La pandemia del coronavirus y las consecuentes cuarentenas obligatorias generaron en todo el mundo una fuerte contracción en la demanda y Paraguay no fue la excepción.
Esto tuvo su impacto en las recaudaciones del fisco, especialmente en la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Sin embargo, para octubre la reducción en el cobro viene siendo menor desde julio.
Según datos proveídos por la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), el fisco recibió al mes de octubre en concepto de cobros de IVA unos G. 6,6 billones; lo que representa al cambio actual unos USD 883 millones.
Si bien esta suma representa una reducción del -2,6% con respecto al mismo periodo del año pasado, la contracción se ha reducido bastante con el pasar de los meses.
El cobro del IVA está estrechamente ligado al consumo, ya que este impuesto grava casi todas las transacciones comerciales relacionadas con este aspecto: compras en supermercados, pago de servicios contables o jurídicos, solo por citar algunos ejemplos.
La mayor diferencia se dio en el acumulado al mes de abril. En el mes en que se vivió la etapa más rígida de la cuarentena, el spread había alcanzado incluso el -7,3% con respecto al 2019. Sin embargo, en los meses siguientes la tendencia fue de una desaceleración en la reducción, hasta llegar al -2,6% en octubre.
Esto podría indicar una señal de recuperación en el consumo, aunque los niveles difícilmente serán los mismos que los registrados antes de la cuarentena. De hecho, entre enero y febrero del 2020 la recaudación de este impuesto generó al fisco un rendimiento de G. 1,3 billones, con un crecimiento de casi el 5% en comparación con el mismo periodo del 2019
Comportamiento del consumo
Este mayor nivel de cobro en el IVA con respecto a la cuarentena total del segundo trimestre va en consonancia con otros indicadores que dan indicios de un posible inicio de mejoría en la demanda.
Por ejemplo, en su última revisión de proyecciones para el Producto Interno Bruto (PIB) del año, el Banco Central corrigió su proyección de caída del consumo privado desde un -7% hasta un -4,7%, suavizando el vaticinio de contracción en la variable.
“Es necesario señalar que los niveles de confinamiento y cuarentena se han flexibilizado en los últimos meses y eso ha permitido que gran parte de las actividades manufactureras, servicios y provisión de insumos para la construcción tienen una dinámica mayor a la que esperábamos en julio”, afirmó al ser consultado sobre este tema Miguel Mora, economista jefe del BCP.
Con respecto a los servicios; Mora agregó que aquellos que aglutinan una gran cantidad de personas – como por ejemplo los restaurantes – han tenido una caída menor de lo que se esperaba gracias a la adaptación tanto de las empresas como de los consumidores.
Dijo que si bien no se logró llegar a niveles deseados para experimentar una pronta recuperación, sí se podría pensar en el inicio de una paulatina recomposición de la demanda y la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
