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28 de marzo de 2024

La economía argentina pega un salto en abril pero lleva tres meses estancada

Buenos Aires, 29 jun (EFE).- La economía de Argentina experimentó en abril pasado un salto de magnitud respecto a los niveles de virtual parálisis registrados en igual mes de 2020, pero esta recuperación interanual tiene su contracara en los tres meses de estancamiento que acumula la actividad económica del país suramericano.

Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad económica registró en abril pasado un alza del 28,3 % en comparación con igual mes de 2020, la segunda subida interanual tras 19 meses consecutivos en bajada.

La llamativa magnitud de crecimiento se explica por una base de comparación interanual muy deprimida, ya que abril de 2020 estuvo marcado por las severas restricciones sanitarias dictadas a finales de marzo del año pasado por el Gobierno de Alberto Fernández ante la irrupción de la pandemia de covid-19.

Abril de 2020 fue, por tanto, un mes en el que la economía estuvo prácticamente paralizada, con un derrumbe interanual del 25,4 % nunca visto antes en las series estadísticas de Argentina.

El «efecto rebote» experimentado por la economía en términos interanuales fue generalizado.

De las 16 actividades incluidas en el indicador, trece sectores productivos arrojaron mejoras interanuales en el cuarto mes del año, destacándose la construcción (221,5 %), hoteles y restaurantes (207,7 %), la industria manufacturera (55,1 %) y el comercio (41,9 %).

SEÑALES DE ESTANCAMIENTO

La buena noticia de la recuperación interanual viene, sin embargo, acompañada de un dato poco alentador: la actividad económica retrocedió el 1,2 % en el cuarto mes del año en comparación con marzo último, cuando el indicador ya había anotado un descenso del 0,3 %.

Si se le añade el descenso del 0,1 % registrado en febrero, Argentina ha sumado tres meses consecutivos con su economía estancada, luego de la recuperación que se venía verificando desde mediados del año pasado tras el «shock pandémico».

En abril último la actividad económica otra vez comenzó a verse afectada por la imposición de nuevas restricciones sanitarias ante la irrupción de una segunda ola de la covid-19 en Argentina, medidas que se endurecieron en mayo con el vertiginoso crecimiento de los casos de coronavirus y que fueron parcialmente flexibilizadas en junio.

Según la consultora Ecolatina, para el segundo trimestre del año se espera un retroceso en el Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina.

En un informe, la consultora observó que, de no existir una reducción en la cantidad de casos diarios de covid-19, las restricciones seguirían en julio y agosto y la caída en el PIB prevista para el segundo trimestre se convertiría en el tercero en un estancamiento o un «avance acotado» de la economía.

RECALCULANDO

Tras el hundimiento del 9,9 % en el PIB registrado en 2020, el Gobierno de Argentina calculó para este año en la ley de Presupuesto una recuperación del 5,5 %.

Los economistas privados eran bastante más optimistas y llegaron a proyectar una expansión del 6,7 %, pero desde abril, con la llegada de la segunda ola de la covid-19, comenzaron a revisar a la baja sus pronósticos.

De hecho, los expertos que mes a mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas han rebajado ya su vaticinio de crecimiento al 6 % anual.

La consultora Orlando Ferreres dijo que para los próximos meses espera un «declive» en la actividad en vistas del empeoramiento de la situación sanitaria y de las nuevas medidas restrictivas.

«Si bien el frente macroeconómico mostró alguna mejora en los últimos meses, el estancamiento estructural continúa sin solución, condicionados también por cierta incertidumbre política en un año electoral», indicó la consultora al observar el escenario que se avecina con las elecciones legislativas que se celebrarán este año en Argentina.

Para Ecolatina, que proyecta para este año una recuperación del 6 %, la economía podría volver a crecer en el cuarto trimestre de la mano de una mejor situación sanitaria, mayores exportaciones y un repunte en el consumo privado.

Pero, advirtió la consultora en un informe, «si bien el cuarto trimestre sería positivo en materia económica, las chances de una devaluación postelectoral impedirían que el buen cierre de este año se trasladase al comienzo del 2022».