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Los mercados financieros globales transitan con cautela, con las acciones moviéndose levemente al alza y el dólar estadounidense permaneciendo en mínimos de tres años frente a una canasta de monedas. La calma aparente responde, en parte, al tono moderado de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, quien reiteró que no hay apuro por subir tasas, pese a la presión pública del presidente Donald Trump. A una semana del 9 de julio —fecha clave para la implementación de aranceles— y con importantes datos de empleo por publicarse, el mercado se mantiene expectante, pero sin sobresaltos.
El Senado estadounidense aprobó por estrecho margen el ambicioso paquete fiscal y de gasto impulsado por Trump, que ahora deberá ser ratificado por la Cámara de Representantes. Al mismo tiempo, continúan las tensiones en política exterior: funcionarios estadounidenses reportan que Irán colocó minas navales en el Golfo, generando temores de un posible bloqueo del Estrecho de Ormuz, tras ataques israelíes.
En el plano comercial, Trump sugirió que un acuerdo con India podría avanzar, pero sembró dudas sobre Japón. Su comportamiento errático en torno a los aranceles ha dado lugar al acrónimo “TACO” (Trump Always Chickens Out), reflejando la percepción del mercado de que muchas amenazas terminan diluyéndose. Incluso afirmó que la fecha del 9 de julio “no está escrita en piedra”.
Esta ambigüedad ha reducido la volatilidad en todos los frentes. El índice VIX —conocido como el “índice del miedo” de Wall Street— cayó por debajo de 20, y las opciones sobre divisas, como el euro, muestran expectativas de variaciones similares a meses anteriores. Este comportamiento sugiere que los operadores ya descuentan un posible retroceso, pausa o negociación en torno a los aranceles anunciados.
Los principales bancos estadounidenses aumentan los dividendos y anuncian la recompra de acciones tras superar con éxito las pruebas de resistencia.
Los principales bancos estadounidenses anunciaron aumentos en sus dividendos y nuevos programas de recompra de acciones luego de aprobar satisfactoriamente la prueba anual de resistencia financiera de la Reserva Federal. El test confirmó que las entidades mantienen niveles de capital adecuados para enfrentar escenarios adversos, incluyendo recesión severa y alta volatilidad de mercado.
JPMorgan Chase elevó su dividendo trimestral a 1,50 USD por acción (desde 1,40) e implementó un nuevo plan de recompra de acciones por 50.000 millones de dólares. Bank of America aumentará su dividendo en 8% (a 0,28 USD), Wells Fargo lo subirá de 0,40 a 0,45 USD, y Morgan Stanley aprobó una recompra de 20.000 millones y elevará su dividendo a 1 USD. Por su parte, Goldman Sachs pasará de 3 a 4 USD por acción y Citigroup de 0,56 a 0,60 USD.
La Fed reportó que los bancos mantienen un capital promedio de nivel 1 (CET1) de 11,6%, muy por encima del mínimo regulatorio del 4,5%. Las seis entidades más grandes del país conservaron ratios de capital en dos dígitos bajo las condiciones más exigentes del test.
En paralelo, el organismo regulador continúa revisando su metodología. La propuesta actual sugiere promediar los resultados de los test durante dos años, lo cual podría reducir la volatilidad de los resultados y exigir mayores provisiones de capital en el tiempo. Ejecutivos como Jamie Dimon (JPMorgan) y David Solomon (Goldman Sachs) respaldaron estos cambios en pos de mayor transparencia y estabilidad en el sistema financiero.
El dólar estadounidense seguirá bajo presión por los aranceles, la deuda y las expectativas de recorte de tipos
El dólar estadounidense continuará débil en los próximos meses, según una encuesta de Reuters a analistas de divisas, afectado por la creciente preocupación sobre el déficit fiscal, las políticas arancelarias erráticas del presidente Trump y la expectativa de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.
El paquete fiscal que sumaría 3,3 billones de dólares a la deuda pública y la presión constante de Trump sobre la Fed para recortar tasas han debilitado la percepción del dólar como activo refugio. En lo que va del año, el índice dólar (DXY) cayó cerca del 11%, tocando mínimos de tres años frente al euro y la libra. Además, las posiciones especulativas en corto sobre el dólar se ubican en máximos de casi dos años, lo que indica expectativas de más presión bajista.
El 80% de los analistas consultados prevé que estas posiciones se mantendrán o se incrementarán hacia fines de julio. Para el 37% de los encuestados, el principal factor que determinará el rumbo del dólar en el corto plazo serán las negociaciones arancelarias, especialmente ante el inminente vencimiento del plazo de 90 días anunciado por Trump, fijado para el 9 de julio. Otros analistas señalaron como factores relevantes las diferencias de tasas de interés, la diversificación de carteras y el debate sobre la independencia de la Fed.
La Fed ha optado por mantener su postura cautelosa. Jerome Powell reiteró que no apresurará los recortes de tasas hasta comprender mejor el impacto de los aranceles sobre la inflación, en contraste con las presiones públicas del presidente. Mientras tanto, los mercados descuentan ya casi cuatro recortes de 25 puntos básicos hacia 2026.
Fuente de las noticias internacionales: Reuters