Río de Janeiro, 17 dic (EFE).- La última subasta petrolera del año en Brasil en la que cinco empresas resultaron vencedoras este viernes, entre ellas la brasileña Petrobras, fue calificada como un éxito por el Gobierno, que desde ya vislumbra un aumento de las inversiones en el sector y un consecuente crecimiento para el país.
En la puja, el gigante suramericano recaudó 11.140 millones de reales (unos 1.954 millones de dólares) tras adjudicar a dos consorcios los bloques de Sepia y Atapu, con los que el Gobierno espera inversiones por 204.000 millones de reales (unos 36.428,6 millones de dólares) para el desarrollo de la producción en ambas áreas.
El principal atractivo de la subasta es que se trata de áreas que ya están en desarrollo, y con reservas confirmadas de petróleo. En total, once compañías petroleras se inscribieron en la puja y casi la mitad resultaron vencedoras.
«Quiero celebrar el aumento en el número de participantes (en la subasta), en la captación de empresas y en las inversiones. Es una señal de que tenemos mucho crecimiento por delante», dijo el ministro de economía Paulo Guedes, al finalizar el evento.
Según el ministro, con las adjudicaciones de este viernes se generarán unos 500.000 empleos directos e indirectos.
LOS GANADORES
Para la Segunda Ronda de Licitaciones de los Volúmenes Excedentes de la Cesión Onerosa, la Agencia Nacional de Petróleo (ANP, regulador) ofreció al mejor postor los derechos para explotar parte de las reservas descubiertas en los campos de Sepia y Atapú, ubicados en aguas muy profundas del océano Atlántico.
De las seis empresas ganadoras, la brasileña Petrobras y la francesa Total Energies fueron las grandes vencedoras de la jornada, por hacer parte de los dos consorcios que se adjudicaron los bloques ofertados, que cuentan con reservas calculadas por el Gobierno en 12.000 millones de barriles de crudo.
El consorcio conformado por Total, la malaya Petronas, la qatarí QP y Petrobras, se adjudico el bloque de Sepia, mientras que el compuesto por Petrobras, Shell y Total obtuvo el de Atapu.
De acuerdo con las normas de la licitación, el vencedor de cada bloque fue el que ofreció mayor participación de su producción al Estado, por encima de los porcentajes mínimos establecidos por la ANP, que eran del 5,89 % para el campo de Atapu y del 15,02 % para el de Sepia.
Por el de Sepia, el grupo ganador ofreció el 37,43 % del total de su producción al Estado, una participación en un 149,20 % superior a la mínima exigida por el regulador, mientras que el consorcio ganador de Ataipú propuso un 31,68 %, porcentaje en un 437,86 % mayor al mínimo establecido por la ANP.
Ya por la licencia que otorga los derechos de explotación, los consorcios pagarán 7.130 millones de reales (unos 1.280 millones de dólares) por los de Sepia y 4.000 millones de reales (unos 718 millones de dólares), por los de Atapu.
Para el bloque de Sepia, Petrobras participó inicialmente de forma individual en la disputa, pero su oferta de 30 %, fue inferior a la ofrecida por el grupo de Total, Petronas y QP.
Al contar con derecho de preferencia, por haber descubierto ese bloque (y también el de Atapu), la estatal brasileña tenía la opción de unirse al grupo ganador, como efectivamente ocurrió.
Así las cosas, para el bloque de Sepia Petrobras tendrá el 30 % de la participación en el consorcio, seguido de Total, con un 28 %. Petronas y QP, tendrá cada una un 21 %.
Para el grupo de Atapu Petrobras tendrá el 52,50 % del área, Shell el 25 % y Total el 22,50 %.
Las dos reservas fueron ofrecidas en una primera subasta en 2019 pero ninguna empresa se interesó, lo que obligó al Gobierno a modificar las reglas para elevar el atractivo de los activos y a reducir las dudas que existían sobre la compensación que las vencedoras tendrán que pagarle a Petrobras por lo ya invertido.