Río de Janeiro, 2 mar (EFE).- La economía de Brasil creció un 2,9 % en 2022 y encadenó dos años consecutivos de expansión, impulsada por el sector de servicios, informó este jueves el Gobierno.
El resultado refleja la desaceleración de la más fuerte economía de América Latina tras repuntar un 5,0 % en 2021, luego del impacto sufrido por la crisis de la pandemia de la covid-19 en 2020, cuando retrocedió un 3,3 %.
Según el informe divulgado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), el crecimiento del país cayó un 0,2 % en el último trimestre del año frente al tercero, pero avanzó un 1,9 % en comparación con el mismo período de 2021.
Los datos son compatibles con las proyecciones de los analistas del mercado que señalan que la economía brasileña continuará su ralentización en 2023, para cuando prevén que el Producto Interno Bruto del país avanzará un 0,84 %.
El crecimiento de Brasil fue impulsado principalmente por el sector de servicios, responsable por cerca del 70 % del PIB del país, que se expandió un 4,2 % el año pasado. También pesó la industria, que avanzó un 1,6 %.
Los dos sectores representan el 90 % del indicador.
«Del crecimiento del 2,9 % en 2022, los servicios fueron responsables de 2,4 puntos porcentuales. Además de ser el sector con mayor peso fue el que más creció, lo que demuestra cuán alta fue su contribución a la economía en el año», señaló Rebeca Palis, coordinadora de Cuentas Nacionales del IBGE.
El sector agropecuario, en cambio, retrocedió 1,7 % debido a la disminución en la producción y fue impactado por la soja, principal producto del cultivo brasileño, que tuvo una caída estimada en un 11,4 %, por los efectos adversos del clima.
El crecimiento de Brasil se ha visto lastrado por la fuerte subida de los intereses para frenar la inflación, que llegó a ubicarse por encima de los dos dígitos, aunque cerró el año en el 5,79 %, aún por encima de la meta prevista por el Banco Central.
Los tipos se mantienen desde junio pasado en el 13,75 %, el mayor nivel de los últimos seis años, lo que ha generado duras críticas al Banco Central por parte del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el poder el 1 de enero pasado y quiere revitalizar el crecimiento.
Los expertos prevén que aunque los tipos se reduzcan seguirán elevados para el bolsillo de los brasileños, con lo que el consumo de la familias, principal motor de la economía, seguirá debilitado.
Según el IBGE, el consumo de las familias creció 4,3 % el año pasado, mientras que el del Gobierno se elevó 1,5 %.
El crecimiento de la economía brasileña el año pasado también fue impulsado por las exportaciones, que aumentaron 5,5 %.
Entre las actividades más destacadas estuvieron otros servicios (+11,1 %) y transporte, almacenaje y correo (+8,4 %), así como la de información y comunicación (+5,4 %).