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22 de noviembre de 2024

La economía ecuatoriana busca un salto cualitativo en 2022

Quito, 9 dic (EFE).- Ecuador espera crecer este 2021 un 3,5% y para 2022 alrededor del 2,85 %, según el ministro de Finanzas, Simón Cueva, quien también aspira a estabilizar la creciente deuda del país el próximo año para, después, comenzar a rebajarla por primera vez en casi una década.

En una entrevista con Efe, Cueva se mostró optimista con los indicadores del mercado, que apuntan a mejoras en la inversión, consumo privado, recaudación tributaria y empleo, entre otros.

Todo ello después de dos nefastos años que calificó como la «crisis más fuerte» en la historia nacional, que no estuvo únicamente originada por la pandemia sino, también, por factores «estructurales» y, entre ellos, el descontrol del gasto público.

SIGNOS DE RECUPERACIÓN

Para Cueva, que llegó al cargo en mayo con la Presidencia de Guillermo Lasso, la reactivación tras una vacunación masiva de la población «se está viendo a nivel económico».

«En ventas del sector privado estamos en niveles algo superiores a la prepandemia y en cuanto a recaudación tributaria se ve una recuperación importante», manifestó sobre un crecimiento entre enero y noviembre del 13%.

Igualmente, destacó en el empleo formal (en Ecuador dos tercios sobreviven con empleo «inadecuado»), y argumentó que les falta resolver problemas de pobreza que «siempre llevan más tiempo», y a los que se aplican medidas sociales que, en este momento, alcanzan a 1,5 millones de beneficiarios directos.

Para este año, la recuperación se refleja en unas previsiones de crecimiento del 3,5% del PIB, y para el siguiente de 2,85%, según la propuesta presupuestaria del Gobierno, un ritmo mayor a los años previos a la pandemia en el que el promedio fue 1-1,5% anual, menos que el incremento poblacional, según el ministro.

UN MODELO MAL CONCEBIDO

Ecuador tuvo indicadores negativos de crecimiento en 2019 (0,1%, muy inferior al crecimiento de su población) y en 2020 (-7,8%), producto de la pandemia, pero también, afirmó Cueva, de problemas «estructurales, y entre ellos, el estar dolarizados («es muy positivo pero impone restricciones»).

También por la ausencia de «ahorro fiscal» o «fondos de estabilización» durante el boom del petróleo hace más de una década, y el gasto público hace unos años (casi el 45% del PIB).

Cuando «los precios del petróleo cayeron, la caída del gasto público fue más lenta», dejando un «alto déficit durante varios años» que generó una deuda importante.

Esos y otros factores, como falta de competitividad o un modelo basado en la inversión pública, sostiene, «pusieron a Ecuador en una posición más dura que otros países cuando llegó la pandemia», y al borde de la suspensión de pagos de compromisos financieros.

RESCATE DE LOS MULTILATERALES

El país pudo superar 2020 y 2021 gracias a los organismos multilaterales, que le inyectaron más de 8.000 millones de dólares y se comprometieron a otros 4.000 millones hasta finales de 2022.

El FMI, Banco Mundial, BID, CAF y otros se han convertido así en un salvavidas, pendiente de que las condiciones mejoren y su riesgo país, ahora por encima de los 800 puntos, le permitan una salida ordenada a los mercados para financiarse.

«Es sano y el acuerdo con el FMI prevé un retorno gradual», sentencia el ministro.

Mientras, la deuda interna y externa ha crecido exponencialmente hasta los 63.000 millones de dólares, 20 puntos porcentuales más que hace cinco años en función del PIB.

«El año que viene deberíamos estar estabilizando, porque todavía tendremos déficit fiscal del Gobierno central de 2,5% del PIB», apuntó Cueva sobre los recortes aplicados al gasto público y la esperanza de mayores ingresos tanto del petróleo como de la tributación.

El objetivo es una reducción progresiva del déficit, de 7% del PIB el año pasado, al 4% este 2021 y 2,5% en 2022, para llegar al objetivo de «cero a fines de la administración de Lasso» en 2025.

REFORMAS

Un esfuerzo titánico e inusual en Ecuador, un país embarcado desde mayo en aplicar reformas que alienten la productividad y la inversión, y que el ingreso de fuentes permanentes (impuestos) sea mayor al de las no permanentes (petróleo).

«No se puede arreglar todo en seis meses, pero se está caminando en transparencia, ingresos tributarios permanentes, eficiencia del gasto público, y control de la evasión y elusión tributaria», subrayó el ministro.

Reformas que Lasso presentó en su campaña pero que se han topado con protestas callejeras y el bloqueo parlamentario.

No ha sido hasta finales de noviembre que el Gobierno consiguió pasar por fin un primer paquete de reformas fiscales (condición del FMI) y alentar la inversión, y a principios de 2022 se espera una no menos espinosa reforma laboral y otra por la inversión.

Ecuador ha presentado un portafolio de 30.000 millones de dólares para los próximos años, con proyectos de gran envergadura en numerosos sectores estratégicos que le ayuden a crear empleo sostenible.

«Históricamente Ecuador tiene niveles de inversión extranjera bastante bajos en comparación con la región, 1.000 o 1.500 millones al año», menciona Cueva al recordar que este 2021 se han conseguido compromisos por 2.000 millones.

Un signo, a su juicio, de que el país traslada ahora un mensaje de «orden», «claridad» y «apertura» a la inversión nacional e internacional».

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