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24 de abril de 2024

Ven lejana la vuelta a la “normalidad”, ante un nuevo retraso en llegada de vacunas

Cadep sostiene que la única salida a la crisis generada por la pandemia son las vacunas, pero que también se deben llevar adelante otras medidas. Mientras tanto, el Gobierno Nacional anunció que se retrasará la llegada de las vacunas indias Covaxin, debido a la situación sanitaria de ese país.

El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguay (Cadep) publicó su revista N° 71, en la que analiza la actual coyuntura política, social y económica de nuestro país. 

El citado organismo no gubernamental sostiene que el segundo año de pandemia del COVID-19 tiene una salida que es la vacuna, pero que si viene sola no será suficiente. Advierte que en Paraguay un retorno a la “normalidad” no está a la vuelta de la esquina. 

En el primer capítulo de la revista, José Carlos Rodríguez, integrante del equipo editorial del Cadep, realiza un análisis sobre todo lo sucedido en este tiempo de pandemia, que lo denomina “COVID cumplió un año, pero no de vida”. 

Rodríguez recuerda que la gestión pública de la pandemia había sido muy eficaz al inicio, incluso tuvo elogio mundial. No obstante, fue muy penosa para la gente común, sobre todo para muchos trabajadores informales, especialmente urbanos, y que la brutalidad policial estuvo presente para hacer cumplir la cuarentena. 

Sin embargo, menciona que la falla grande fue la parte administrativa, ya que considera que la omisión y corrupción llevaron al país al club de los malos ejemplos del mundo. En este punto, enfatiza que la reacción antigubernamental tiene un trasfondo, una base estructural: una economía recesiva, desigual, improductiva, injusta y subalterna, pero que eso llegaba muy poco al discurso, sino que la noticia eran los excesos.

Rodriguez señala también que a la crisis sanitaria se sumó una política, que provocó manifestaciones que no fueron tan numerosas ni muy tumultuosas y violentas, aunque algunas conductas torpes de la policía tiraron leña al fuego a la que considera una protesta social justa. “El marzo del 2021 no tuvo la institucionalidad del marzo del 1999. Pero tampoco son pocas estas protestas”, recalca. 

Esto hizo que ahora haya un cambio de discurso, uno nuevo, generalizando el descontento “ANR nunca más”. “Que se vayan todos” (los corruptos), y se ha logrado crear una identidad antisistema de masas que previamente no existía y hoy tomó la palabra, agrega.

Retraso en la llegada de vacunas indias

Por otra parte, este miércoles el ministro asesor de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República, Federico González, confirmó que habrá una demora en la entrega de las vacunas Covaxin, que semanas atrás se había informado durante la visita del embajador concurrente de la India, Dinesh Bhatia.

«El embajador informó oficialmente que, debido a la situación tan difícil que está pasando su país, su población, por la situación de la pandemia, entonces los envíos se iban a demorar. Eso es lo que informó ya la semana pasada al salir del Palacio (de Gobierno)», señaló González, en comunicación con radio Monumental 1080 AM.

Cabe recordar que al principio se esperaba una primera partida durante el mes de agosto. Si bien no se descarta en su totalidad, González señala que el arribo de un primer grupo de las dosis dependerá de una mejoría que pueda tener la India en este mes.

«Esta primera entrega, de alrededor de 200.000 de las 2 millones que compramos, sí van a tener una demora por la situación que está viviendo ese país», apuntó.

Hector Castro, director del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), dijo que debido a esta situación, el cronograma de vacunación también se podría retrasar, pero que primero deberán esperar el cierre de las jornadas de vacunación de los adultos mayores de 75 años o más, que será este viernes, y luego analizar cómo seguirán. 

Cabe mencionar que ya se hablaba de que la semana que viene los adultos mayores de 70 años puedan aplicarse la dosis; sin embargo, el director del PAI aclaró que primero deberán analizar la situación y, de acuerdo a la cantidad de dosis, avanzar en el proceso de inmunización. 

Por su parte, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) emitió un comunicado para calmar dudas respecto a la disponibilidad de biológicos suficientes para la aplicación de la segunda dosis a las personas que ya iniciaron el proceso de vacunación anti-COVID. 

La cartera sanitaria asegura que sobre la base del total de lotes recibidos, el PAI planificó la utilización del 50% como primera dosis y resguardó el otro 50% para completar el esquema de las diferentes vacunas.

