Montevideo, 23 jun (EFE).- El excanciller de Uruguay y exsecretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, pidió «trabajar en las cosas que unen» a los socios del Mercado Común del Sur (Mercosur) y no enfatizar diferencias, como ocurre en la actualidad sobre la posible flexibilización en el bloque.
El que fuera presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre 1988 y 2005 hizo estas declaraciones durante un desayuno virtual, organizado este miércoles por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) de Uruguay, en el que debatió con los expresidentes del país suramericano Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) y Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995).
«Nosotros tenemos ahí una única oportunidad que tenemos que aprovechar y, para eso, un tratado es el mejor elemento. Ciertamente que hay momentos de dudas, cuando un país tiene problemas económicos los tratados rechinan un poco, pero mejor encontrarnos juntos que divididos», explicó el economista nacido en Asturias (norte de España) en 1930.
Iglesias, que se autodefinió como «muy partidario del Mercosur como concepto», acusó a la Unión Europea (UE) de equivocarse por no ratificar el acuerdo con el bloque americano -rubricado en 2019 tras 20 años de negociaciones-, ya que, en su opinión, América Latina «es el socio natural de Europa», por lo que, «más que acuerdo comercial, es alianza de valores».
En ese sentido, Sanguinetti insistió en que hay «un desencuentro de demasiados años» entre ambos bloques.
El exmandatario, socio actual del Gobierno de coalición que lidera Luis Lacalle Pou, señaló que, al respecto de la posible flexibilización del Mercosur defendida en la actualidad por Uruguay y Brasil, mantiene «una concordancia sustancial y una discrepancia táctica» con la estrategia del Ejecutivo.
«Para Brasil este (el Mercosur) es un tema más, para Argentina supone algo más, pero para nosotros y Paraguay es existencial», apuntó.
Por su parte, Lacalle Herrera, padre del actual mandatario, destacó que el Tratado de Asunción, que dio origen al bloque y que él debió rubricar en 1991 como presidente de Uruguay, «amerita un análisis crítico», ya que en estos 30 años «los cambios tecnológicos han sido tremendos».
«Cuando se estableció el derecho a veto, era en defensa de los países más chicos, porque teníamos un poco de resquemor a los vecinos más grandes. Hoy la garantía se ha convertido en un obstáculo para que algún cambio pueda ser efectivo», manifestó.
El debate contó con otros dos bloques (Uruguay en el contexto internacional y La situación de América Latina), en los que los intervinientes coincidieron en calificar como «bien complicado», en palabras de Iglesias, el momento político y económico que atraviesa la región, multiplicado por el efecto de la pandemia de la covid-19.