Lima, 1 feb (EFE).- El ministro del Ambiente de Perú, Rubén Ramirez, visitó este martes el «centro de control de la emergencia» que Repsol tiene en la refinería La Pampilla, donde se coordinan las labores de limpieza del derrame de crudo producido el pasado 15 de enero en el mar de la provincia limeña del Callao.
La petrolera señaló, en un comunicado, que «durante su visita, el ministro pudo constatar los avances en el mar y el litoral que la empresa reportó», y que desde ese lugar se trabaja «con empresas líderes mundiales contratadas por Repsol especializadas en contención de derrames de petróleo y trabajos de limpieza».
En el centro de control de la emergencia también se ha desplegado una plataforma que utiliza las técnicas de inteligencia artificial y data analítica «más avanzadas del mundo para atender esta situación».
«El ministro pudo ver el uso de tecnología satelital de última generación para monitorear el progreso de las labores de limpieza en mar, así como la identificación en tiempo real de manchas para que sean retiradas de manera inmediata», aseguró la compañía.
Repsol agradeció, finalmente, la visita de Ramírez y «su interés por los avances» en el cronograma presentado por la compañía, que estima que culminará los trabajos de limpieza de playas y de la zona marítima impactada a finales de febrero.
«Reiteramos que nuestro compromiso con las labores de limpieza es absoluto, así como el apoyo a la población y la atención a la fauna», concluyó.
La petrolera también afirmó este lunes que colaborará con las autoridades de Perú para reabrir «lo antes posible» las actividades en La Pampilla, luego de que el Gobierno ordenara paralizar las actividades de carga y descarga de barcos petroleros.
El Gobierno tomó esta decisión como parte de las medidas dictadas después de que se produjese el derrame al mar de al menos 10.396 barriles de crudo de la refinería, ubicada en la provincia limeña del Callao, que colinda con Lima.
Repsol señaló, al respecto, que La Pampilla abastece el 40 % del mercado peruano de combustibles y que, por eso, hará «los mayores esfuerzos para evitar el riesgo de desabastecimiento de productos esenciales para los ciudadanos peruanos y el desarrollo del país».
Al anunciar la paralización de actividades en La Pampilla, Ramírez sostuvo que «Repsol no ha dado la certeza de que pueda afrontar un nuevo derrame» desde la refinería, la de mayor volumen del país al procesar diariamente unos 120.000 barriles de crudo.
El ministro dijo que esta paralización se mantendrá hasta que la empresa brinde «las garantías técnicas de que no se va a producir otro daño en el mar de los peruanos», lo que incluye la modificación de los planes de contingencia con acciones más drásticas.
El derrame de petróleo se produjo en el terminal número 2 de la refinería, al soltarse o desprenderse presuntamente la plataforma de colectores, en coincidencia con un nivel inusitado del mar a causa del tsunami generado por la erupción volcánica en Tonga.
El petróleo derramado se ha esparcido a lo largo de unos 50 kilómetros de costa, desde Ventanilla, en el Callao, hasta la ciudad de Chancay, en el norte del departamento de Lima.
En superficie, el crudo se ha extendido por 11,9 kilómetros cuadrados entre playas y agua, según el último reporte ofrecido por las autoridades peruanas.