Según Bloomberg, las acciones mostraron indecisión antes de la publicación de los datos de inflación en EE. UU., mientras que los recientes acontecimientos geopolíticos moderaron el apetito por el riesgo.
Una semana después de que se registrara uno de los peores inicios que sacudieron el mercado bursátil mundial, el S&P 500 permaneció estable. Wall Street aún está recuperándose de las violentas oscilaciones del lunes pasado, lo que llevó a muchos inversores a ser cautelosos y a evitar grandes movimientos mientras esperan más señales sobre la salud de la mayor economía global. El precio del petróleo alcanzó los 80 dólares, y los bonos se fortalecieron en medio de las crecientes preocupaciones de Estados Unidos sobre un posible ataque iraní contra Israel.
En este contexto, los principales índices bursátiles cerraron de la siguiente manera: el S&P 500 no mostró cambios significativos, el Nasdaq 100 subió un 0,2%, el Dow Jones cayó un 0,4%, mientras que el MSCI World también se mantuvo sin cambios.
En cuanto a los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, el estadounidense cayó cuatro puntos básicos, situándose en 3,90%; los bonos alemanes permanecieron prácticamente sin cambios en 2,23%; y los bonos británicos bajaron tres puntos básicos, alcanzando un 3,92%.
