Paraguay avanza hacia una mayor integración de biocombustibles en su matriz energética, con miras a elevar progresivamente el porcentaje de mezcla de biodiesel en el diésel fósil. Recientemente, el sector aprobó la mezcla al 5%. Sin embargo, aún se encuentra lejos de países como Brasil que estableció un porcentaje de 15%.
Este proceso apunta a fortalecer la seguridad energética nacional, sino también a fomentar una transición hacia combustibles más limpios y sostenibles, con alto impacto en términos de valor agregado, empleo e inversión local.
PROCESO GRADUAL DE MEZCLA
En este escenario, representantes del sector del biodiesel destacan que Paraguay cuenta con una ley vigente la Ley 6389 del 2019 que regula la promoción y el fomento de los biocombustibles, estableciendo un esquema de aumento paulatino hasta un tope del 5%. Si bien ese límite fue alcanzado recientemente, se señala que la industria ya está preparada para dar un nuevo salto.
Sobre esto, Francisco Jáuregui, vicepresidente de la Cámara de Empresas de Biocombustibles y Energías Renovables Biocap en comunicación con MarketData destacó que el gobierno actual saldó una deuda histórica al implementar una mezcla de 5%, pero aseguró que la capacidad instalada del país ya permite avanzar hacia un 10% sin sobresaltos. De hecho, remarcó que las inversiones realizadas y las plantas industriales operativas colocan al Paraguay en condiciones de abastecer sin problemas una demanda mayor de biodiesel.
CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN Y BENEFICIOS
Actualmente, la capacidad de producción ronda los 200 millones de litros anuales, lo que permitiría responder de inmediato ante un eventual aumento del porcentaje de mezcla.
Con relación a lo ambiental, los beneficios son contundentes: por cada litro de biodiesel que reemplaza al combustible fósil, se reduce hasta en un 80% la emisión de dióxido de carbono, lo que representa un importante avance en términos de sustentabilidad.
IMPACTO AMBIENTAL Y ECONÓMICO
Además del impacto ambiental, Jáuregui señaló la importancia estratégica de contar con una industria de biocombustibles robusta en un país como Paraguay, que depende totalmente de la importación de combustibles fósiles en la actualidad, lo cual expone al país a la volatilidad de precios.
El mismo fundamentó que la consolidación de esta industria local no solo fortalece la seguridad energética, sino que también genera valor agregado a lo largo de la cadena de la soja, al utilizar el aceite de soja como principal insumo para la elaboración de biodiesel.
Agregó también que esto contribuye al desarrollo de industrias asociadas, como la metalmecánica, y a la creación de empleos en distintos eslabones productivos.
DIÁLOGO CON EL GOBIERNO
Pese al potencial, los representantes del sector señalan que las conversaciones con el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) avanzan lentamente. Aunque existe una línea de diálogo abierta y se viene analizando desde hace meses la posibilidad de incrementar el porcentaje de mezcla, hasta ahora no se han concretado decisiones. “Nosotros seguimos insistiendo. La línea de conversación está, ahora lo importante es llevar esa línea de conversación de la teoría a la práctica”, afirman el titular de la Biocap.


