La fuga de inversiones desde Argentina – motivada por la inestabilidad económica del país vecino, las desacertadas políticas económicas y la crisis generada por la COVID-19 – despierta la atracción de varios países de la región, interesados en adoptar a esos capitales.
En los últimos meses, Argentina viene registrando la fuga de renombradas compañías internacionales, que por años venían operando en ese país. En la lista se encuentran desde compañías del sector gastronómico, conocidas aerolíneas, firmas del sector textil y prendas deportivas, e industrias de varios rubros.
La cercanía y las ventajas impositivas podrían convertir a Paraguay en un lugar ideal para el desembarco de esas inversiones, que hoy buscan una economía más estable y segura que la de Argentina.
Sin embargo, el atractivo de nuestro país – caracterizado principalmente por la baja presión tributaria –, termina opacado por la burocracia actual de los procesos para la aceptación de la residencia de los inversores. Este punto debería ser modificado de urgencia para aprovechar la situación, según afirman analistas consultados por MarketData.
El economista y ex ministro de Hacienda, César Barreto, sostiene que el Paraguay, para aprovechar la situación, debe trabajar en tres factores de suma importancia: los trámites de residencia, la gestión de documentación y la promoción de oportunidades.
En ese sentido, recomienda la creación de un tipo de residencia permanente para el inversionista, que pueda ser adquirida con una inversión inmobiliaria en una casa o departamento en el Paraguay, por un valor mínimo de USD 200.000, y una permanencia mínima de 60 días por año, según Barreto.
También insta a trabajar en la digitalización del proceso de gestión y obtención de los documentos, y realizar promociones en las provincias vecinas. Además, promocionar la reglamentación del certificado de residencia fiscal, para que los argentinos puedan cambiar su residencia fiscal a Paraguay, y que en Argentina los consideren tributariamente como no residentes.
Interés por Paraguay
Amilcar Ferreira, consultor y analista económico, comentó por su parte que recibió llamadas de varios consultores y empresarios argentinos, con intenciones de averiguar sobre las condiciones ofrecidas por Paraguay para las inversiones.
“Me dicen que Paraguay es una economía muy estable y atractiva, desde el punto de vista de su estabilidad e impuestos bajos”, señaló.
Ferreira pone como ejemplo a seguir las acciones del Gobierno uruguayo, que adecuó y agilizó los procesos, de manera a atraer esos capitales e, inclusive, anunció que recibirá a los inversionistas argentinos con los brazos abiertos.
Amilcar Ferreira indica que Paraguay debería imitar lo que hizo el país charrúa. Asevera que, además de comunicar su interés hacia esos capitales, nuestro país debería crear una especie de visa inversionista, vinculada a una mínima inversión de USD 200.000 – como hay en EEUU –, a través de la cual se agilice la documentación de residencia, para que el inversionista tenga la opción de poder abrir una cuenta bancaria, instalar su negocio y empezar a operar en nuestro país lo más rápido posible.
No obstante, insistió en que esa visa inversionista que cree Paraguay debe estar vinculada obligatoriamente a una inversión mínima de USD 200.000, para evitar la invasión de argentinos.
¿Quiénes vienen al país y en qué invierten?
El último informe publicado por el Banco Central del Paraguay (BCP) muestra que el saldo de la Inversión Extranjera Directa (IED) en Paraguay creció en ocho veces más desde el 2003 (USD 806,6 millones) hasta el último cuatrimestre del 2018, periodo en que llegó a USD 6.735 millones.
En la última década, Paraguay logró duplicar la cantidad de países origen de IED, al pasar de veinte en el 2008 a 41 en el 2018. Las últimas estadísticas revelan que provienen inversionistas residentes principalmente en Estados Unidos, España y Brasil; entre otros países que han ampliado su posición en la IED de Paraguay se destacan Holanda, Chile, Luxemburgo, y Panamá.
La banca matriz destacó la elevada rentabilidad que arroja la IED en Paraguay, que llegó a 13,6% en el 2018, situándose por encima de la rentabilidad media de la región (5,5%). Mencionó también el importante incremento en los flujos de inversiones en los sectores de transporte, elaboración de aceites e intermediación financiera.
En cuanto al saldo de IED, señala que las actividades económicas con mayor son la intermediación financiera (17,1%), el comercio (16,2%), la elaboración de aceites (13,6%), el transporte (11,6%), las comunicaciones (5,7%) y los productos químicos (5,3%).
Esfuerzos en tiempos de COVID-19
La salida de capitales fue un fenómeno negativo que formó parte del impacto de la pandemia de COVID-19 en la región de América Latina y el Caribe, en niveles sin precedentes, reconoce por su parte el Banco Mundial (BM), en una reciente publicación.
El organismo multilateral reconoce que el incremento de la desconfianza empresarial hacia la región ya había empezado antes del estallido de la pandemia y que se profundizó en los últimos meses, con un impacto que se prevé llegará a la disminución de 40% de los flujos de IED a nivel.
Sin embargo, recuperar las entradas de capital es una acción vital que las economías deben concretar para lograr la reactivación post-emergencia sanitaria y, en este sentido, el organismo multilateral señala el rol fundamental que deben cumplir los gobiernos para volver a despertar la confianza de los inversionistas.
A partir de una encuesta realizada a 2.400 ejecutivos empresariales en diez países de mercados emergentes importantes, el BM enumera los siguientes factores a tener en cuenta:
- Los bajos impuestos, los menores costos laborales y el acceso a recursos naturales tienen menos importancia en las decisiones de inversión que la estabilidad política y económica y un entorno jurídico y normativo previsible.
- Reducir el riesgo normativo para los inversionistas tiene efectos notables en las corrientes de IED, incluso más que los impactos de la apertura del comercio.
- Mejorar la transparencia y disminuir la discrecionalidad burocrática es una primera medida importante que deben adoptar los Gobiernos en las economías en desarrollo. Esto puede hacer las perspectivas de negocio más previsibles y menos riesgosas para las empresas.
“La competitividad de las inversiones y la buena gobernanza fueron importantes indicadores de avances para los países en desarrollo mucho antes del inicio de la crisis. La COVID-19 ha aumentado su urgencia. La magnitud y escala de la crisis requiere que los encargados de la formulación de políticas utilicen todas las herramientas normativas posibles para recuperar la confianza de los inversionistas. Deberían estar a la altura de la situación, actuando de manera rápida, decidida y colaborativa”, asevera el Banco Mundial.
¿Qué es la IED?
La IED es una inversión de largo plazo en la economía de un país. Según el concepto manejado por el BCP, consiste en la inversión en el capital accionario de una empresa por parte de una persona natural o jurídica no residente en la economía, tiene por objeto ejercer un control a largo plazo sobre la empresa en la que se ha adquirido una participación y el aporte de capital debe ser como mínimo del 10% para ser considerado como tal.