Ciudad de México, 14 ago (EFE).- La Iglesia católica mexicana llamó este domingo a la industria minera a garantizar las medidas de seguridad y dignidad necesarias para los mineros, quienes, dijo, son parte de los trabajadores olvidados en este país, y citó el colapso de la mina de carbón El Pinabete, en el estado de Coahuila, donde 10 mineros llevan más de 10 días atrapados.
«Nos hemos acostumbrado a no exigir el nombre y la dignidad de aquellos hermanos que trabajan en las minas y en otros oficios a los que no solemos mirar», señaló la Arquidiócesis de México en su editorial del semanario «Desde la fe» de este día.
Y ese olvido «se traduce en no levantar la voz contra una industria minera que debe garantizar las medidas de seguridad y dignidad necesarias para que puedan desarrollar sus actividades», añadió.
El órgano católico recordó que la tragedia de El Pinabete, ocurrida el 3 de agosto, no es la primera que ocurre en la región, también está Pasta de Conchos, cuyas familias formaron una organización que ahora está levantando la voz por los trabajadores de Sabinas.
El texto señaló que los familiares de los mineros atrapados y sus compañeros han declarado que los trabajadores no estaban dados de alta en una nómina, no tenían seguro social ni acceso a vivienda y lo único que recibían cada sábado era un sobre con el dinero que lograron durante una semana, el cual podía ir desde los 2.000 pesos (unos 100 dólares).
Además, dijo que también han surgido dudas sobre la propia mina y su manejo.
«El pozo se convirtió en una bomba de tiempo, alrededor todo era un gran depósito de agua que amenazaba con entrar a su área de trabajo en cualquier momento. Y de acuerdo con los familiares, los propios mineros lo alertaron», expuso la Arquidiócesis de México.
También apuntó que la inundación en este pozo «es un reclamo de Dios para que rescatemos del olvido a tantos hermanos y hermanas nuestros en igual peligro».
El sábado, cuando los mineros cumplieron 10 días atrapados, sus familiares pidieron la ayuda e intervención de rescatistas extranjeros y criticaron el actuar de los especialistas mexicanos.
En conferencia de prensa a las afueras de la mina ubicada en el municipio de Sabinas, Coahuila, donde se llevan a cabo las labores de rescate, los familiares dijeron estar «desesperados por lo lento de las maniobras de rescate».
El viernes, los rescatistas de la Sedena ingresaron en varias ocasiones a la mina colapsada pero se toparon con más objetos que obstruyen la entrada y que se dedicaron a remover.
El derrumbe reactivó la polémica en México por la actuación de las mineras en la región carbonífera, donde se han registrado más de 100 muertes de personas dedicadas a la minería, de acuerdo con la Familia Pasta de Conchos, que agrupa a familiares de fallecidos en el derrumbe de 2006 en la mina de ese nombre.