Lima, 11 nov (EFE).- Pescadores artesanales peruanos afectados por el derrame petrolero de Repsol ocurrido hace 10 meses en el norte de Lima se concentraron este viernes frente al Congreso y la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) para exigir la «correcta limpieza» del fondo marino.
Cientos de pescadores afectados marcharon pacíficamente por las calles del centro de la capital peruana para ser recibidos por la PCM tras la entrega, hace días, de un «pliego de exigencias» que solicita la intromisión del Estado para «garantizar los derechos de los pescadores y la protección del mar».
Así lo aseguró a medios locales el representante legal de los gremios de pescadores de Chancay, Mario Carranza, quien afirmó que siete de cada diez playas siguen contaminadas y aún no se sabe por cuánto tiempo van a seguir en esta situación.
«Cuando la marea pica, la superficie se llena de petróleo», lamentaron los pescadores, que exigen una «limpieza total» con «personal especializado».
Al mismo tiempo, los manifestantes denunciaron el incumplimiento del compromiso acordado entre Repsol y el Gobierno peruano, «sin participación de los pescadores», firmado el pasado 4 de marzo, por el que la empresa se comprometía a un adelanto de las indemnizaciones pagando 3.000 soles mensuales (unos 779 dólares) a los afectados por el vertido de crudo.
Carranza aseguró que los pescadores solo han recibido seis de estos pagos, en lugar de los nueve correspondientes, debido a que, según dice, Repsol decidió dejar de abonar estas sumas compensatorias.
Esta situación, según las más de 20 asociaciones convocantes, pone en riesgo la subsistencia de más de 2.000 familias que viven del mar y la pesca en playas afectadas.
«Ellos (los pescadores) tienen todo el derecho y la empresa (Repsol) tiene toda la obligación de continuar pagándoles la indemnización que corresponde de acuerdo a ley», subrayó Carranza.
Pero a los pescadores no solo les preocupa la situación actual, sino que también temen que el mar siga contaminado en el futuro, poniendo en riesgo su medio de vida.
En este sentido, los manifestantes reclamaron la ampliación de la emergencia ambiental en las zonas costeras afectadas ya que, según el último informe del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), de los 97 sitios afectados por el derrame, 26 ya están «libres de hidrocarburos», mientras que otros 71 sitios siguen «afectados», entre ellos 48 playas.
También solicitaron a las autoridades que, de cara a la llegada del calor, los veraneantes no puedan ingresar en estas playas aún contaminadas por motivos de salud.
El pasado 15 de enero, en la refinería La Pampilla, a cargo de Repsol, el buque Tanque Mare Doricum vertió 11.900 barriles de crudo en el distrito de Ventanilla, ubicado en el norte de Lima, según las cifras del Ministerio del Ambiente de Perú.
Este vertido fue catalogado por las Naciones Unidas como “el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos”.
