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25 de abril de 2024

“Paraguay fue uno de los únicos países de la región que nunca paró la obra pública”

La representante del BID, Florencia Attademo-Hirt, saluda a MarketData y relata cómo acompañaron al país en la respuesta a la pandemia de COVID-19. Destaca que además de liquidez, la estrategia consistió en compartir conocimiento y que se logró una caída económica menos drástica.

El objetivo principal del organismo, los proyectos emblemáticos con los que se busca impulsar el desarrollo del país y las medidas tomadas a corto plazo para disminuir los shocks negativos derivados de la pandemia del COVID-19 fueron los temas que nos convocaron para conversar con María Florencia Attademo-Hirt, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Paraguay. En esta entrevista exclusiva concedida a MarketData, destaca el impacto en el crecimiento del mercado bursátil que se genera desde el acceso a la información. – ¿Cuál fue la primera reacción al estallido de la pandemia de COVID-19, en cuanto a las necesidades que surgían para enfrentar sus efectos? Primeramente, felicitamos a Paraguay por el gran esfuerzo y las tareas que vienen realizando, estamos hablando de una post-pandemia, pero la misma continúa entre nosotros. Paraguay se encuentra bien posicionado en comparación a los países de la región. Sin duda, la proyección económica pudo prever lo que iba a ocurrir con la pandemia del COVID-19, a los economistas les gusta decir “un shock externo”, los especialistas mencionan una crisis más grande que después de la de la gran depresión; otros, después de la Segunda Guerra Mundial. Lo primero que hicimos ante la situación del COVID-19 fue escuchar no solo al gobierno sino a la sociedad. Lo primero que escuchamos fue “necesitamos liquidez”. Al principio de la pandemia todavía no sabíamos lo que se venía, no sabíamos si los mercados iban a cerrar o no, o qué iba a pasar con la situación mundial. Lo segundo que nos dijeron “queremos apoyo, sí financiero, pero sobre todo de conocimiento, en el aspecto sanitario”, más allá de qué es el virus, de cómo crear infraestructura para hacer frente al virus rápidamente; también de conocimiento a las cadenas de valor, las cuales se vieron interrumpidas. Nos preguntamos qué podíamos hacer por el Paraguay, bajo la flexibilidad otorgada para atender estas necesidades inmediatas y que no estaban en los libros de nadie. Desde la sociedad civil, incluso el sector privado, ya que muchos empresarios se sumaron al esfuerzo, nos decían “ayúdenos a pasar este mal rato”, ayúdennos con los más vulnerables, con la gente que tiene menos acceso a salud, una simple máscara o un alcohol en gel. – ¿Cómo ayudó el BID al Paraguay, en el corto plazo, para enfrentar los efectos de la COVID-19? En un orden de cuatro prioridades, escuchamos a la gente. Primero pusimos a disposición de Paraguay todos los recursos líquidos que podíamos poner, con todo lo que teníamos en cartera, en donde el desembolso no se hizo en único pago, de esa forma se podría desembolsar de acuerdo con la necesidad. En el segundo orden de cosas que nos pidieron, en cuanto al conocimiento en salud, por medio de un programa que ya estaba en ejecución por medio de la alianza con el Ministerio de Salud, muy rápidamente pudimos acercar conocimiento sobre los temas ya mencionados. Con relación a las cadenas de valor, cómo adquirir ciertos productos que en su momento eran escasos en el mundo; y a través de la cartera y este redireccionamiento básicamente a pedido del gobierno, seguimos priorizando las obras públicas. Paraguay fue uno de los únicos países de la región que nunca paró la obra pública y eso ha sido el motor que ha mantenido la reducción de la economía en términos no tan drásticos. Cuando nos pidieron ayuda con respecto a los más vulnerables, repensamos todos los recursos que tenemos a disposición a nivel oficina. Ofrecimos ayuda directa por medio de organizaciones sin fines de lucro y fundaciones, con donaciones directas para ollas populares, lava manos para la Chacarita y zonas vulnerables. También apoyamos a aquellos ciudadanos privados de libertad, con kits de higiene y saneamiento. – ¿Cuáles son los sectores de mayor aporte por parte del BID en Paraguay y cómo se toma la decisión de centrar los recursos en los sectores que se consideran prioritarios? La cartera con garantía soberana, es decir, la cartera pública del BID, está compuesta por 46 programas de financiamiento – incluyendo una donación importante –, de los cuales la mayoría está en etapa de implementación o ejecución, y algunos programas están en etapa de ratificación en el Congreso o en etapa de firma por el Poder Ejecutivo. Dichos programas públicos ascienden a USD 3.249 millones, y se distribuyen – en orden de importancia – en los siguientes rubros o sectores: transporte, gestión pública y modernización del Estado, agua y saneamiento, salud y protección social, energía, mercados financieros, y desarrollo urbano, entre otros. Estos programas públicos se complementan con asistencia técnica no reembolsable, que asciende a unos USD 8 millones. La cartera privada de BID Invest cuenta con 21 operaciones activas que totalizan una exposición de casi USD 300 millones, distribuidos en los sectores financieros, de transporte, agricultura e industria, en ese orden. La cartera de BID Lab cuenta con ocho operaciones activas que totalizan USD 4,7 millones en recursos mayormente no reembolsables, distribuidos en los sectores de economía de conocimiento, agricultura y ciudades inclusivas, entre otros. – ¿Cuál es la función principal del BID en Paraguay? El BID es un organismo multilateral establecido en 1959 por un tratado internacional firmado por los países miembros, hoy son 48 miembros y Paraguay es uno de ellos. El BID trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas en América Latina y el Caribe. Esta mejora en la calidad de vida está impulsada por medio del apoyo a varios sectores, como salud y educación. Primeramente, por la vía del conocimiento; creación y difusión de conocimiento por medio de la experiencia de otros países en temas similares. El apoyo también se realiza por medio de asistencia técnica que, en su mayoría, es no reembolsable: son recursos donados para ayudar a los países de la región con sus objetivos de desarrollo. Siempre tenemos en mente que somos una cooperativa de 48 países y que tenemos un compromiso muy fuerte con los resultados medibles. La función principal se plasma en un documento denominado Estrategia Institucional, el cual se publica cada año, en donde todos los países miembros acuerdan cuáles son los temas prioritarios, cuáles son los desafíos de desarrollo más importantes en los que como institución nos queremos abocar en toda la región, el documento habla de tres desafíos o retos y tres áreas transversales. – ¿Qué opina sobre la iniciativa MarketData y los esfuerzos por contribuir con el acceso a información en el país? Una herramienta importantísima para lograr el desarrollo de un país es la profundización del mercado de capitales: cuanta más información podamos traer a la mesa, cuanta más educación sobre los diferentes instrumentos, se podrá lograr un desarrollo en conjunto.

