Brasilia, 21 mar (EFE).- El Gobierno de Brasil anunció este lunes la suspensión, hasta final del año, del impuesto para importar etanol y seis alimentos de la cesta básica, con el objeto de frenar la creciente inflación, que llega ya al 10,5 % interanual en el país.
La medida estará vigente hasta el próximo 31 de diciembre y busca «amenizar las presiones inflacionarias resultantes del contexto pandémico» de la covid-19 y «agravadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania», según informó el Ministerio de Economía.
El secretario-ejecutivo del Ministerio de Economía, Marcelo Guaranys, dijo en una rueda de prensa virtual que con esa decisión esperan «generar más competencia» en el mercado doméstico para «esos productos, que son importantes para la población».
Los alimentos impactados por la iniciativa del Gobierno son el café molido, el azúcar, el aceite de soja, la margarina, el queso y la pasta.
En el caso del etanol, se espera que sirva para aliviar en algún grado el precio de los combustibles, que en 2021 ya se dispararon alrededor de un 50 % en Brasil y este año siguen una tendencia al alza, acelerada tras la invasión rusa de Ucrania.
En Brasil, el etanol es ofrecido de forma separada como carburante y también se mezcla, por ley, con la gasolina, cuyo precio se calcula que podría bajar 0,20 reales (0,04 dólares) por litro con esa reducción a cero de la tarifa de importación.
El secretario de Comercio Exterior, Lucas Ferraz, indicó que priorizaron favorecer mercancías con un peso mayor en la cesta de consumo de la población y cuya «dinámica de precios había superado la media de inflación» de Brasil.
«Esa cesta específica de productos aún tiene tarifas (de importación) por encima de la media mundial, que varían desde el 10 al 28 %, por lo que la reducción a cero hasta diciembre significará un incremento de la oferta de esos bienes y afectará a la dinámica de precios», añadió.
La tasa de inflación en Brasil se elevó en febrero desde el 10,38 % hasta el 10,54 % interanual y entre los factores que contribuyeron a esa subida fueron los alimentos.
Después de cerrar 2021 en el 10,06 %, la mayor tasa desde 2015, el mercado financiero proyecta una inflación para este año del 6,6 % en Brasil.
La meta establecida por el Banco Central de Brasil para este año es de 3,5 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, con lo que el techo es de un 5 %.
Para contener la disparada de los precios, el órgano emisor ha venido elevando progresivamente la tasa básica de intereses desde el año pasado y hoy se sitúa en el 11,75 %, su nivel más alto desde 2017.
