Tegucigalpa, 28 may (EFE).- A nueve kilómetros de Tegucigalpa se localiza el pintoresco municipio de Santa Lucía, uno de los más visitados de Honduras por los múltiples atractivos que le ofrece al turista, entre los que figuran las flores que cultivan sus habitantes.
Por la pandemia de covid-19, que se comenzó a expandir en marzo de 2020 en Honduras, Santa Lucía había puesto un alto al Festival de las Flores, el que retomó el pasado 20 de mayo en la plaza La Laguna.
La clausura está prevista para este domingo con la venta de flores en el casco histórico del pueblo y una tarde cultural con bailes folclóricos y música en directo en el antiguo Cabildo Municipal, desde el que se divisa parcialmente Tegucigalpa, la capital hondureña.
Santa Lucía tiene dos ferias al año, la primera en enero en honor al Cristo Negro y la segunda por el festival de las flores, explica a Efe Paulo Rivas, mientras muestra un hermoso jardín en su casa, que con mucho esmero conserva con su esposa, Dulce, y su hija Mariela, y en el que sobresalen unas 35 variedades de anturios.
Rivas mostró a Efe flores de anturios en colores amarillo, anaranjado, blanco, café oscuro, muy parecido al chocolate, morado, rojo, rosado y verde, cada uno en diferentes tonalidades, sobresaliendo entre otros un rojo intenso del también conocido como el «colita de chancho», por la forma de su espádice.
VENTA DE FLORES ATRAE A MILES DE TURISTAS
Entre otras razones, muchos turistas nacionales y extranjeros visitan Santa Lucía por lo agradable de su clima, las flores que adornan los jardines de sus casas y las áreas donde las cultivan.
Glenda Ordóñez, una de las vendedoras de flores en Santa Lucía, le agradeció a los turistas la visita a su pueblo y les invitó a que sigan comprando porque esto es una fuente de trabajo para la comunidad.
Las múltiples variedades de flores que adornan a Santa Lucía también atraen a muchas especies de aves, entre las que destaca el colibrí, uno de los cuales, hace unos pocos meses, hizo un nido en una maceta colgante en uno de los rincones de la casa de Paulo Rivas y su familia.
El nido se volvió un atractivo más en la casa, que quizá no se repita. Así fueron testigos de cómo la madre llegaba con frecuencia al nido a alimentar a sus dos polluelos, hasta verlos alzar vuelo cuando llegó el momento de salir a buscar el néctar de las flores para alimentarse.
El Festival de las Flores de Santa Lucía ha incluido la elección de la reina infantil, una «noche veneciana» en una laguna artificial en la plaza La Laguna, venta de flores, música de cuerda, clases de zumba y una jornada de reforestación en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional La Tigra, una de las principales fuentes de agua de Tegucigalpa y pueblos vecinos.
Se suman noches culturales, peñas artísticas, un concierto ecológico, un recorrido por las zonas productoras de flores, un desfiles de carrozas adornadas con flores y otro hípico, un carnaval del cierre del festival y un espectáculo de luces, este sábado.
Oficialmente el festival finalizará el domingo con la venta de flores en el centro histórico de Santa Lucía, la presentación de grupos folclóricos y música.
Santa Lucía, también conocido como «Rincón de flores», tiene un estilo colonial, con casas blancas, balcones de hierro y calles de piedra, sin faltar en cada casa un jardín, por pequeño que sea.
Rosas, geranios, claveles, lirios, anturios, diversas especies de cáctus, margaritas, crisantemos, orquídeas y muchas otras adornan el ambiente de Santa Lucia, donde el turista también puede disfrutar de cafés, bares, restaurantes, puestos de ventas de comidas populares, dulces y frutas.