Río de Janeiro, 17 nov (EFE).- La venta de libros en Brasil registró en octubre, con unos 3,62 millones de títulos comercializados e ingresos por 136 millones de reales (unos 25 millones de dólares), su mejor resultado desde la pandemia, según un estudio divulgado este martes por la patronal de los editores.
Después de que las ventas cayeran en marzo un 45,35 % y los ingresos un 47,61 % por causa de la pandemia del coronavirus, las ventas del sector editorial crecieron en octubre un 25,87 %, mes en el que el sector facturó un 22,38 % más que en el mismo mes de 2019, según el estudio del Sindicato Nacional de los Editores de Libros (SNEL).
Desde junio el sector empezó a recuperarse pero de forma intermitente y, aunque octubre ha sido el mejor mes del año, los comerciantes de libros esperan que el crecimiento continúe de forma consecutiva en lo que resta del año.
Solo en facturación, los ingresos por la venta de libros en el sexto mes del año crecieron un 4,44 % en relación con el mismo mes de 2019, pero volvieron a caer en julio (-6,77 %).
En agosto crecieron nuevamente, en un 17,27 % en ingresos, y en septiembre, aunque el resultado fue positivo, la facturación solo subió un 7,31 %.
De acuerdo con el estudio, realizado por la firma Nielsen, las cifras continúan en rojo en el acumulado del año, con 32,81 millones de libros vendidos en los 10 primeros meses del año y una facturación de 1.390 millones de reales (unos 257 millones de dólares).
Pese a que las cifras en el acumulado del año son negativas, con una caída de 3,10 % en el número de volúmenes vendidos y del 2,62 % en los ingresos recibidos, en el comparativo interanual, el sector tiene fe en que la recuperación total llegará con las ofertas del «Black Friday» y la Navidad.
Además del azote que recibió el sector por la pandemia y de que la caída de las ventas desde el año pasado hubieran obligado a cerrar cientos de librerías en Brasil desde 2019, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro tantea la posibilidad de imponer un impuesto del 12 % sobre los libros, pese a que los textos tienen exención tributaria desde la Constitución de 1946.
La propuesta del Gobierno causó polémica en Brasil y, sin quererlo, fomentó el consumo editorial.
«La reciente discusión sobre la tributación de los libros ha tenido un impacto positivo en la industria. La reacción de la sociedad, representada por la petición #defendaolivro, terminó reflejándose en el consumo. Claramente, el brasileño está leyendo más durante la pandemia», señaló el presidente del SNEL, Marcos da Veiga Pereira, citado en un comunicado.