importante apuntar que si bien la inflación total, medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), se ha venido moderando en los últimos meses y ya se encuentra incluso por debajo del centro de la meta de 4% anual del BCP, en términos interanuales, la medida de inflación Subyacente X1 ha tardado más en converger.
Cuando se habla de inflación Subyacente X1, se hace referencia a la medida de inflación que excluye precios volátiles. En su boletín diario “Pulso Financiero”, la consultora Mentu explicó recientemente que este indicador excluye a las frutas y verduras, así como a los servicios tarifados y los combustibles.
Lo que la banca matriz busca atacar a través de su política monetaria es la inflación que se traslada a estos componentes no volátiles, también conocida como inflación de segunda vuelta, y persiste en la estructura no estacional de la canasta básica.
En julio del año pasado, esta medida de inflación se encontraba en 8,3%, en términos interanuales, y no tocó el nivel superior del rango meta sino hasta junio de este año, cuando se ubicó en un 6%.
Este tipo de inflación, al excluir productos como los combustibles (dependientes del precio del petróleo) y las frutas y verduras (influidas por los precios internacionales) es el que más potencialmente es influido por la política monetaria interna de manera directa, ya que se mueve también por presión de la demanda. Esta es susceptible de estimularse o restringirse de acuerdo con la evolución del costo del dinero, establecida por las tasas de interés.
En consecuencia, podemos ver que el Banco Central del Paraguay todavía tiene motivos que justifican su posición conservadora con respecto a la tasa de interés.
“Si en vez de mirar los interanuales, vemos las tasas mensuales, lo que estamos viendo es que en los últimos meses la variación ha sido menor. Lo que estamos destacando es la volatilidad que todavía tiene la inflación y está explicada por lo que ocurre con los alimentos”, dijo Miguel Mora, durante la presentación del IPC de julio.
Precio del combustible
Por su parte, la inflación total ya se ubicó en julio de este año en 3,5% interanual, pero con el combustible como uno de sus principales elementos a la baja.
Cabe recordar que, en julio del año pasado, el precio del combustible subía a un ritmo interanual del 43%, mientras que en julio de este año tuvo un descenso del 11% interanual, según los registros de la banca matriz.
Sin embargo, Miguel Mora advirtió que, a diferencia de otros commodities que han sostenido sus precios a la baja, el petróleo ha subido en términos mensuales durante el último mes, con lo que habrá que tener todavía atención sobre este producto como elemento de presión inflacionaria, por lo menos en el estudio.
“Lo que estuvimos viendo en el último mes es que algunos commodities como el maíz se han estado reduciendo en su precio, y muestran un acumulado en el año y un interanual negativo, pero el petróleo, en el último mes, ha aumentado en un 8% y mirando los derivados del petróleo, han aumentado en el margen”, apuntó Miguel Mora.
Por su parte, el economista y miembro del directorio del BCP, Humberto Colmán, por medio de redes sociales realizó una advertencia similar, apuntando que el precio internacional del petróleo está siendo incidido por la suba de la demanda y las bajas reservas, así com por recortes de producción .
“El precio internacional del petróleo y efecto. Demanda subiendo, bajas reservas y recortes de producción, todo apuntando a precios altos en los próximos meses a nivel global, con su potencial efecto inflacionario en países importadores de combustibles”, escribió el economista.