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10 de noviembre de 2024

Reajuste del salario mínimo vinculado al IPC: ¿Garantiza realmente la calidad de vida de los trabajadores?

En Paraguay, el salario mínimo se ajusta según el IPC para proteger el poder adquisitivo. Sin embargo, este mecanismo no siempre refleja las variaciones de productos esenciales, lo que plantea dudas sobre si es suficiente para garantizar una calidad de vida adecuada.

Autores: Victoria Pereira, Agustina Torres y Marcela Lima

En Paraguay, el reajuste del salario mínimo está sujeto al Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual mide la variación en los precios de una canasta básica de bienes y servicios como vivienda, alimentos, vestimenta, educación, transporte, ocio, culto, entre otros. 

Este ajuste busca proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, asegurando que sus ingresos sean suficientes para cubrir sus necesidades básicas, y prevenir la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación. Sin embargo, ¿es este mecanismo realmente suficiente para mantener el nivel de vida de los trabajadores?

El proceso de reajuste salarial está regulado por el Código Laboral y es responsabilidad del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS). Esta institución convoca al Consejo Nacional de Salarios Mínimos, que está compuesto por representantes del gobierno, empleadores y trabajadores, para analizar la situación económica y determinar el porcentaje de ajuste. El nuevo monto salarial se establece mediante un decreto emitido por el Poder Ejecutivo.

En el Decreto No. 1.909, emitido el 17 de junio de 2024, se dispuso un reajuste del salario mínimo legal en un 4,4% con respecto al salario establecido en el Decreto No. 9584 del 29 de junio de 2023. Este ajuste rige a partir del 1 de julio de 2024, situando el salario mínimo en dos millones setecientos noventa y ocho mil trescientos nueve guaraníes (G. 2.798.309) y el jornal mínimo en ciento siete mil seiscientos veintisiete guaraníes (G. 107.627).

Gráfico 1. Evolución del Salario Mínimo en guaraníes, y el Índice de Precios del Consumidor. Años 2017-2024.

Fuente: Elaboración Propia a partir de los datos del Banco Central del Paraguay. 

 El gráfico 1 muestra la evolución del salario mínimo en guaraníes y del IPC entre los años 2017 y 2024, evidenciando una tendencia común en ambas variables. 

Gráfico 2. Variación porcentual del Salario mínimo y del IPC. Años 2017 – 2024.

A graph with red and blue lines and numbers

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Fuente: Elaboración Propia a partir de los datos del Banco Central del Paraguay                                     *El dato del IPC se tomó hasta Julio del 2024.

En este gráfico se puede observar que durante el período 2017-2021, las variaciones del IPC superaron los ajustes del salario mínimo, a excepción del año 2019. Sin embargo, desde 2022, los ajustes salariales fueron superiores a las variaciones del IPC. 

En junio de 2024, la tasa de variación anual del IPC en Paraguay fue del 4,3%, mientras que la variación mensual fue del -0,4%, lo que refleja una inflación acumulada del 2,8% en lo que va del año. Si bien algunos sectores, como Ocio y Cultura, experimentaron un aumento en sus precios (0,6% interanual), otros, como Alimentos y Bebidas no alcohólicas, registraron una disminución del -2%, con una variación interanual del 9%.

Aunque el IPC es un factor relevante para determinar el salario mínimo, es importante considerar otros parámetros, como la productividad laboral y las dinámicas de la oferta y demanda de trabajo. Existen teorías que relacionan los salarios con la productividad marginal del trabajador, que establece que una empresa emplea a un individuo si los ingresos adicionales que este genera superan sus costos (es decir, su salario).

Otra teoría relevante es la de los salarios de eficiencia, que postula que las empresas pueden obtener mayores beneficios económicos pagando salarios por encima del nivel de mercado, lo que resulta en una mayor productividad de los trabajadores. Estas teorías, aunque ofrecen enfoques diferentes, muestran una relación directa entre productividad y remuneración.

En algunos países, como Suecia, los salarios se determinan mediante negociaciones colectivas entre empleadores y empleados, sin la necesidad de un salario mínimo impuesto por ley. Sin embargo, en Paraguay, la imposición de un salario mínimo está institucionalizada, lo que crea una brecha significativa entre lo que dicta la legislación y lo que realmente gana la mayoría de la población.

En 2024, el 25% de la fuerza laboral en Paraguay gana G. 1.320.000 o menos, lo que representa un ingreso 47% inferior al salario mínimo. Esto genera una dualidad en el mercado laboral: uno formal y otro informal. Regular el salario mínimo exclusivamente en función del IPC no siempre garantiza que los trabajadores puedan mantener un nivel de vida digno, ya que productos esenciales, como alimentos y servicios, no siempre siguen las mismas tendencias de precios que el IPC general.

La relación entre la deflación del IPC y el costo de la Canasta Básica Familiar (CBF) es compleja y está influenciada por factores locales e internacionales, además de las políticas económicas vigentes. Por ejemplo, algunos productos importados, que forman parte de la CBF, pueden no experimentar la misma deflación debido a fluctuaciones cambiarias. Asimismo, intervenciones gubernamentales y subsidios específicos pueden amortiguar el impacto de la deflación en los precios de ciertos bienes y servicios.

Por lo tanto, ajustar el salario mínimo únicamente en base al IPC puede no ser suficiente si no se consideran las variaciones específicas de los productos que componen la CBF. Un enfoque más integral en la regulación del salario mínimo podría incluir la consideración de índices de precios específicos para productos esenciales o mecanismos automáticos de ajuste que aseguren que los incrementos salariales se alineen con las necesidades reales de los trabajadores.

Aunque el ajuste del salario mínimo en Paraguay intenta proteger el poder adquisitivo de los trabajadores y reducir la pobreza y la desigualdad, es fundamental revisar cómo este ajuste impacta realmente en la capacidad de las familias para mantener un nivel de vida adecuado. Esto requiere no solo un análisis del IPC, sino también de la Canasta Básica Familiar y de otros factores económicos que influyen en el bienestar de los trabajadores.

Entonces uno se pregunta ¿Es suficiente el reajuste del salario mínimo basado en el IPC para garantizar una calidad de vida adecuada, o deberíamos considerar otras variables y enfoques para asegurar que los trabajadores puedan cubrir sus necesidades esenciales?

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