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24 de abril de 2024

FMI pone el acento sobre la incertidumbre en efecto rebote de Paraguay para el 2021

El FMI ajustó a la baja su proyección de crecimiento para el PIB local del año que viene, aclarando que la sequía que afecta al campo y la potencial aparición de rebrotes de COVID-19 condicionan fuertemente cualquier pronóstico que se pueda realizar sobre este indicador.

En la tarde de este martes se llevó a cabo la declaración final del personal técnico de la misión de consulta 2020 del Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente a nuestro país . En la ocasión, se realizó la socialización de la corrección del organismo multilateral para la proyección de crecimiento económico de Paraguay en el 2021.   

El organismo multilateral vaticinó una variación del 4% para el Producto Interno Bruto  (PIB) del año que viene, ajustando a la baja su anterior proyección del 5,5%. Sin embargo, apuntaron que aún con este recorte de 1,5 puntos porcentuales, las perspectivas son muy inciertas. 

Durante la presentación del documento, Bas Bakker, jefe de misión del FMI ante Paraguay, refirió que los riesgos en el corto plazo persisten y la sequía registrada en el inicio de la campaña agrícola podría incidir en el indicador. Paraguay sigue siendo un país muy dependiente de las exportaciones agrícolas, y en especial de la soja, para aspirar a un crecimiento económico. 

Rebrotes 

Por otra parte, en esta proyección se advierte que un rebrote del virus en el mundo podría impactar seriamente en la producción de nuestro país, ya que si la condición sanitaria empeora nuevamente, puede verse comprometido el tan esperado efecto rebote.

Apuntaron también que el comercio transfronterizo con Brasil y Argentina solo se reanudará en su totalidad si se controla la epidemia en estos países. Además, que la demanda mundial y los precios de los commodities pueden ser afectados si la pandemia se prolonga mucho más de lo que se proyecta actualmente.

“El crecimiento del PIB es siempre difícil de estimar y en la situación en que estamos es más difícil todavía, por la incertidumbre. Hubo muchos países, como los europeos, en los que pensamos que la pandemia había terminado, pero volvió; para Paraguay, un factor que siempre ha sido importante es el clima y las recesiones del 2009 y el 2012 fueron resultados del mal clima, también en 2019”, refirió Bakker. 

El jefe de misión aclaró que si bien esta no es la línea principal en la proyección para el PIB, no es un tema menos importante y debe ser tenido en cuenta. El seguimiento sobre el tema que están realizando desde el FMI es minucioso y han notado que puede representar un riesgo, según puntualizó. 

Por el contrario, la corrección en el vaticinio para la caída del PIB al cierre de este año fue al alza y pasó del anterior -4% a solamente -1,5%, ubicándose en la misma línea que la proyección del Banco Central del Paraguay (BCP). 

Según han opinado analistas locales, es natural que una mejoría en la proyección para este año reduzca el potencial crecimiento del año siguiente, por dejar una base comparativa mayor. 

Política Monetaria  

El Banco Central ha realizado varios recortes en la tasa de polìtica monetaria desde el año pasado, hasta llegar a su nivel actual de 0,75%. Esto, con la intención de generar un mayor flujo de créditos y movimiento en la economía. 

Al ser consultado sobre este tema, Bakker opinó que no habría motivos para volver a los niveles anteriores en este indicador, ya que la economía todavía debe recuperarse y los niveles de inflación no generan ningún tipo de apremio. 

“En el corto plazo no existe razón para cambiar la tasa de política monetaria, ya que la inflación ha sido muy baja. Hemos tenido dos años de crecimiento nulo y no existe un motivo evidente para aumentar la tasa de referencia, el BCP redujo las previsiones de liquidez”, puntualizó. 

Los altos niveles de liquidez que se han producido en el sistema financiero tras las reducciones en la tasa de referencia todavía no se han traducido en un gran crecimiento en los créditos. Según el FMI, esto se da en parte por una falta de demanda y por otra, por los grandes niveles de informalidad que desembocan en una falta de acceso a los préstamos, en muchos casos.