Lima, 14 jul (EFE).- Los convocantes de la protesta antigubernamental de la próxima semana en Lima esperan que la participación sea «equivalente o mayor» a las marchas que se desarrollaron en diciembre, enero y febrero pasado en la capital de Perú, según dijeron este viernes representantes sindicales.
«En Lima estamos mejor organizados que en las fechas anteriores. Por lo tanto, (…) estamos hablando de una envergadura equivalente o mayor a las jornadas de verano», estimó en rueda de prensa el representante de la Asamblea Nacional de los Pueblos (ANP), Jorge Pizarro.
Se considera que la «Tercera toma de Lima», como ha sido bautizada la marcha del 19 de julio, contará con una representación de las provincias similar a las protestas de principios de año y quienes acudan del interior del país serán alojados y alimentados en distintos puntos de la capital, según afirmaron los promotores.
Al igual que en las protestas de diciembre, enero y febrero, los convocantes exigieron la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, y de todo su gobierno, el cierre del Congreso y la convocatoria de una asamblea constituyente para una nueva constitución.
Además, solicitaron la liberación de todos los que consideran «presos políticos» detenidos desde diciembre hasta la actualidad, y aunque no especificaron el número total, sí señalaron que el expresidente Pedro Castillo es uno de ellos.
«Cuando hablamos de los presos políticos, hablamos de manera general. Hablamos, no solamente de Pedro Castillo, si no de muchos compañeros que han sido criminalizados por este Gobierno», sostuvo el representante de la Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP), Manuel Coronado.
El representante por Puno de la Coordinadora Nacional Unitaria (CNUL), Lucio Callo, argumentó que la convocatoria no es únicamente producto de la destitución de Castillo por el Congreso, luego de que este intentara dar un fallido autogolpe de Estado, sino por los «30 años de olvido y de exclusión por las políticas neoliberales».
La CNUL que articula a los sindicatos y asociaciones que apoyan la marcha, denunció que existe una campaña «intimidatoria”, de «restricción de libertades» y de «terruqueo» -asociación que se hace en Perú desde el espectro conservador para vincular a ciertos movimientos de izquierdas y activistas con el terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA- que ha sido lanzada por el poder Ejecutivo y el Legislativo.
«No solamente nos están terruqueando, están satanizando la lucha del pueblo peruano», manifestó Coronado al respecto.
En cuanto a la duración de las jornadas de protesta, Pizarro advirtió que, si la presidenta Boluarte no deja el cargo, convocarán nuevas marchas hasta que «se vaya la dictadura».
Coronado aseguró, en ese sentido, que su lucha empieza, pero no acaba, el 19 de julio próximo.