Perfil

Nombre: María Florencia Attademo-Hirt

Profesión: Abogada y máster en Leyes

Trayectoria profesional: Es representante del BID en Paraguay desde julio del 2018. Anteriormente, fue Representante de País del Grupo BID en las Bahamas desde agosto de 2015 a junio de 2018. Ha trabajado en varias posiciones en el Grupo BID durante más de 20 años, primero en el Departamento Legal y luego en el sector de Operaciones de la Organización.

El BID y sus focos de trabajo

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es un banco que apoya mayormente a los sectores públicos de los países miembros. La segunda entidad que conforma el grupo es BID Invest, el brazo del organismo que se dedica al sector privado. Por medio de este, tratan de apoyar los desafíos de desarrollo de la región, con proyectos que unen a compañías del sector privado. BID Lab es el laboratorio de innovación, donde se testean ideas y los emprendimientos que resultan exitosos son impulsados por medio del BID y el BID Invest.

Los tres retos principales son:

  • Inclusión social
  • Productividad e innovación
  • Integración económica

Por el lado de las áreas transversales

  • Igualdad de género y diversidad
  • Cambio climático y sostenibilidad ambiental
  • Capacidad institucional de estado de derecho

Áreas prioritarias del BID en Paraguay:

  • Gestión pública e instituciones
  • Integración y diversificación económica
  • Infraestructura productiva y resiliente
  • Capital humano y condiciones de vida

Las áreas transversales:

  • Poblaciones vulnerables: mujeres, indígenas, poblaciones en situación de pobreza
  • Sostenibilidad ambiental
  • Desarrollo urbano
  • Innovación y tecnología

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