El viceministro de Minas y Energías, Mauricio Bejarano, destacó las potencialidades de Paraguay para la construcción de un gasoducto que podría convertirse en un ícono de la integración energética regional.
El proyecto aprovechará la ubicación geográfica de Paraguay para conectar la oferta y demanda de hidrocarburos entre Argentina y Brasil. La iniciativa busca fortalecer la colaboración energética y generar importantes beneficios para los países involucrados.
Al respecto, Bejarano mencionó: “La construcción del gasoducto entre Argentina, Paraguay y Brasil promete importantes beneficios: para Argentina monetizar sus recursos de gas natural; mientras que Paraguay ganaría un canon territorial y podría incorporar el gas natural a su matriz energética, lo que facilita el desarrollo de energía solar fotovoltaica en el Chaco y promovería el desarrollo de las industrias, como la de fertilizantes; Brasil también se beneficiaría significativamente al contar con un recurso energético clave para el desarrollo de su industria”.
Para el viceministro de Minas y Energías, la construcción de un gasoducto representa un símbolo de integración y fortalecimiento para la cooperación y desarrollo energético de la región. La inversión estimada ronda los USD 2.000 millones, abarcaría un trazado de unos 1.050 kilómetros. Actualmente, Argentina está revirtiendo su gasoducto debido a problemas con el suministro proveniente de Bolivia, lo que les obligó a redirigir la demanda hacia la provincia de Salta.
“Hasta el momento, mantuvimos conversaciones con las autoridades argentinas y brasileñas. Actualmente, el proyecto está siendo evaluado por la Cancillería, que se reunió la semana pasada para determinar el formato adecuado. Se está considerando un memorando de entendimiento trinacional al más alto nivel para impulsar el emprendimiento” indicó Bejarano.
FINANCIADO POR EL SECTOR PRIVADO
El proyecto sería financiado inicialmente por el sector privado, que recuperaría su inversión mediante un peaje por el uso del ducto.
“Elegimos el trazado más amigable, de 530 kilómetros en Paraguay. Este tramo se desarrollará a lo largo de la franja de dominio, lo que elimina problemas ambientales, comunitarios y geográficos. La ubicación a lo largo de la ruta Bioceánica facilita la colocación y el trazado del ducto, ya que no hay obstáculos como piedras. Además, se estudió el mejor trazado posible en los demás países involucrados para asegurar una implantación factible y rápida del proyecto”, agregó.