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13 de noviembre de 2025

“Los créditos deben adaptarse al tiempo real de la industria”

El presidente de la UIP Joven, Francisco Martino, resaltó los desafíos actuales de la industria paraguaya, señalando que, aunque el consumo se mantiene positivo, persisten necesidades de financiamiento a largo plazo y de inversiones que fortalezcan las exportaciones.
Subrayó que los créditos prolongados deberían destinarse a industrias con mercados asegurados, destacando el papel de la maquila, que permite a las empresas producir con ventas garantizadas sin tener que construir una marca desde cero.

El sector industrial paraguayo atraviesa un momento de oportunidades y desafíos. Si bien el consumo se mantiene con números positivos, las empresas aún enfrentan incertidumbres vinculadas al costo del crédito, la volatilidad cambiaria y la falta de financiamiento a largo plazo que permita consolidar inversiones, según el titular de la UIP joven, Francisco Martino. 

En este contexto, los industriales insisten en la necesidad de atraer compañías de gran escala que impulsen las exportaciones y dinamicen la economía, al tiempo que se requieren políticas públicas que adapten los préstamos a los plazos reales de la producción.

Estos temas fueron parte del debate durante el Foro de Empresarios e Industriales del Paraguay (FEIP), donde referentes locales e internacionales compartieron experiencias sobre cómo afrontar la transición en las empresas familiares, los retos de la globalización y el papel de la innovación tecnológica en los negocios. 

La cita reunió a figuras como el fundador de Rapanui, directivos de Sinteplast, empresarios paraguayos de larga trayectoria y culminó con una exposición del presidente argentino Javier Milei.

  • En este primer semestre, ¿Cómo fue la dinámica del sector industrial?

La economía tuvo un movimiento difícil de entender. Subió el costo del crédito, también el costo del ahorro, bajó el dólar, y eso generó una incertidumbre muy grande. El consumo se mantiene y crece de a poco, lo cual son números positivos. Sin embargo, aún falta un rubro de exportación manufacturado que pueda marcar una diferencia.

Así como en su momento lo fue la energía, hoy estamos esperando inversiones como la de Paracel, que tendrá un gran impacto. Necesitamos empresas grandes que dinamicen el sector y generen exportaciones. No podemos limitarnos a importar y exportar lo mismo para mantener una balanza comercial en empate.

  • ¿Qué necesita hoy la industria paraguaya para crecer y duplicar sus números?

Sobre todo, dejar de tener miedo y ser más atrevida. Conocer otros mercados y dar a conocer a Paraguay como destino de inversión. A mí me tocó hablar con inversores que me decían: “No sé por qué no invertí en Paraguay, me fui a Argentina y ahí no tuve las ventajas impositivas que me ofrecía Paraguay”.

Cuando les pregunté por qué no lo hicieron, me dijeron que nunca escucharon hablar del país como destino de inversión. Eso es lo que debemos cambiar: mostrar a Paraguay al mundo.

  • ¿Cómo evalúa el trabajo del Gobierno con el sector Mipymes? Se menciona la inclusión en el sistema de pagos y nuevas reglamentaciones; ¿cree que estas medidas están alcanzando efectivamente a quienes antes no tenían cobertura?

Las herramientas están. La EAS, por ejemplo, es valiosísima: antes abrir una empresa llevaba casi un año y era costoso; hoy podés hacerlo al instante y ya salís con RUC.

Lo que falta es generar más mercados y créditos a más largo plazo. Eso no es tarea de los bancos, sino una política pública. Los préstamos largos deben dirigirse a industrias con mercados asegurados. Ahí la maquila juega un papel clave: las empresas llegan con su mercado garantizado, producen y ya tienen sus productos vendidos, sin necesidad de construir una marca desde cero, lo que en Paraguay tarda demasiado.

El problema es el plazo: comprar una máquina puede demorar un año, instalarla otro tanto, y mientras tanto ya estás pagando cuotas sin haber empezado a producir. Por eso los créditos deben adaptarse a esta realidad.

En lo personal, creo que una alternativa son los socios: inversores que entren, aporten capital por 10 años y luego se retiren. Eso da tiempo para trabajar, construir marca y consolidar el negocio.

  • En relación al FEIP (Foro de Emprendedores Industriales del Paraguay), que reunió a jóvenes empresarios, ¿En qué consistió el evento y cuál es el balance general?

Este año hablaron con la gente de Rapanui de Argentina. Vino el fundador, que había empezado con una empresa pequeña y que luego se convirtió en una compañía gigantesca. También participaron representantes de Sinteplast, una de las fábricas más grandes de Argentina en el rubro de la pintura. Además, se desarrolló un panel con Óscar Vicente Scavone y el señor Esteban Morabito, dos dueños de empresas centenarias, Laboratorios Lasca y Maahsa, respectivamente. 

Lo que quisieron recalcar fue que la mayoría de las empresas paraguayas son familiares y, en ese contexto, la transición generacional es el momento más débil: muchas mueren en ese punto, ya sea en el nacimiento o en la sucesión. Por eso buscaron que la gente aprendiera de la experiencia de otros sobre cómo manejar esas transiciones.

Para cerrar, contaron con la presencia del presidente Javier Milei, presidente de la República Argentina, quien ofreció una exposición sobre cómo la tecnología influye en la economía y cómo las cadenas de valor estaban pasando de ser globalizadas a desglobalizadas. Fue un programa muy variado y, sobre todo, gratuito. Eventos de ese nivel en otros lugares solían costar entre USD 700 y USD 1.000.

¿El objetivo fue brindar a nuevas empresas, todo tipo de empresas industriales, conocimientos y experiencias de otras compañías, tanto de sus aciertos como de sus errores?

Así mismo. Siempre es más fácil aprender de la experiencia de otro. Lo que queremos es que la gente escuche casos reales, porque equivocarse cuesta caro: tiempo, dinero y sacrificio. La idea es equivocarse lo menos posible aprendiendo de los errores ajenos.

– ¿Qué mensaje final te gustaría dejar?

Que los empresarios jóvenes deben ser menos más vivos y aprovechar las oportunidades. El mundo es de los audaces, hay que ser un poco más osados.

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