Lima, 23 oct (EFE).- Afectada duramente por la pandemia de la covid-19, que puede dejarle pérdidas de hasta 50 % en relación a 2019, la industria editorial peruana busca recuperarse alentada por una nueva ley que promete marcar un hito para el desarrollo del «ecosistema del libro» en el país.
«Es un hito importante en la historia del país contar con una Ley del libro que renueva la que teníamos anteriormente, la mejora y la amplía en muchos casos», destacó a Efe el director de contenidos de la Cámara Peruana del Libro (CPL), Pedro Villa.
La promulgación de esta norma, hecha la semana pasada en el límite del plazo por el presidente de Perú, Martín Vizcarra, ha sido la mejor noticia para un sector que, según los especialistas, puede cerrar este 2020 con un gran retroceso en relación a las esperanzadoras cifras que obtuvo el año pasado.
NUEVO MARCO NORMATIVO
El presidente de la asociación de Editoriales Independientes del Perú (EIP), Carlos Vela, también consideró que esta ley es «positiva» y que aunque tiene puntos «que aún son perfectibles, es un gran avance».
«Se incluye por primera vez un fondo de 16 millones de soles (4,5 millones de dólares) para que Cultura pueda realizar actividades transversales a todo el sector, relacionadas con la promoción del libro y, en algunos casos, incluye también la compra de material bibliográfico», detalló a Efe.
El marco normativo fue destacado por Villa, para quien permitirá «planificar de acá, a mediano y largo plazo» la forma en que Perú pasará a ser un país en el que sea lea más y donde «el libro este al alcance de todos los ciudadanos».
En ese sentido, se ha cumplido una propuesta planteada por la CPL y los editores independientes desde 2017, cuando iniciaron un trabajo con el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional para elaborar el proyecto que ha sido la base para la ley promulgada.
Aunque algunos puntos han cambiado, «los ejes básicos y esenciales» se han mantenido, entre ellos el derecho a la lectura, la creación de un fondo para la adquisición de libros y el objetivo de mirar «al ecosistema del libro como un todo», remarcó Villa.
Entre los puntos discordantes, el propietario de la librería limeña Babel, Javier Masías, criticó que no se haya considerado a las librerías independientes, que tienen «voces diferenciadas» y favorecen «la bibliodiversidad».
«Si hubo consideración hacia las librerías independientes, no se nota en el resultado; no quiere decir que sea una mala ley, creo que lo más importante es la promoción del Estado a la lectura», acotó.
IMPACTO DE LA PANDEMIA
Como a todo el sector productivo peruano, la covid-19 ha afectado «de manera muy fuerte» a la industria vinculada con el «ecosistema del libro» en un país que llegó a ocupar el quinto lugar en el mundo en casos detectados y tiene la más alta tasa global de mortalidad.
«En un inicio se detuvo toda la cadena de pago y, al ser una crisis económica que afecta a todos en el país, todavía no se recuperan las ventas de manera regular, el pronóstico a fin de año aún no se tiene, pero algunos calculan que podría ser por lo menos el 50 % de la facturación del año anterior», detalló Villa.
Con el cierre de empresas y librerías, y muchas personas vinculadas al sector sin trabajo, se considera que la recuperación «va a ser muy lenta», algo lamentable cuando el escenario anterior a la pandemia «era de entusiasmo».
Vela reveló, por su parte, que un sondeo interno hecho por la EIP determinó que «la facturación durante el período de afectación de marzo a septiembre fue en promedio 20 % respecto al mismo período del año anterior».
En este escenario, la situación de las librerías no ha sido mucho mejor, ya que también se vieron obligadas a «parar sus actividades» cuando se decretó la cuarentena para enfrentar a la pandemia.
«Dentro del sector cultural el libro es el bien que más fácilmente puede enfrentar una pandemia y sobrellevarla, es decir casi hemos quebrado todo un sector que no hacía falta quebrar, no había razón para cerrar», cuestionó Masías.
POLÉMICA POR IMPUESTOS
En medio de la buena noticia que representa la ley, el Congreso dejó de lado la propuesta para que la exoneración de impuestos a la producción y venta de libros sea permanente y solo le dio una vigencia de tres años.
Vela lamentó, al respecto, que en Perú haya «una percepción del modelo que se tiene como país» que considera que «el desarrollo viene por otras vías… y no se tiene en cuenta que las industrias culturales también lo generan a largo plazo»
A su turno, Villa dijo que «los libros no deben tener impuestos en su venta», porque son «un bien cultural que no solamente tiene un aspecto económico, sino un aspecto de valor dirigido a la sociedad».
Por ese motivo, la CPL se plantea conversar con el nuevo Gobierno y el Congreso que asumirán funciones el próximo 28 de julio para intentar convencerlos de que «este tipo de políticas culturales necesitan plazos muy largos» para ser efectivas.
CAMBIOS EN LA SITUACIÓN
A pesar del durísimo golpe que ha implicado la pandemia, también ha forzado al sector editorial peruano a ir hacia la digitalización, que en el país estaba «en menos de la media» de Latinoamérica, donde llega a un 25 % de libros en formato electrónico.
Las librerías y editoriales también han tenido que lanzar plataformas digitales de venta en línea, algo que Villa consideró «un cambio positivo que da nuevas oportunidades» que se mantendrán cuando se retomen las actividades sin pandemia.
«Ese salto a lo digital es algo positivo dentro de todo a lo que se ha visto forzado el sector, pero creo que va a significar, hacia adelante, empezar a ponernos a la altura de lo que se está haciendo en otros países», concluyó.
David Blanco Bonilla