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18 de abril de 2024

Juez avala el despido de mexicanos por asistir a una misa guadalupana

Denver (CO), 29 ene (EFE News).- La corte federal en Denver falló a favor del frigorífico JBS y puso fin así a una demanda iniciada por empleados de ese establecimiento que habían sido despedidos por participar en eventos religiosos en horario laboral, incluyendo mexicanos que asistieron a una misa guadalupana.

En su fallo, difundido este viernes, la corte rechazó un pedido por parte de la Comisión de Oportunidades Laborales Equitativas (EEOC, dependiente del gobierno federal) de mantener abierta la demanda contra JBS, a quien la EEOC acusó en 2010 de «prácticas de discriminación basadas en raza, origen nacional y religión».

En 2007, JBS compró el frigorífico de propiedad de Swift ubicado en Greeley, en el norte de Colorado, expandiendo las operaciones hasta contar en la actualidad con unos 3.000 empleados, la amplia mayoría de ellos de origen hispano.

En agosto de 2008, trabajadores somalíes musulmanes, en aquel momento recién llegados al país como refugiados, pidieron permiso para realizar las oraciones de la celebración de Ramadán en el horario correspondiente, pero JBS negó el permiso.

Ese mismo año, pero en diciembre, empleados mexicanos solicitaron ingresar más tarde al frigorífico para participar por la mañana de la misa en honor de la Virgen de Guadalupe, pero JBS también rechazó el pedido.

Algún tiempo después, la administración del frigorífico despidió a los trabajadores que no cumplieron con sus horarios, sea por celebrar Ramadán o por ir a la misa guadalupana, por lo cual, tras recibir las denuncias correspondientes, la EEOC intervino y en 2010 presentó la demanda contra el frigorífico.

Luego de numerosas acciones legales en distintos niveles, el caso llegó ante la corte federal en agosto de 2017, donde la EEOC argumentó que los despidos habían sido ilegales porque el acto de cumplir con obligaciones religiosas es «una actividad protegida».

Un año después, la Corte Federal del Décimo Distrito rechazó ese enfoque, indicando que «ningún empleado padeció de acciones de empleo adversas» por no poder rezar en el horario solicitado y que los despidos no fueron «represalias con ánimo discriminatorio», sino medidas necesarias por incumplimiento de horarios de trabajo.

Tras esa decisión, la EEOC le solicitó a la corte que «reabriese y reconsiderase» el caso. Con el rechazo de ese pedido, la demanda ya no podrá continuar.