En un informe denominado “Oportunidades para un mayor crecimiento sostenible tras la pandemia”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destaca que junto a República Dominicana, Guatemala, Panamá, México y Perú, nuestro país se encuentra en la franja de menor ratio en el indicador que mide los ingresos tributarios sobre el Producto Interno Bruto (PIB).
Los mencionados países que acompañan a Paraguay se encuentran en una franja de ingresos tributarios de entre el 12% y el 16% de su PIB, a contramano del caso de otros países de la región como Argentina y Uruguay, que se encuentran en el orden entre el 29% y el 34%.
Se hace especial mención a que en los países desarrollados este indicador oscila en un promedio de 34%
Según la recomendación dada por el organismo multilateral, siempre y cuando exista un nivel mínimo de eficiencia en el uso de las recaudaciones tributarias, los países de la región con las menores recaudaciones -como Paraguay- necesitarán revisar sus matrices impositivas de manera a poder avanzar de manera decisiva luego de la pandemia.
“Los países con altos impuestos también tienden a ser países con un gasto más alto; en ese caso el esfuerzo debería centrarse en mejorar la eficiencia tanto del gasto como de los impuestos en lugar de aumentar los ingresos. En los países con bajos impuestos, suponiendo un nivel mínimo de eficiencia, ampliar la base tributaria podría generar beneficios considerables”, se apunta en el informe.
Una de las consideraciones importantes que también hace el BID sobre este asunto es que, si bien el aumento de los impuestos generales tiende a tener un impacto negativo en el crecimiento económico, los multiplicadores son bajos en los países con bajos impuestos.
En este punto, es importante mencionar que los problemas de la matriz tributaria en Paraguay no se encuentran solamente en sus fundamentos y en el alto nivel de informalidad que existe en la economía, sino también en el destino mismo que se le confiere a los recursos obtenidos por medio de Tributación y Aduanas.
La eficiencia del gasto público es un problema de larga data en nuestro país, con gastos rígidos que no permiten inversiones de infraestructura sino por medio de empréstitos que ya han elevado la deuda pública de Paraguay a un nivel histórico de 35% sobre el PIB.
Todo esto, sin mencionar las “filtraciones” que se dan por hechos de corrupción en las ejecuciones presupuestarias, las cuales han generado en los últimos años un gran descreimiento en la administración financiera, lo que a su vez haría muy difícil elevar los impuestos por la falta de confianza del sector privado que desde hace varios años pide acciones concretas para la mejoría del gasto público.
