Tepatitlán (México), 2 feb (EFE).- Carmen Serratos administra los dólares que uno de sus hermanos envía cada mes desde Estados Unidos con tal de comprar un terreno y ayudar a su madre, un objetivo que comparten muchos migrantes y sus familias en Jalisco, el estado mexicano líder en recepción de remesas.
Como vivo ejemplo de la importancia que tienen las remesas para millones de hogares mexicanos, Serratos contó este miércoles a Efe que sus cuatro hermanos varones emigraron a Estados Unidos desde hace más de tres décadas.
Ellos forman parte de los más de 38 millones de personas de origen mexicano que se estima que hoy viven en Estados Unidos.
Emigrar es una práctica común en Tepatitlán, una pequeña ciudad conocida por su producción ganadera, además de ser el corazón de los Altos de Jalisco, una región en la que ir a trabajar al país vecino del norte es casi una tradición.
REMESAS RÉCORD
Pese a la crisis económica derivada de la pandemia a nivel mundial, México sumó en 2021 un total de 51.594 millones de dólares en remesas, una cifra récord que representa un aumento del 27 % respecto a 2020, cuando también se logró otro máximo.
Y el occidental estado de Jalisco recibió en 2021 el 10,1 % del total de remesas enviadas al país, según los datos más recientes del Banco de México, que sitúan a Michoacán (9,7 %) y a Guanajuato (8,4 %) en segundo y en tercer lugar.
Las remesas, que proceden principalmente de migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, representan la segunda fuente de divisas para el país después de las exportaciones automotrices.
Consciente de ello, y del sostén que supone para unos 10 millones de familias, el presidente Andrés Manuel López Obrador acostumbra a llamar a los migrantes «héroes».
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 43,9 % de la población está en situación de pobreza, es decir, unos 55,7 millones de mexicanos.
Datos del Anuario de Migración y Remesas 2021 del Consejo Nacional de Población indican que México es el tercer país receptor de remesas en el mundo después de la India y China.
Los dólares enviados por los migrantes, que acumulan ocho años consecutivos al alza, alcanzaron una proporción del 4 % del producto interior bruto (PIB) de México este 2021, según destacó este martes Jonathan Heath, subgobernador de Banxico, en Twitter.
TODO POR LA FAMILIA
Desde varias ciudades de Estados Unidos, los hermanos Serratos hacen su parte para ayudar a su madre y a una hermana que se dedica a cuidarla.
Carmen es quien administra el dinero de Ricardo, el menor, que con unos 350 dólares al mes ayuda a la familia y termina de pagar un terreno que compró para cuando él se decida volver de Texas.
“Se fue para allá, como todos los que quieren salir adelante. Para tener algo porque aquí ganaba muy poco”, dijo la mujer de su hermano, cerrajero de oficio.
Serratos, que se dedica a cuidar a los hijos de amigas y vecinas, afirmó que sin el dinero que les mandan, las cuatro hermanas que quedan en Tepatitlán no podrían solventar los gastos que implica la enfermedad de su mamá y mucho menos darle las comodidades que hoy en día pueden ofrecerle.
“Nosotras también la ayudamos, pero el dinero de allá sí rinde más. Si ellos no nos ayudaran sería más difícil salir adelante», reconoció Carmen.
MIGRACIÓN TEMPORAL
Óscar Lomelí Hernández, encargado de Promoción Económica de Tepatitlán, explicó a Efe que en esta ciudad la migración a Estados Unidos ha dejado de ser un proyecto de vida, a diferencia de antaño.
Ahora, los ciudadanos van a trabajar a ese país de manera temporal para solventar deudas, adquirir propiedades o para reunir dinero para montar una pequeña empresa.
“En estos últimos años se ha detonado un poquito la llamada inversión migrante. Hay migrantes que tienen restaurantes y empiezan a generar una derrama económica (con su negocio) administrado por familiares”, dijo el funcionario.
SOBREVIVIR EN PANDEMIA
Las ingentes remesas recibidas en 2020, así como este 2021, sorprendieron incluso a los expertos, pues en un principio se estimó que, debido a la debilidad económica en todo el mundo, se perderían empleos y, por ende, caería el volumen de envíos.
Jesús Muñoz y María de Jesús Lara son esposos desde hace casi 58 años y hace casi cuatro décadas que su hijo y una de sus hijas migraron a Estados Unidos.
Aunque el periodo más duro de aislamiento por la pandemia fue difícil, ambos pudieron sobrevivir gracias al apoyo de sus hijos, quienes no dejaron de enviar dinero pese a las complejas circunstancias.
“Fue igual, no fue más ni menos, la pandemia en ese sentido no la resentimos porque ellos están al pendiente y siempre nos están mandando dinero”, afirmó la pareja.
Hoy, con el dinero que su prole envía pueden comprar medicamentos y comida. Sin ese apoyo no habrían sobrevivido a la época en la que él se quedó sin trabajo.
“A veces nos mandan más, a veces menos. Nunca hacemos un presupuesto, pero ahorita utilizamos las remesas para nuestras enfermedades, para comer. Dependemos de nuestra familia”, reconoció Muñoz.
La otra parte de su manutención está a cargo de los otros tres hijos que quedan en México.
Hace un mes, la pareja septuagenaria estrenó una pequeña casa solo para ellos que fue comprada con los dólares que vienen de Estados Unidos.
Dejaron el campo para vivir en la ciudad y que su familia pudiera estar cerca por si alguno de ellos enferma, mientras siguen gozando de una vejez digna gracias al apoyo de sus hijos.