Río de Janeiro, 2 dic (EFE).- La brasileña Braskem, mayor petroquímica de América Latina, anunció este miércoles que adoptará las medidas legales necesarias luego de que la estatal mexicana de distribución de gas rescindiera unilateralmente el contrato por el que le suministra la materia prima a una controlada en México.
Braskem anunció en un comunicado enviado a sus accionistas que el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenegas) le notificó que interrumpirá, «de forma unilateral», el suministro de gas y que por eso tuvo que iniciar los procedimientos para la desactivación de todas las operaciones de la petroquímica mexicana Braskem Idesa.
Esta petroquímica, creada en 2010 con una inversión de 2.500 millones de dólares y que comenzó operaciones comerciales en 2016, es una asociación controlada por la brasileña Braskem (75 %), mayor productora de resinas termoplásticas y líder en América Latina, y el Grupo Idesa, uno de los principales grupos empresariales mexicanos.
El llamado complejo petroquímico Braskem Idesa produce cerca de 1,05 millones de toneladas de polietileno al año en su planta en Nanchital de Lázaro Cárdenas, en el estado mexicano de Veracruz.
La interrupción del suministro de gas por parte de Cenegas deja inviable todo el proyecto debido a que el gas natural es la principal materia prima para la producción del polietileno y la estatal mexicana es la «única responsable por el sistema de ductos y transporte de gas natural en la región».
Braskem afirmó que, ante tal decisión y «respetando todos los protocolos de seguridad, Braskem Idesa inició los procedimientos para la interrupción inmediata de las actividades operacionales, lo que podrá impactar materialmente los resultados operacionales y financieros de la compañía, dependiendo del plazo de paralización».
La empresa brasileña agregó que Braskem Idesa «adoptará las medidas legales aplicables para intentar preservar sus derechos y buscar una solución para el asunto», pero que no puede calcular, «en este momento, el fecha de retorno de las actividades».
En noviembre pasado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había amenazado con rescindir el contrato de suministro de etano firmado entre Pemex y Braskem Idesa con el argumento de que la petroquímica es blanco de denuncias de corrupción y que el contrato cuenta con cláusulas «leoninas» que le ha generado elevadas pérdidas al erario mexicano.
En un pronunciamiento López Obrador aseguró que el contrato de suministro de la materia prima no fue cancelado ni rescindido sino que llegó a su fecha límite, y justificó su decisión en las acusaciones de corrupción que existen contra Odebrecht, el conglomerado brasileño que es uno de los socios de Braskem.
«El contrato no se incumple, sencillamente ya no hay contrato… Además, hay una denuncia de corrupción en contra de esta empresa y no han querido llegar a un acuerdo. Quieren que se les siga vendiendo el gas, el etano, al 25% de su costo en el mercado y que Pemex, la hacienda pública, el pueblo de México, les subsidie el 75 % del gas, y además, cobrando multas», afirmó.