Bogotá, 4 jun (EFE).- La aerolínea colombiana Avianca anunció este viernes que reanudará vuelos desde Bogotá a nueve destinos en Estados Unidos, Brasil, Bolivia y Panamá, y también varias rutas desde y hacia Centroamérica que habían sido suspendidas por la pandemia de coronavirus.
«Nuestros clientes tienen a su disposición una amplia red compuesta por más de 90 rutas (…). Seguimos apostando por fortalecer la conectividad punto a punto y ofrecer un producto para que todos vuelen», dijo hoy el vicepresidente de Planeación de la Red de Avianca, Daniel Fajardo.
Desde junio, según detalló la compañía en un comunicado, estarán operativos los vuelos directos desde Bogotá a Washington, Fort Lauderdale y Los Ángeles (EE.UU.); San Juan de Puerto Rico, Ciudad de Panamá, La Paz y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), así como desde San Salvador a Ciudad de Panamá, y desde Ciudad de Guatemala a Tegucigalpa.
Y desde julio se podrá volver a volar de forma directa con Avianca, la segunda aerolínea más grande de Latinoamérica, desde la capital colombiana a Sao Paulo y Río de Janeiro; y desde San Pedro Sula (Honduras) a Miami.
«A medida que se han ido levantando las restricciones de viaje, hemos podido no solo reanudar rutas que debimos suspender, sino fortalecer nuestra operación aumentando frecuencias y sillas en destinos nacionales e internacionales de nuestra red en Colombia, Centroamérica, Suramérica, Norteamérica y el Caribe», aseveró Fajardo.
Así, se aumentará la capacidad de asientos en rutas internacionales entre Colombia y EE.UU. o España y de Centroamérica a Norteamérica y en 26 rutas internas, sobre todo las que conectan las ciudades caribeñas con el resto del país y desde Bogotá a ciudades medianas como Manizales, Pasto y Villavicencio.
Avianca Holdings tuvo en 2020 una pérdida neta de 1.094 millones de dólares debido a la parálisis que sufrió el transporte mundial de pasajeros por la pandemia de coronavirus, informó a finales de marzo la compañía.
La compañía tuvo que acogerse en mayo del año pasado al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas de Estados Unidos y entró en reorganización judicial, y con ello consiguió recursos nuevos por 1.200 millones de dólares, como parte de un compromiso de financiación más amplio, por 2.000 millones de dólares.