Tegucigalpa, 9 sep (EFE).- La pandemia de la COVID-19, que en Honduras ha dejado más de 2.000 muertos y 65.218 contagiados desde marzo, y la crisis sanitaria que vive el país, «están en pleno desarrollo todavía», dijo este miércoles el sociólogo Eugenio Sosa, en entrevista con Efe en Tegucigalpa.
«En lo sanitario hay una percepción de una aparente pandemia con menos decesos y casos positivos, que pareciera evidenciar que está controlada, al menos ese es el discurso del Gobierno», indicó Sosa, quien además es docente universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y escritor.
FUERTE IMPACTO SANITARIO
En opinión de Sosa, la situación hondureña está siendo comparada con la de otros países, «donde la situación ha estado más crítica»; sin embargo, son muchas las voces de la ciudadanía, médicos y otros expertos que hablan de que «podemos tener unos 5.000 decesos reales y posiblemente el doble de casos positivos» con COVID-19.
Oficialmente no se sabe cuántos casos de contagios y muertos por COVID-19 se han registrado en Honduras debido a que las pruebas PCR de laboratorio han ido muy lentas, algunas hasta con más de dos semanas de retraso, por lo que algunos especialistas consideran que muchas personas fallecieron sin haber conocido los resultados del Laboratorio Nacional de Virología.
«O sea que estamos hablando de un impacto en el sistema sanitario bastante fuerte, y que al no evidenciarse cifras, ni tenerlo sistematizado, genera una percepción de que estamos sin control», dijo el analista.
Añadió que el país está viviendo una incertidumbre y que en la práctica el confinamiento que el Gobierno puso en marcha el 12 de marzo, con un toque de queda que ha venido siendo prorrogado cada una o dos semanas, «prácticamente ha ido desapareciendo», porque se percibe que hay mucha gente que está saliendo de sus casas.
El toque de queda le permite a los hondureños salir a partir del último dígito de su carné de identidad, o pasaporte, en el caso de los extranjeros, pero en la práctica, al menos en Tegucigalpa, pareciera que está saliendo más gente, entre ellos muchos que se de dedican a la economía informal.
PODRÍA HABER SORPRESAS EN PRÓXIMOS MESES
Entre la segunda semana de julio y agosto, el Gobierno autorizó la reapertura económica de manera gradual, sin los resultados deseados por parte de los empresarios, que consideran que la gente no está comprando nada, salvo comida y medicinas, porque se necesita una mayor apertura y que se aumente al menos a cinco dígitos la salida de la población, siempre bajos rigurosas medidas sanitarias.
Sosa señaló que con tanta gente saliendo y una mayor reactivación económica, como la que están pidiendo los empresarios, «podríamos tener sorpresas de cosas graves en los próximos meses».
«Me parece que es una pandemia y una crisis sanitaria en pleno desarrollo todavía, y el tema está vinculado a la economía, no solo en términos de datos. En el entorno inmediato que uno tiene y en la misma sociedad en general, nos damos cuenta que ya está teniendo un impacto fuerte el tema del desempleo, de los ingresos y un incremento de la pobreza», enfatizó el sociólogo.
La pobreza se está viendo más reflejada en las calles con miles de personas, entre mujeres, hombres y niños pidiendo dinero o comida, muchos aduciendo que lo hacen porque perdieron su empleo.
LA MIGRACIÓN TAMBIÉN SE REACTIVARÁ
«Esto es grave para Honduras, porque no se puede olvidar que siempre ha sido uno de los países más pobres y desiguales de la región de Latinoamérica», dijo Eugenio Sosa.
Subrayó que a raíz de la pandemia de COVID-19, la migración, no solo de hondureños que quieren viajar de manera irregular a los Estados Unidos, se ha contenido por el cierre de las fronteras.
«Pero eso no puede ser permanente, tarde o temprano se va a abrir, y entonces habrá que ver las implicaciones que tendrá la apertura de las fronteras con el proceso migratorio, por lo menos para Honduras y Centroamérica», expresó.
El analista considera que la migración será una de las nuevas evidencias de la «crisis social profundizada que dejará la pandemia», y que es posible que se vengan «oleadas migratorias mucho más fuertes, más intensas, de las que ya tenemos, que son graves».
EL ENDEUDAMIENTO, OTRO PROBLEMA PARA EL PAÍS
Otro problema que tendrá Honduras durante la pandemia es el endeudamiento en el que está incurriendo, a nivel interno y externo.
«El endeudamiento impactará a futuro, hay cifras de varias instituciones que indican que estamos en un camino grave de endeudamiento», lo que además se traducirá en una «crisis fiscal», que no solo enfrentará el presente gobierno, sino también el que asumirá el 27 de enero de 2022, indicó Sosa.
El analista también recordó que a pesar de los múltiples problemas que han sacudido a Honduras, hace mucho tiempo que no enfrentaba una crisis fiscal, y señaló que ahora habrá que esperar «hasta qué punto se cruzará la pandemia con lo más llano y grueso del proceso político» que está en marcha, que concluirá con las elecciones generales del 28 de noviembre de 2021.
El próximo año en Honduras se celebrarán elecciones internas de partidos y generales, en marzo y noviembre, respectivamente.
Germán Reyes