Brasilia, 25 ene (EFE).- El presidente de la estatal brasileña Eletrobras, Wilson Ferreira, anunció este lunes su renuncia, en momentos en que el Gobierno brasileño insiste en avanzar en un complicado proceso de privatización de la empresa, que enfrenta obstáculos en el Congreso.
La dimisión de Ferreira fue anunciada por la propia empresa en un comunicado dirigido al mercado financiero, en el cual se aclaró que seguirá en el cargo hasta marzo y se atribuyó la decisión a «razones personales».
Ferreira preside Eletrobras, considerada la mayor compañía del sector eléctrico de América Latina, desde 2016, cuando fue nombrado por el entonces presidente Michel Temer, y luego fue ratificado en el cargo en 2019 por el actual gobernante, Jair Bolsonaro.
Eletrobras opera en los segmentos de generación, transmisión y comercialización de electricidad, con seis subsidiarias, un fondo de participaciones y un centro de investigaciones. Además, controla el 50 % de la hidroeléctrica Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay.
La empresa figura en la lista de estatales privatizables desde 2016, pero el proceso debe ser aprobado por el Parlamento, en el que existen algunas resistencias.
El Gobierno de Bolsonaro, líder de una emergente ultraderecha y con una agenda económica completamente liberal, ha intentado avanzar en ese proceso, pero aún no ha logrado acumular el necesario apoyo entre los legisladores.
La situación actual es aún más incierta, pues tanto la Cámara de Diputados como el Senado deberán renovar a sus autoridades la semana próxima en unas elecciones internas que pondrán a prueba el relativo control que el oficialismo tiene del Parlamento.
La vasta agenda privatizadora de Bolsonaro incluye a Eletrobras y a otro centenar de estatales, pero en todos los casos el proceso se encuentra virtualmente paralizado.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, ha admitido públicamente su «frustración» con esa parálisis, que en parte ha atribuido al duro impacto económico causado por la pandemia del coronavirus, que desde marzo del año pasado está casi fuera de control en Brasil, uno de los países más afectados por la crisis sanitaria en el mundo.
La renuncia de Ferreira tuvo repercusión este lunes en la Bolsa de Sao Paulo, en la que las acciones de Eletrobras abrieron con una caída cercana al 10 %, debido a la preocupación del mercado con el futuro del proceso de privatización.