Río de Janeiro, 15 jul (EFE).- La compañía brasileña JBS, la mayor procesadora de carne del mundo, incluyó cortes de ganado criado ilegalmente en áreas protegidas de la Amazonía, según un informe divulgado este miércoles por Amnistía Internacional (AI).
La organización internacional demostró que la gigante cárnica no ejerció un efectivo control de proveedores indirectos de carne en sus cadenas de suministros y que parte de la proteína que utilizó en sus procesadoras fue de áreas donde la ganadería comercial está prohibida por ley.
La denuncia de AI se basa en el análisis de documentos oficiales de control de salud animal que señalaron que la gigante cárnica adquirió ganado directamente de una granja situada en la Reserva de Rio Ouro Preto en dos ocasiones en 2019.
Asimismo, según el estudio, la JBS compró ganado repetidamente a dos productores que tienen granjas ilegales en zonas protegidas además de granjas legales en otros lugares.
En cada caso, los productores registraron traslados de reses desde una granja situada en una zona protegida hasta otra granja en otro lugar, y luego registraron nuevos traslados desde la granja legal hasta la empresa JBS.
Esta práctica, conocida como «blanqueo de ganado», consiste en mover reses a través de granjas intermediarias para que parezcan legales y así eludir los sistemas de control.
Al ser cuestionada por Amnistía Internacional sobre las irregularidades, JBS señaló que no había adquirido ganado de «ninguna granja implicada en actividad ganadera ilegal en zonas protegidas».
La cárnica dijo vigilar «de cerca» a sus proveedores para «garantizar que se cumple» su Política de Compra Responsable.
Con relación al control de los proveedores indirectos, la gigante cárnica indicó que «la trazabilidad de toda la cadena de suministro de la carne de vacuno es un desafío para toda la industria y representa una tarea compleja».
LA AMAZONÍA ALBERGA EL 40 % DE LAS RESES DE BRASIL
De acuerdo con el estudio «De la selva a la granja», el mayor crecimiento del sector ganadero del gigante suramericano se registró en la Amazonía, donde el número de reses representa un 40 % del total nacional.
Brasil tiene unos 210 millones de cabezas de ganado y solo en la Amazonía había unos 86 millones de reses en 2018, un hecho que fomentó la deforestación en la mayor selva tropical del planeta. De hecho, de acuerdo con AI, en 25 años (1988-2014) el 63 % del área talada se convirtió en pastizales para el ganado.
AMENAZAS, INTIMIDACIÓN Y VIOLENCIA
Aunque el estudio evidenció una falta de control en la cadena de suministros por parte de la compañía brasileña, no encontró indicios de que la JBS estuviera directamente involucrada con los abusos contra los derechos humanos cometidos en los lugares donde se llevó a cabo la investigación.
AI visitó el territorio del pueblo indígena Uru-eu-wau-wau y las reservas de Río Jacy-Paraná y del Río Ouro Preto, todos en el estado amazónico de Rondonia y en los tres se registraron apropiaciones ilegales de tierra e incluso hechos recientes señalaban la pérdida de tierras tradicionales, protegidas por la legislación brasileña.
«Amenazas, intimidación y violencia suelen acompañar estas apropiaciones ilegales de tierras, en un contexto general de violencia rural. Según cálculos, hubo 7 asesinatos, 7 intentos de asesinato y 27 amenazas de muerte contra personas indígenas de la Amazonía brasileña en 2019», señala el informe.
Según el documento, hay lugares donde se ha obligado a comunidades enteras a abandonar sus tierras, como ocurrió con la reserva de Rio Jacy-Paraná, donde la mayoría de sus residentes fueron desalojados en los últimos 20 años para dar lugar a granjas ganaderas y ahora solo quedan tres personas de las cerca de 60 familias que allí vivían
«Todo se volvió granja», dijo Sara, una exhabitante de la reserva, citada en el informe, a quien desalojaron de sus tierras en 2017.
La industria de carne de vacuna en Brasil mueve unos 618.000 millones de reales (unos 116.603 millones de dólares a cambio actual), lo que representa el 8 % de su PIB.
Cerca de las tres cuartas partes de la carne de res que produce el gigante suramericano se consume en el país, pero el resto pasa a la cadena mundial de suministro, en cantidad suficiente para hacer de Brasil el mayor exportador del mundo.
Los principales destinos son China, Hong Kong, Egipto, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y la Unión Europea.
Según los datos de la Asociación Brasileña de las Industrias Exportadoras de Carnes (Abiec), el principal cliente es China, que pagó 2.685 millones de dólares por la carne bovina que importó el año pasado de Brasil.