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22 de noviembre de 2024

La «Micro Galería», el autobús que acerca el arte a la gente en Bolivia

La Paz, 9 dic (EFE).- La «caserita» o vendedora de mercado, el albañil, el escolar o el oficinista que viajan a diario en micros, los populares autobuses de transporte público en Bolivia, pueden disfrutar ahora de exposiciones fotográficas en la primera galería móvil instalada en uno de estos vehículos para acercar el arte a la gente.

La «Micro Galería» es una iniciativa del colectivo Foto Espacio Bolivia y del dueño del vehículo, el boliviano Luis Aguilar, un joven chófer de 27 años afiliado al sindicato de transportes San Cristóbal que cubre diversas rutas en barrios populosos de las ciudades vecinas de La Paz y El Alto.

La premisa del proyecto es que «el arte tiene que llegar a las personas más allá de las cuatro paredes de una galería», explicó a Efe el director de Foto Espacio Bolivia, Mauricio Aguilar.

«Creemos que el arte puede estar en circulación y llegar a personas que en su vida han conocido una galería, con la idea de que el arte es para todos y que puede llegar a la mayor cantidad de gente posible», sostuvo el fotógrafo.

EL «SÚPER MENESITO»

El elegido para esta cruzada artística fue el «Súper Menesito», un micro Dodge de 1978 que lleva 42 años circulando en La Paz, los ocho últimos bajo la conducción de Luis.

El rojo es el color predominante en el vehículo, que también lleva franjas azules y unos detalles de llamas blancas con azul a los costados.

Por dentro tiene tres hileras de asientos individuales y una al fondo con cinco butacas, mientras que los espacios para exponer las fotografías están acondicionados por encima de las ventanas, con vidrio acrílico para proteger las obras y la iluminación correspondiente, emulando a las vitrinas tradicionales.

La idea surgió hace un año, cuando el colectivo de fotógrafos contrató los servicios de transporte de Luis para un recorrido por los miradores paceños, según contó el conductor a Efe.

Entonces se les ocurrió exponer en el micro las mejores imágenes hechas en aquel recorrido, pegándolas a un costado del vehículo, lo que agradó a los fotógrafos.

A raíz de aquello, Mauricio y Luis empezaron a desarrollar la idea de montar la galería en el «Súper Menesito», algo que tomó «sacrificio, tiempo y dinero».

CONTRA VIENTO Y MAREA

El plan era comenzar con las exposiciones en la galería móvil en marzo pasado, pero sobrevino la pandemia de la covid-19, lamentó Luis.

«No quisimos quedarnos sin mostrar la galería este año, así que la lanzamos» en octubre pasado, agregó el conductor, quien también comentó orgulloso que la iniciativa ha tenido una buena acogida entre sus pasajeros, sobre todo los niños que son quienes más preguntan al respecto.

A quienes no ha caído muy bien del todo la «Micro Galería» es a los compañeros del sindicato de Luis, quienes le han criticado por haber «destrozado» su carro y quitarle supuestamente el «valor económico que debería tener» por los arreglos que le hizo.

Para el conductor, «lo más importante son los pasajeros, a ellos se está tratando de llegar», por lo que expresó su deseo de que se sumen otros sindicatos a la iniciativa, con la idea también de mejorar la imagen que se tiene del criticado transporte público boliviano.

Sobre todo de los micros, que muchos son vistos como «autos viejos e inseguros», pero Luis defiende que transportan a gente humilde como las «caseritas» que van al mercado, los albañiles o los escolares.

Por ello consideró que si otros chóferes se animan a transformar sus vehículos como lo hizo él, se podría «mostrar otro rostro del transporte en micros».

ENTRE VILLAS Y LADERAS

La «Micro Galería» recorre distintas rutas por barrios populosos de La Paz en las laderas este y oeste de la ciudad andina, como Pasankeri, Chijini, las villas Copacabana y San Antonio o Valle Hermoso, pasando también por el a veces caótico centro paceño.

El «Súper Menesito» también va por zonas alteñas como la comercial 16 de julio, Ciudad Satélite, Villa Dolores o la popular Ceja de El Alto, pasando por algunas estaciones de los teleféricos que unen a ambas ciudades.

El número o letra que identifica al micro varía según la ruta que le toque cubrir y el coste no es otro que los 1,50 bolivianos o unos 21 centavos de dólar que cuesta un pasaje en bus público.

«Y de yapa (añadidura), les damos un poco de turismo, cultura y fotografía», afirmó Luis.

El espacio está abierto a todos los fotógrafos «emergentes que quieran mostrar su obra» y las exposiciones se cambian cada mes, explicó por su parte Mauricio.

La tercera exposición, inaugurada hace unos días, está dedicada a fauna boliviana con imágenes de la bióloga y fotógrafa Gabriela Villanueva.

Luis transporta a diario entre 150 a 200 personas, por lo que los gestores de la iniciativa calculan que la «Micro Galería» tiene más llegada al público que una convencional.

«Es una forma de popularizar el arte, la fotografía, la fauna y mostrarlos a las personas que no tienen el tiempo el dinero para ir a una galería», remató Mauricio.

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