Montevideo, 19 dic (EFE).- Armonía, voluntad política y sensibilidad social son tres claves para mejorar el comercio en Latinoamérica y favorecer con esto a los micro, pequeños y medianos empresarios que generan cerca del 60 % del empleo formal de la región.
Así lo afirma en una entrevista con EFE el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), Sergio Abreu, quien espera que en 2024 comiencen a concretarse determinados temas que faciliten e impulsen ese comercio.
«Yo siempre pido armonía, voluntad política y sensibilidad social», explica el uruguayo, quien se muestra muy crítico por la manera en que muchos se han acostumbrado a intervenir en asuntos de otros Estados o apoyando a determinados candidatos en épocas de elecciones y sostiene que hay «una falta de respeto por la autodeterminación de los pueblos».
Tiempos difíciles
«Son tiempos difíciles», afirma Abreu, quien el 18 de agosto de este año fue reelecto como secretario general de la Aladi durante la XIX Reunión del Consejo de Ministros de la asociación, llevada a cabo en Montevideo.
Las guerras que se están llevando a cabo tienen repercusiones en materia de seguridad alimentaria, de seguridad energética y ponen en peligro a la paz mundial.
«Todos los efectos de esas circunstancias inciden sobre las economías», explica el secretario general, quien remarca la naturaleza comercial de la Aladi e indica que esta debería ser utilizada para favorecer a los micro, pequeños y medianos empresarios, que son «los más postergados».
Recuerda que más del 90 % de la estructura productiva de la región está conformada por estos y que representan el 60 % del empleo formal de un lugar en el que la pandemia causó la pérdida de más de 30 millones de puestos de trabajo.
Más comercio interno
Abreu hace hincapié en que las negociaciones entre los países que integran la Aladi representan el 11 % de las exportaciones de estos, mientras que el comercio interno entre las naciones europeas es del 60 %.
En concordancia con esto, afirma que si un camión demora tres o cuatro días en cruzar una frontera y además las aduanas no tienen la agilidad digital se pierde «credibilidad y competitividad».
Asimismo, explica que la revolución tecnológica alteró «el criterio de productividad» y puntualizó que si no se conecta a las regiones o a los pueblos más alejados va a haber una mayor brecha social.
Desigualdad social
«El 11 % supone no sólo la desigualdad social, sino que las democracias se fragilizan porque los que viven mal votan más por bronca que por esperanza», dice el secretario general de Aladi, entidad con la que EFE mantiene un acuerdo de difusión de contenidos.
Pese a que afirma que hay determinados adelantos que se han hecho, el excanciller de Uruguay indica que «falta pensamiento estratégico» y que los gobiernos piensan más en cómo ganar una elección.
«¿Por qué demoramos tanto en las cosas en las que tenemos que estar al día o por lo menos caminando? Es la voluntad política. Cada gobierno tiene un objetivo de corto plazo y no hay coincidencias, más allá de las simpatías o no entre los gobiernos, respecto del mediano plazo», enfatiza.
Finalmente, Abreu sostiene que hoy «el que llega tarde no llega» y que en pocos años los países que no hagan determinados cambios no podrán exportar o tendrán costos que le harán perder competitividad.