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19 de abril de 2024

La deuda de los hogares paraguayos sube y se sitúa en USD 3.204 millones

El endeudamiento de los hogares sigue creciendo, aunque a un ritmo más lento en comparación a la última medición del BCP. Al cierre del primer trimestre del año, esta registró un incremento del 17,9%, en comparación al mismo periodo del 2022.

Si bien hubo un aumento en cuanto a la deuda de los hogares, se vió un leve descenso de la morosidad promediada, que en la actualidad se ubica en 5,9%, entre las carteras de consumo y vivienda.

De acuerdo al Informe de Estabilidad Financiera (IEF) elaborado por el Banco Central del Paraguay (BCP), se observa que la deuda de los hogares  en el sistema bancario local representa al mes de marzo representa un 7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, nivel relativamente bajo respecto al de economías emergentes y de países de la región, aunque se resalta la diferencia en la cobertura de los datos entre países, según las valoraciones de la banca matriz. 

En valores nominales, el valor de la deuda de los hogares en bancos suman USD 3.204 millones, compuesto por las carteras de consumo y la vivienda, este valor representa un crecimiento del 17,9% respecto a  marzo del año pasado. 

Asimismo se observa que desde el IEF anterior, el crecimiento del crédito destinado al financiamiento de las familias mostró una leve desaceleración, sin embargo, sigue exhibiendo una dinámica favorable.

A marzo 2023, la deuda de los hogares registró un aumento de 17,9% interanual, inferior a la tasa reportada al corte del informe anterior que fue 19,7% septiembre 2022), aunque relativamente similar a la verificada en marzo 2022 (17,3%). 

Asimismo indica que la desaceleración en el ritmo de expansión desde septiembre se ha notado principalmente en los créditos de consumo (-2.2 p.p.), en tanto que, en los de vivienda ha sido menor (-0,7 p.p.).

En cuanto a la calidad del crédito, se observó una disminución de la tasa de morosidad, de 6,0%, en septiembre 2022 (IEF anterior) a 5,7%, en marzo de este año. Pese a que la calidad del crédito ha mejorado en los últimos doce meses, la mora todavía se encuentra en niveles superiores al período pre-pandemia (5,1% diciembre 2019), en un escenario macroeconómico aún desafiante. 

Al examinar por componentes, la tasa de morosidad del consumo fue 6,5% en marzo de este año, inferior a la registrada en septiembre (6,8%), y a la tasa observada doce meses atrás (6,8%). Mientras tanto, el mismo indicador para los créditos de vivienda, se incrementó de 3,4% a 3,5% desde el último informe y respecto al mismo periodo en el año anterior (3,2% marzo 2022)

Los últimos datos del boletín estadístico muestra que los créditos de consumo registran un crecimiento del 20% y acumulan un valor de USD 2300 millones. Por su lado, la cartera de vivienda aumentó 22% y acumula USD 808 millones. 

Al tener en cuenta la morosidad, se observa que en el consumo es de 6,11% mientras que en la vivienda 3,27%. 

Al respecto, el economista jefe del BCP, Miguel Mora sostuvo que el porcentaje de la deuda del consumo es considerado baja en comparación al periodo pasados y que también y que también es destacable la mejoría de la morosidad que alcanzó a reducirse, en comparación a la medición anterior. 

Riesgo de crédito 

Por otra parte, el riesgo de crédito por sectores en moneda extranjera no registró un aumento significativo. Así, los créditos en dólares destinados a consumo (4,4%), agricultura (2,3%), vivienda (1,8%) y ganadería (1,8%) presentaron las mayores cifras, aunque a marzo de 2023 solamente agricultura y ganadería mostraron un ligero aumento

No obstante, el riesgo de incumplimiento de los créditos al sector agropecuario se mantiene bastante acotado, como consecuencia de la aplicación de medidas transitorias de apoyo al sector productivo afectado por la sequía, que permitió la renegociación de sus deudas, interrumpiendo de esta manera el cómputo de la mora y evitando el deterioro de su calificación crediticia. 

Al respecto, además de las medidas transitorias aplicadas por el BCP, con vigencia hasta fines del 2022, en el periodo reciente se volvió a emitir una normativa que ha permitido la renegociación de las deudas de los sectores agrícola y ganadero que sufrieron el impacto de condiciones climáticas adversas y que tiene una vigencia al 30 de septiembre de 2022.