Agrega que está garantizado el acceso a la segunda dosis de la vacuna AstraZeneca a la población que inició su esquema en la tercera semana de marzo, respetando los intervalos entre la primera y la segunda dosis, dependiendo del biológico.

El intervalo entre la primera y la segunda dosis de Sputnik V mínimo es de 21 días; el de COVAXIN es de cuatro semanas, al igual que para Sinopharm y Coronavac; mientras que el intervalo entre la primera y la segunda dosis de AstraZeneca es de entre 8 y 12 semanas.

A finales de abril pasado, Paraguay recibió 134.400 dosis de vacunas COVID-19 adquiridas a través del Mecanismo COVAX, que se sumaron a las 36.000 dosis que recibió a mediados de marzo. Sin embargo, aún no se llega ni a la mitad de dosis que fueron compradas mediante este mecanismo, que en total son 4,3 millones.

Así también, de las 1 millón de dosis adquiridas a través del Fondo Ruso de Inversión Directa, sólo llegaron 24.000. Paraguay ya compró un total de 8.700.000 biológicos, y hasta el momento llegaron tan solo 194.000 dosis.

Crisis económica y esperanza 

En otra parte del análisis, el Cadep habla sobre la crisis económica que trajo consigo la pandemia, que hizo que el Producto Interno Bruto (PIB) del mundo se derrumbara y aumentara la pobreza mundial y regional. 

En este punto mencionan que la crisis económica paraguaya tiene índices medianos, en

relación con la sensación térmica de crisis en que se vive en la conciencia pública. La recesión local es parte de la recesión mundial, y del capitalismo occidental, expresa la publicación. 

En Paraguay, la pobreza aumentó en un 3,3%, hay 264.590 más pobres; misma cifra que tenía nuestro país en el 2012, pero con la diferencia de que ahora los pobres son principalmente urbanos y hace una década eran más rurales. 

Además, el Cadep resalta también que las políticas de asistencia social ayudaron para que los agro-negocios y la economía familiar campesina sufrieran menos daño. Así también, reconoce que muchos jóvenes y niños de clase media aprendieron telemática. 

Las ollas populares literalmente “pulularon” y fueron una solidaridad que floreció, pero el balance, de todos modos, es negativo, un infortunio, y el “fin de este tiempo no está cerca”, observa el Centro. 

“En Paraguay, una política sin crecimiento compartido no es novedad. La pobreza tampoco lo es. El país se conforma con ser un país pobre que come, con unos pocos ricos que hacen lo que les da la gana. Se calcula el crecimiento sin compararlo con un pasado más pobre y sin ver mucho lo que ocurre fuera del país”, refiere el Cadep.

No obstante, dice que ahora la incertidumbre agobia, incluso en la economía local. Algunos sectores económicos, sobre todo el transporte internacional y el turismo, fueron diezmados con la cuarentena. La educación ya baja, descendió mucho más, ya que la virtualidad telemática está poco desarrollada. 

Rodríguez en su análisis enfatiza que la luz al final del túnel sanitario se llama vacuna, y en ella se juega en buena parte el prestigio del Gobierno, pero que solo la vacuna no basta ya que si viene sola, el proceso es insuficiente, como se puede ver en Chile y en Brasil. 

Además dice que tampoco es suficiente limpiar de corrupción al gobierno. Las asignaturas pendientes son perentorias. 

“La fiscalidad regresiva del sector privado y la omisión del Estado, fruto de la elusión fiscal; la fragmentación socioeconómica y cultural; el acaparamiento de las riquezas, del poder político, y de las oportunidades en general; la devastación ecológica; la incuria en los servicios públicos (salud, educación, vivienda) un sistema de justicia que no solo administra justicia sino también su contrario”, cita el analista, entre las falencias estructurales del país.

Por ello, afirma que un retorno a la normalidad no está a la vuelta de la esquina, a no ser que un cambio social y político con integridad sea llevado a cabo con la reforma interna del “partido sempiterno” de gobierno, o que el cambio ocurra con la alternancia del coloradismo.

“La normalidad aceptada dejó de ser normal, perdió su buena salud. Más que en cualquier otra parte del mundo, en Paraguay, ‘lo mismo que antes’ constituye una utopía, o mejor, una distopía incompatible con la cohesión social”, asevera.

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