Ciudad de México, 4 ago (EFE).- La Unión de Gaseros del Valle de México suspendió este miércoles su paro laboral apenas un día después de iniciarlo tras los reclamos del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien los amenazó con denuncias.
El presidente de la agrupación y del Gremio Gasero Nacional, José Adrián Rodríguez, declaró a los medios que se reanudó la venta y distribución de gas L.P. (licuado de petróleo) en Ciudad de México y Estado de México desde las 14.00 horas (20.00 GMT) de este miércoles.
«Ya quedó cesado (el paro), estamos ya en actividades, se han restablecido las actividades para dar el suministro adecuadamente», sostuvo Rodríguez en una breve conferencia.
Los distribuidores de gas del centro de México habían iniciado la huelga el martes en medio de un creciente conflicto con el Gobierno porque la Comisión Reguladora de Energía (CRE) limitó los precios máximos para vender gas L.P. a los usuarios.
Además, los gaseros han cuestionado la decisión de López Obrador de crear una nueva empresa del Estado, llamada Gas Bienestar, para distribuir el combustible a «precios justos».
Tras estallar la huelga, el mandatario amenazó con denuncias penales a quienes interrumpieran el suministro.
«Se está analizando la posibilidad de presentar denuncias en contra de quienes se nieguen a cumplir con su obligación de prestar el servicio de un insumo fundamental para la gente, desde distribuidores hasta comisionistas», comentó en su rueda de prensa matutina.
Los gaseros afirmaron que están dispuestos al diálogo con el Gobierno y que la huelga está interrumpida hasta entonces.
López Obrador también ofreció «garantías de seguridad» a los distribuidores de gas que decidan operar, los cuales estarán resguardados por la Guardia Nacional, anunció.
En Ciudad de México, según la regulación de precios de la CRE, ningún usuario deberá pagar más de 11,52 pesos (0,58 centavos de dólar) por litro para tanques estacionarios y 21,33 pesos (1,07 dólares) por kilogramo, cuando se trate de cilindros metálicos.
A inicios de julio, López Obrador anunció la creación de un órgano público, llamado Gas Bienestar, que prevé suministrar este combustible a un «precio justo».
Desde que llegó al poder en 2018, López Obrador tiene una encrucijada con las firmas energética privadas, a las que acusa, entre otros asuntos, de haber «saqueado» a las estatales Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex).