La Paz, 11 sep (EFE).- El riesgo de un rebrote obliga a mantener las medidas de bioseguridad en Bolivia, aunque el país ya pasó «el momento de desesperación» ante la pandemia, advirtió este viernes la presidenta interina del país, Jeanine Áñez.
Bolivia reporta 7.193 fallecidos y 124.205 contagios por COVID-19, cuando cumple seis meses de la confirmación de los primeros casos, importados de Europa.
Los datos oficiales reflejan que casi el 64 por ciento de esos enfermos por el nuevo coronavirus, 79.483, superaron la enfermedad.
«Si bien ya no estamos en el momento de desesperación, que nos mantengamos alerta porque la pandemia todavía la tenemos», alertó durante un acto en la ciudad boliviana de Yacuiba, fronteriza con Argentina.
«Podemos entrar en un rebrote, Dios no lo permita, pero es una posibilidad que hay que tenerla en cuenta», recalcó.
Áñez subrayó la necesidad de usar barbijos, mantener distancia social y evitar salir a la calle salvo lo necesario, entre otras medidas de prevención.
La mandataria transitoria comentó que la reapertura de fronteras es necesaria dentro de las acciones para reactivar la economía boliviana, pero en función de las recomendaciones de técnicos en salud, pues «un rebrote sería terrible».
El país está desde este mes en una fase que se denomina «posconfinamiento», tras más de cinco meses de cuarentena que duró con distintos niveles desde finales de marzo.
Esta fase supone menos restricciones y fueron reabiertos algunos puestos fronterizos con Brasil, mientras se evalúa la situación con otros países vecinos.
La economía boliviana se ha resentido durante la cuarentena, hasta alcanzar un déficit de más de 2.800 millones de dólares en el primer semestre de 2020, lo previsto para todo el año, con una caída de la actividad económica de casi el 8 por ciento de enero a junio y un desempleo de cerca del 12 por ciento en julio, cuando al término de 2019 fue del 4,8 por ciento, según datos oficiales.
Aunque los reportes diarios del Ministerio de Salud desde hace días están lejos del algo más un centenar de fallecidos y 2.000 contagios confirmados en algunas jornadas de julio y agosto, el país se mantiene entre los más afectados del mundo comparado con su población, de unos once millones y medio de habitantes, según estudios como los que publica la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos.
Estos informes sitúan a Bolivia en el tercer lugar en todo el mundo en fallecidos comparado con los casos positivos, con un porcentaje del 5,8 por ciento, y en número de decesos por cada 100.000 habitantes, con 63,36.
El país vivió hace semanas casos de fallecidos en la calle y a la puerta de hospitales, ante un colapso en el sistema de salud, y de fosas excavadas de urgencia en cementerios, al ver superada su capacidad, aunque después fueron remitiendo.